El aeropuerto de Córdoba, un emblema de la conectividad y la modernidad de la ciudad, fue inaugurado el 25 de mayo de 1958. Si tienes un amigo que ama volar, probablemente haya escuchado hablar de este aeropuerto en algún momento. Sin embargo, lo curioso es que, aunque los vuelos regulares han retomado su actividad, el aeropuerto no tiene un nombre definido que lo identifique, como si fuera un personaje de una película que ha perdido su identidad. ¿Dónde ha quedado la creatividad y la historia que podrían darle un nombre? Me recuerda a esa vez que intenté elegir un nombre para mi planta, la cual acabó siendo llamada «Planta», porque la originalidad no siempre es mi fuerte.

La historia incompleta del aeropuerto

Desde su inauguración, este aeropuerto ha desempeñado un papel crucial en la movilidad aérea de Córdoba. Sin embargo, la autorización para abrirlo al tráfico aéreo civil llegó varios meses más tarde, en octubre de 1958. Imagina la emoción de los viajeros que llegaron y lo encontraron cerrado. ¡Una tomadura de pelo! El ambiente de aquel entonces debe haber sido bastante peculiar, con un cartel que decía «¡Abrimos pronto!» ¡con un «pronto» que se alargó tanto que podrías haber creído que era parte de una broma!

A lo largo de los años, Córdoba ha estado intentando dotar al aeropuerto de un nombre significativo, pero hasta ahora los intentos han sido en vano. La propuesta más reciente del Partido Popular (PP) busca darle un nombre que refleje la historia y la cultura de la ciudad. ¿Quién no querría que su lugar de origen fuera reconocido en el mapa? Es como si cada madre quisiera que el nombre de su hijo se convirtiera en un nombre famoso, al menos hasta que cumpla 18 años y elija «Sonic» o «Darth Vader».

Las luchas por un nombre

Históricamente, se han presentado varias propuestas para nombrar el aeropuerto. La más reciente de estas iniciativas se suma a otras que se han aprobado en años anteriores, como aquellas para otorgar nombres a otras infraestructuras de transporte, como la estación central de tren de Córdoba. La última moción tuvo lugar este año y proponía que la estación llevara el nombre de Julio Anguita, un alcalde influyente que dejó su huella en la ciudad. Pero aquí es donde la historia se vuelve un poco trágica: ninguno de estos intentos ha sido atendido por el Gobierno. ¿Por qué es tan difícil encontrar un nombre que satisfaga a todos? Tal vez necesitemos una consulta popular donde la gente elija el nombre entre una lista de 100 opciones. ¿Qué tal «Aeropuerto de los sueños no cumplidos»?

Un plan para revivir el barrio

En la misma sesión plenaria donde se abordó este asunto, se aprobó por unanimidad un Plan de Actuación para mejorar el barrio del Alcázar Viejo. Aquí es donde las cosas se vuelven más interesantes. Mientras unas personas se preocupan por el futuro del aeropuerto, otras han puesto su mirada en revitalizar la historia de Córdoba. Esto pone de manifiesto que, si bien el nombre del aeropuerto es importante, el desarrollo urbano y social también lo es. No podemos olvidar que cada elemento de una ciudad cuenta una historia, al igual que cada rincón de nuestra vida.

Córdoba: un lugar de oportunidades

La propuesta para convertir a Córdoba en «Ciudad de la Ciencia y la Innovación» muestra el potencial de la ciudad para ser un referente en el ámbito de la investigación y el desarrollo. Un lugar donde la tradición se une a la modernidad, donde jóvenes emprendedores están creando un ecosistema vibrante para nuevas ideas. ¿Alguna vez has tenido una idea brillante mientras tomabas tu café de la mañana? A veces esas ideas pueden cambiar el curso de tu vida. Puede que alguien con un gran sentido del humor también pensara: «¡Claro, llamemos al aeropuerto ‘Café Innovador’ y estemos listos para despegar!». Aunque el nombre puede no ser el mejor, la creatividad se respira en el aire, así como la esperanza de un futuro iluminado por la ciencia.

La candidatura de «Córdoba, Ciudad Saludable»

Dentro de este contexto de cambios se encuentra también el apoyo al proyecto «Córdoba Ciudad Saludable». Este es un esfuerzo integral que busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. ¿Has escuchado la frase «La salud es riqueza»? Todo en esta vida gira en torno a cuidarnos, y es alentador ver que las autoridades locales están trabajando en ello. Es como cuando decidí dejar de comer pizza todos los días (bueno, al menos lo intenté durante una semana). La salud se convierte en un eje primordial en la planificación urbana, al igual que nuestros hábitos alimenticios, que deberían ser más como una dieta equilibrada que como un epílogo tragicómico de «Como perder peso en una semana».

Una mirada al futuro

A medida que Córdoba avanza en sus esfuerzos por obtener un nombre para su aeropuerto y crear un entorno urbano más saludable, también refleja la búsqueda de una identidad más profunda como ciudad. A veces pienso que las ciudades, al igual que las personas, necesitan un sentido de pertenencia. Necesitan comprender su historia, pero también proyectar su futuro.

Es gracioso, en el fondo, que todos tengamos nuestra propia forma de identificar lugares que amamos. Puede que una persona los vea como símbolos de su infancia, otros como recursos para el desarrollo socioeconómico. Sin embargo, todos estos factores se entrelazan para construir una narrativa más amplia. En este sentido, el aeropuerto de Córdoba debería ser más que un simple espacio de tránsito; debería ser un símbolo de la identidad cultural y el progreso de esta histórica ciudad.

Tu historia también cuenta

Ahora que hemos explorado el aeropuerto de Córdoba, ¿hemos encontrado una respuesta o proponiendo alternativas adecuadas a esta búsqueda de nombre? La realidad es que el nombre es simbólico, pero lo que realmente importa son las historias que atesoramos en estos espacios. Como viajero frecuente, he aprendido que cada aeropuerto tiene su propia energía; ese ambiente entre los pasajeros, la tensión de los retrasos y esa necesidad desesperada de encontrar el café más cercano. Todos hemos estado ahí, ¿verdad?

Al final del día, la búsqueda de un nombre para el aeropuerto de Córdoba puede parecer una pequeña pieza en un rompecabezas más grande, pero sigue siendo un rompecabezas esencial que afecta a todos. Una ciudad necesita su naturaleza evolutiva, un espacio donde los sueños puedan despegar, y, esperemos, que un nombre que cuente una historia real.

Conclusión

Recordemos que cada historia tiene su inicio y su final, pero también su camino hacia el futuro. La infraestructura puede cambiar, pero la esencia de la cultura y la identidad se nutre de la conexión entre la gente y su tierra. El aeropuerto de Córdoba, aunque todavía sin nombre, representa la esperanza y el futuro de esta ciudad vibrante. Después de todo, ¿quién sabe? Tal vez un día recordemos este momento como el comienzo de una nueva era, donde los vuelos de los sueños nunca se detendrán.

¡Así que, viajeros del mundo, mantengan sus pasaportes listos y sus mentes abiertas! Córdoba está lista para despegar.