El fútbol femenino español ha experimentado un auge impresionante en los últimos años, con figuras como Aitana Bonmatí brillando en el escenario global y llevando a la selección nacional a alturas que antes parecían inalcanzables. Sin embargo, a medida que celebramos los éxitos de nuestras estrellas y sus logros en el ámbito internacional, surge una pregunta fundamental: ¿estamos realmente preparados para un futuro brillante o simplemente navegamos en la superficie de nuestras ilusiones?

El brillo en el horizonte: estrellas que brillan con luz propia

Para empezar, hablemos de algunos de nuestros diamantes en bruto. Aitana Bonmatí, por ejemplo, no solo ha sido aclamada como la mejor futbolista del mundo al recibir el premio Laureus a la mejor deportista. Su talento inigualable en el campo ha llevado al FC Barcelona a ser el equipo más formidable del mundo, ganando títulos con una facilidad que a veces parece un juego de niños. Me acuerdo de la primera vez que vi a Aitana jugar; estaba tan embobado que me olvidé de comer. Sí, me perdí el almuerzo por un partido. ¿Quién necesita un sándwich cuando tienes un desfile de habilidades deportivas?

Otras jugadoras como Vicky López y Paula Comendador también están dejando su huella. La primera, proclamada mejor jugadora sub-21 de Europa, y la segunda, disfrutando de su brillante temporada con la Bota de Oro y el Balón de Plata en el Mundial sub-17, son testamento del impresionante nivel de talento que se cultiva en nuestro país. Ah, y no olvidemos a Salma Paralluelo, quien, a sus 21 años, ya es considerada una de las promesas más brillantes en el fútbol español. ¿Quién diría que ser joven podría ser tan ventajoso en un deporte donde la experiencia tiene tanto peso?

Un necesario cambio de ciclo: la selección nacional en crisis

Sin embargo, a medida que miramos hacia la selección española, un malestar palpable comienza a emerger. Tras la consecución del Mundial, la selección ha pasado de ser elogiada a caer en la mediocridad. La Nations Cup al inicio del año podía haber sembrado esperanza, pero luego vino la cháchara de una desilusionante cuarta plaza en los Juegos Olímpicos de París. Y, para colmo, perdimos la primera posición del Ranking FIFA ante Estados Unidos.

La conversación sobre un cambio de ciclo ha comenzado a ser el pan de cada día en los medios. A veces me imagino cómo sería si tomáramos decisiones en otras áreas de la vida con el mismo pesimismo. “Mi planta se marchita, mejor la tiro en vez de regarla”. Suena absurdo, ¿verdad? Pero aquí estamos, clamando por un cambio sin reconocer el potencial que aún vive en nuestras jóvenes estrellas. La calidad sigue estando en nuestras categorías inferiores, esperando a ser cuidada y desarrollada.

La seleccionadora Montse Tomé parecía la indicada para iniciar un revulsivo, pero algunos de sus enfoques han dejado muchas dudas. Al priorizar la «convivencia» sobre el rendimiento en el campo, el mensaje que se envía es confuso. ¿Es más importante que el equipo se lleve bien que ganar partidos? Personalmente, creo que un ambiente saludable es esencial, ¡pero tampoco puedo olvidarme de que la última vez que vi a un grupo de amigos jugar fútbol, el que más se llevaba bien perdió sin piedad!

La estructura del fútbol femenino: un edificio en ruinas

Un punto preocupante es la situación estructural de La Liga F. La Liga de Fútbol Femenino se enfrenta a una crisis financiera significativa, con la financiación del CSD expirando a finales de este mes. Las inversiones en infraestructuras son mínimas, con pocos clubes a la altura de los requisitos de la competición profesional. ¿Acaso alguien está pensando que se puede construir un castillo en la arena?

La ausencia de patrocinadores también es alarmante. ¿Quién se anima a invertir en algo que no se muestra estable? La Real Sociedad puede ser una excepción en cuanto a infraestructuras, pero la mayoría de los demás clubes parecen estar trabajando con un presupuesto de «justo para sobrevivir». Entre las jugadoras y entrenadoras, 86 han emigrado a ligas más desarrolladas. Esto es digno de reflexión: ¿qué atractivo tiene el fútbol femenino español si las estrellas huyen?

La RFEF: decisiones críticas y dudas constantes

La reacción de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol) ante estos problemas es crucial. La reciente decisión de mantener a Montse Tomé a pesar de las críticas, generó controversia. Las comunicaciones de Tomé enfatizan cómo los comportamientos fuera del campo son citados como razones para la selección de jugadoras. ¡Vaya! Quizás deba sugerir una nueva política: si no haces la cama en casa, no puedes jugar. ¡Bromas aparte, en el fútbol no cabe solo el buen comportamiento!

El nuevo presidente de la RFEF, Rafael Louzán, también ha tenido su parte en esta saga. La búsqueda de estabilidad es admirable, pero el estancamiento nunca ha llevado a nadie a ningún lado. Las preguntas son inevitables: ¿cómo se está planeando el futuro del fútbol femenino en España? Y más importante aún, ¿quién está al timón de esta nave?

Mirando hacia el futuro: ¿un horizonte esperanzador?

El futuro del fútbol femenino español tiene potencial, aunque está lleno de sombras de incertidumbre. El talento de nuestras jóvenes jugadoras debe sostenerse, pero ¿estamos tomando medidas adecuadas para garantizarlo? Es como cuidar de una planta preciosa: se necesita luz, agua y atención constante.

Mirar adelante, especialmente hacia el Mundial de 2027, es esencial. Las expectativas son altas, pero las bases para el éxito deben ser firmes. Ofrecer un ambiente profesional y de alta calidad a nuestras jugadoras debería estar en el centro de nuestras prioridades.

Entonces, la pregunta también queda abierta: ¿estamos dispuestos a hacer los cambios necesarios para no solo seguir el camino del éxito sino para mantenerlo? Porque, seamos sinceros, las historias de éxito suelen tener un giro, un obstáculo inesperado. Si hay algo que hemos aprendido en este viaje, es que no se trata solo de las estrellas brillantes, sino también de construir un sólido equipo a su alrededor.

Conclusión: trabajo en equipo para mantener el brillo

A medida que miramos hacia el futuro del fútbol femenino en España, recordemos que cada estrella necesita un equipo. La comunidad deportiva, las instituciones y los clubes deben trabajar juntos para crear un ambiente thriving para nuestras jugadoras. La fortuna puede no ser solo para unos pocos; puede ser compartida. Pero para eso, necesitamos dejar atrás los ‘deseos’ y enfocarnos en hacer lo necesario.

Cuando miro a estrellas como Aitana y Vicky, me llena de orgullo pensar en lo que pueden lograr. Pero necesito más que orgullo; necesitamos resultados reales y un compromiso fuerte y duradero de todos los involucrados. Este viaje no terminará en un trago rápido de éxito; será una carrera de resistencia.

Así que, al levantar la copa y en el camino hacia el futuro, pensemos en lo que realmente necesitamos para que nuestro fútbol femenino no solo compita, sino que brille. Después de todo, este no es solo un juego; es nuestro legado. Y queremos asegurarnos de que sea un legado del que estaremos orgullosos por muchos años. ¿Te imaginas un futuro donde nuestras jóvenes estrellas conquistan el mundo y dejan su huella en la historia? ¡Yo sí! ¡Es hora de luchar por ello!