La historia, como buen ladrón, a menudo se lleva consigo anécdotas íntimas y datos fascinantes, dejándonos solo con un relato pulido y tedioso. Pero, ¿quién dijo que la historia no puede ser divertida? Aquí intervienen Carmen Urbita y Ana Garriga, las creativas mentes detrás del aclamado pódcast ‘Las Hijas de Felipe’, que este año han cerrado la Biennal de Pensament en Barcelona con una oda a nuestros pasados olvidados. Así es, en pleno sol de justicia, un grupo entusiasta de oyentes se reunió en la Sagrera para escuchar la mezcla única de humor y conocimiento que proponen estas dos investigadoras que, bajo el lema “todo lo que te pasa a ti, ya le pasó a una monja en los siglos XVI y XVII”, nos invitan a reflexionar sobre el pasado y su conexión con nuestras vidas.
Desde el asilo a la alución: El nacimiento de un pódcast
Imagina por un momento que estás en medio de un doctorado. Es una de esas noches largas, el café ya ha dejado de ser una ayuda efectiva y, de repente, sientes que te necesitas un poco de compañía a distancia. Carmen y Ana lo experimentaron en Providence, donde se conocieron y, frente al aislamiento que cualquiera que ha estado en un programa de posgrado puede entender, idearon un pódcast solo por el placer de charlar.
Este deseo de conexión fue el motor que les impulsó a crear este pódcast en 2019, cuando aún era sólo una idea muy lejana a lo que se convertiría. Crear un espacio donde se sintieran cómodas, donde pudieran hablar sobre las historias ocultas de las monjas barrocas, fue lo que les llevó a hacer lo que mejor saben: desempolvar anécdotas del Siglo de Oro y darles vida con un toque de humor y feminismo.
Conectando el pasado y el presente: la magia del pódcast
Pero, ¿cómo lograron convertir esas “charlas de pasillo” en un fenómeno que conecta generaciones y, de paso, desmitifica el pasado? Su premisa, que parece casi un juego de palabras, es simple y poderosa. Nos recuerda que nuestras luchas actuales tienen eco en aquellos días lejanos y que, en muchos sentidos, la vida de una monja puede parecerse bastante a la vida de una mujer en el siglo XXI.
Carmen y Ana, a lo largo de sus episodios, han tocado temas tan diversos como las aventuras amorosas de las monjas, sus cuitas y sus ansias de libertad, todo ello envuelto en un análisis brillante. Podríamos preguntarnos: ¿acaso las monjas no tenían historias interesantes que contar? Pues sí, y es ahí donde reside la magia del pódcast. Con su estilo ligero, han logrado atraer a oyentes de todas las edades y antecedentes.
En su reciente episodio sobre obsesiones barrocas, estos temas trataban no solo la historia, sino que también re contextualizaban los problemas contemporáneos, haciendo que las generaciones más jóvenes se sintieran conectadas. “Eso ya nos pasó”, parece decir la historia a quienes la estudian, ya sea a través de un pódcast o en el aula.
Humor y empatía: la receta del éxito
Lo sorprendente de ‘Las Hijas de Felipe’ es su capacidad de combinar historia y humor. Personalmente, cada vez que escucho un episodio, me encuentro riendo a carcajadas en la cama: algo que claramente no podría decir si estuviera leyendo un antiguo tratado académico sobre el barroco. Carmen y Ana son expertas en hacer que sus oyentes se sientan cómodos y a gusto. A través de historias sobre fray Juan del Pozo o Felipe II, nos recuerdan que, aunque nuestro contexto histórico ha cambiado, la humanidad detrás de cada figura histórica es muy similar a la nuestra.
La forma en que se reencuentran con el pasado me hace pensar en mi propia experiencia con la historia. Recuerdo un profesor en la universidad que siempre decía: «La historia es sólo un conjunto de vidas entrelazadas». Ana y Carmen logran convertir ese concepto en oro puro, recordándonos que, aunque las épocas cambian, las emociones son atemporales.
El impacto de la visibilidad: ¿de qué hablamos cuando hablamos de diversidad?
Un aspecto fascinante de su pódcast es la manera en que exploran la historia desde una perspectiva inclusiva. Históricamente, muchas de las historias de mujeres han sido silenciadas o ignoradas, pero ellas reivindican esas voces a través de su trabajo. Hablando de lesbianismo y feminismo en el contexto de las monjas barrocas, «Las hijas de Felipe» desafían nociones preconcebidas, creando un diálogo contemporáneo alrededor de estas temáticas.
Hay un momento en el que Carmen menciona un episodio donde una oyente relató que, tras escuchar un episodio sobre la lesbianidad en conventos, pudo conectar con su propia hija. Ahí es cuando uno se da cuenta de que estos relatos históricos pueden impactar vidas actuales de una manera que nunca esperábamos. Así que, repito: ¿es que acaso las monjas no tenían historias de amor entre ellas? ¡Claro que sí!
La llegada del pódcast a una nueva audiencia
Nunca imaginaron que el pódcast alcanzaría tal público. Recuerdan con cariño la sorpresa que les produjo ver cómo, tras un episodio dedicado a la especulación inmobiliaria del pasado, un grupo de arquitectos comenzó a seguirlas. Eso es uno de los encantos del pódcast. Y es que la historia, al estar presentada de esta manera tan divertida, logra resonar con las más diversas audiencias.
Lo que es más impresionante es ver grupos intergeneracionales conectándose a través de un pódcast. En este contexto, es reconfortante sentir que, aunque las luchas pueden ser diferentes, la historia sigue siendo un puente que une lo que nos hace humanos.
La audacia de actuar en vivo
Recientemente, durante el evento de la Biennal, Carmen y Ana actuaron en directo. Es fascinante pensar en la mezcla de nervios y emoción que deben sentir al ver un público que ha seguido su viaje. Es un momento que transforma un simple intercambio de palabras ante un micrófono en algo profundamente mágico.
La sencillez y, a la vez, la grandeza de actuar frente a una audiencia —un grupo que comparte tus mismos intereses y risas— se refleja en su alegría, pero también en los nervios. Ana ha mencionado lo enriquecedor que es ver la diversidad de su comunidad, desde niñas preadolescentes hasta mujeres con años de experiencia. ¿No es increíble cómo la historia puede resonar de maneras tan diferentes en diferentes personas?
Reflexiones finales: el legado de ‘Las Hijas de Felipe’
En conclusión, al observar este recorrido de Carmen Urbita y Ana Garriga, no podemos evitar preguntarnos, ¿qué nos falta por descubrir sobre nuestro propio pasado? En un mundo donde el conocimiento a menudo parece estar encerrado en bibliotecas polvorientas, ellas han abierto una ventana hacia un universo lleno de curiosidades y reflexiones que no hacen más que enriquecer nuestras vidas.
Su mensaje es claro: la historia pertenece a todos y cada uno de nosotros, y a veces, lo que necesitamos es un poco de humor y humanidad para descubrirlo. Entonces, ¿por qué no dejarnos llevar por esas risas y relatos que nos transportan a tiempos lejanos? Definitivamente, ‘Las Hijas de Felipe’ son más que un pódcast; son un recordatorio de que siempre hay algo nuevo que aprender, incluso de aquellas monjas que nos enseñaron a vivir con ligereza y alegría, a pesar de los obstáculos.
Así que, si aún no lo han hecho, ¿por qué no se sumergen en esta travesía histórica? Tal vez, al final del camino, encuentren una parte de ustedes mismos en los relatos de estas hijas de Felipe II. ¿Quién sabe? ¡Tal vez aprendan a reírse un poco más de sus propias luchas y a encontrar conexiones inesperadas con el pasado!