La noticia sobre el trágico fallecimiento de Isak Andic, el fundador de Mango, ha dejado una sombra sobre el mundo empresarial español. A los 71 años, Andic perdió la vida en un accidente de montaña en Collbató, un lugar que, con sus impresionantes vistas, también puede ser implacable. ¿Quién nos hubiera dicho que un simple día de excursión acabaría en tragedia? La vida es, sin duda, un extraño rompecabezas. Y con esta pieza faltante, se va una de las figuras más emblemáticas de la moda en España.
Un pionero del sector textil español
Isak Andic nació en Estambul en 1953 y, como muchos emprendedores exitosos, su historia comienza con un viaje. A los 16 años, emigró a España en busca de oportunidades, dejando atrás su hogar con un par de sueños en su maleta. ¿Quién puede imaginar que ese joven desamparado se convertiría en un gigante de la moda?
En 1984, fundó Mango con una visión clara: hacer que la moda no solo fuera accesible, sino también deseable. Su enfoque innovador y su capacidad para anticipar tendencias cambiaron la industria textil en el país. De hecho, Mango no solo se convirtió en el segundo grupo de moda más importante de España —solo detrás de Inditex— sino que también hizo que los españoles se sintieran orgullosos de su ropa. Me acuerdo de mi primera prenda de Mango, una blusa. La compré hace años y, a pesar de que ahora hay un par de hilos sueltos, siempre la consideraré una joya de mi armario. ¿No es curioso cómo una simple prenda puede convertirse en parte de nuestra historia personal?
La respuesta a su muerte
El impacto de la noticia de su fallecimiento fue inmediato. Las reacciones de amigos, colegas y figuras políticas no tardaron en llegar. El presidente del Gobierno, por ejemplo, destacó la «gran labor y visión empresarial» de Andic. Imagina ser recordado de esa forma; es el sueño de cualquier emprendedor.
El president de la Generalitat, Salvador Illa, también expresó su pesar y subrayó la importancia de Andic para Cataluña y España. En un mundo donde a menudo se mide el éxito en términos financieros, Andic nos enseñó que la visión empresarial puede trascender lo económico y convertirse en un legado cultural.
Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, añadió que la muerte de Andic deja un «vacío en el panorama empresarial». No podría estar más de acuerdo. La industria de la moda ha perdido a un líder que, a través de su trabajo, ha hecho más que simplemente vender ropa. Andic nos dejó claro que la moda es arte, cultura y, por supuesto, una forma de expresar quienes somos.
La personalidad que dejó huella
Es muy fácil hablar de alguien desde una perspectiva profesional, pero detrás de cada gran empresario también hay una persona con sueños, inquietudes y, claro, una pizca de humor. Conocía a Andic solo de nombre y a través de su trabajo, pero uno no puede evitar imaginarse cómo sería compartir un café con él. ¿Le gustaría hablar de tendencias o de los desafíos de ser un emprendedor en la actual crisis económica? ¿O tal vez preferiría contar anécdotas de los inicios de Mango? La verdad es que su vida debe haber estado llena de historias fascinantes.
Carles Puigdemont lo describió como un «empresario comprometido» que creó una marca internacional con carácter propio. Ahí radica su grandeza: supo anticiparse a los tiempos, pero nunca perdió su esencia. Puede que ya no esté con nosotros, pero su legado de compromiso y autenticidad perdurará en la cultura empresarial de España.
Reconocimientos y contribuciones
Lo que muchos quizás no saben es que Andic recibió el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial el pasado marzo. Este reconocimiento resalta no solo su impacto en la moda, sino también en la economía española en general. ¿Quién puede dudar de la inversión emocional y económica que implica fundar y hacer crecer una marca de moda? La industria textil es un motor de empleo en nuestro país, y Isak Andic fue uno de sus conductores más destacados.
Anualmente, miles de personas se encuentran en los locales de Mango alrededor del mundo, desde Barcelona hasta Nueva York, comprando no solo ropa, sino un pedazo de la visión de Andic. Su enfoque en la democratización de la moda inspiró a muchos otros a seguir sus pasos.
Reflexiones sobre su legado
Por supuesto, su muerte nos recuerda que la vida es fragilidad y que, aunque estemos construyendo grandes imperios, nadie está exento de lo inesperado. En este sentido, Isak Andic nos dejó un mensaje claro: una empresa no es solo un número en un balance. Es el impacto que dejamos en las vidas de las personas, tanto clientes como empleados. ¿Acaso no es este el tipo de legado que todos desearíamos dejar?
Su contribución a la moda fue, sin lugar a dudas, monumental. Pero su legado también tiene que ver con sus valores y la forma en que trató a sus empleados, muchos de los cuales lo consideraban más que un jefe: un mentor, un amigo. Las muestras de cariño y respeto que se han expresado en las redes sociales, desde figuras políticas hasta personas anónimas, son un verdadero testimonio de la vida que llevó.
La industria de la moda y sus desafíos
Con el fallecimiento de Isak Andic, muchos miran hacia el futuro del sector textil en un momento de incertidumbre. La pandemia ya había planteado desafíos importantes para marcas grandes y pequeñas, y ahora el mundo está enfrentando crisis económicas y ambientales. Quizás su historia y su enfoque hacia la moda pueden servir como una guía para quienes navegan en estas aguas turbulentas.
Hay quienes abogan por una moda más sostenible; otros apuestan por el lujo accesible. Pero lo que Andic realmente enseñó es que, sin importar hacia dónde se dirija el sector, la autenticidad y el propósito serán siempre los mejores aliados de un empresario. “Si no es real, no es moda”, podría haber dicho.
Conclusión: Un adiós lleno de esperanza
No es fácil despedirse de una figura tan influyente como Isak Andic. Su partida deja un vacío considerable, pero también un camino claro hacia adelante. La industria textil debe seguir soñando en grande, y recordar que, aunque pueda haber tropiezos a lo largo del camino, la pasión, la visión y el compromiso siempre son la clave.
A todos los que hemos crecido rodeados de sus prendas, la pérdida es palpable, pero también es un recordatorio de que sus ideales son los que estamos llamados a llevar adelante. Recordemos a Isak Andic no solo por su éxito, sino por su humanidad, su visión y su legado. ¿Cómo haremos para honrar su memoria en cada prenda que desgastemos?
La moda está en constante evolución y, aunque Isak ya no esté, su espíritu vive en cada hilo, en cada diseño y, sí, también en cada uno de nosotros. Su viaje puede haber terminado, pero su legado, sin duda, perdurará. Que descanse en paz, Isak. Gracias por enseñarnos que la moda es más que solo ropa; es una forma de vida.