La Cuaresma es un período que anima a la reflexión, la abstinencia y, por supuesto, a disfrutar de una gastronomía que enriquece nuestras mesas con sabores tradicionales. ¿Alguna vez te has preguntado qué platos son los más emblemáticos que rescatamos durante estas semanas? ¡Prepárate para un viaje culinario que hará que tus papilas gustativas te den las gracias! En este artículo, vamos a explorar algunas de las recetas más queridas de la Cuaresma en España, reviviendo memorias de abuelas, anécdotas familiares y, por supuesto, dando un toque de humor a esta deliciosa tradición.

¿Qué es la Cuaresma y por qué se asocia con la comida?

Para muchos, la Cuaresma es más que un simple período de abstinencia; es una oportunidad para recordar las tradiciones familiares y el arte de cocinar. En este tiempo, las carnes son, en su mayoría, relegadas a las sombras, y los platos vegetarianos toman el protagonismo. Esta práctica, arraigada en la tradición católica, permite a las familias compartir recetas que han pasado de generación en generación.

Recuerdo que cuando era niño, mi abuela se pasaba horas encerrada en la cocina, y no siempre con las mejores intenciones. Una vez intentó hacer torrijas, y el aceite se convirtió en una especie de lava ardiente por toda la cocina. Pero el resultado, aunque un poco ahumado, fue gloriosamente delicioso. ¡A veces, ni el fuego puede arruinar un buen plato!

Platos emblemáticos de la Cuaresma

Torrijas: La reina de los postres

Cuando pensamos en la Cuaresma, una de las primeras palabras que vienen a la mente es torrijas. Este delicioso postre, similar a la francés pain perdu, es sencillamente el alma de cualquier mesa durante este período. Aunque las versiones tradicionales requieren pan del día anterior, en mi casa siempre se ha utilizado cualquier resto que haya podido quedar. ¿Quién no se ha encontrado con un pan que parece más terrible que una película de terror?

Las torrijas pueden servirse con leche, vino o incluso por la opción vegana con horchata. Aunque no hay un límite para la creatividad, lo verdaderamente importante es que estén hechas con cariño. Es el ingrediente secreto que nunca falla. ¿Y quién podría resistirse a ese aroma que inunda el aire mientras se fríen en el aceite?

Buñuelos de viento: Un deleite ligero

Pasando a otro clásico, los buñuelos de viento. Sin duda, este es uno de esos postres que se han colado en nuestras vidas sin mucho aviso. Los buñuelos nos hacen pensar en las ferias, en esos momentos de felicidad al aire libre. ¿Te imaginas tú, con un buñuelo en una mano y un algodón de azúcar en la otra? Puede que no sea la mejor combinación, pero definitivamente es una imagen divertida.

Su masa es tan ligera que parece un sueño, y comer uno es como morder una nube. No llevan relleno, lo que los hace perfectos para los indecisos, esos que no saben si quieren dulce o salado, ¿verdad? Y si te animas a hacerlos en casa, no olvides sonreír mientras los fríes; porque ¡el buen humor también cuenta como ingrediente!

Huevos de vigilia: Tradición conventual

Los huevos de vigilia son otra estrella de esta época. Aunque pueden sonar poco emocionantes, basta con mirar un plato bien preparado para cambiar de opinión. La historia cuenta que estos huevos, que son duros y se rellenan con la yema y otros ingredientes, tienen un origen que data de los conventos.

Recordando mi experiencia con ellos, recuerdo que mi abuela solía decir que el truco estaba en la miga de pan bien mezclada. Es sorprendente cómo una combinación tan simple puede ser tan satisfactoria. En este punto, la situación me hace pensar: ¿y si en lugar de pan, agregamos un poco de sorpresa? ¿Quizás un poco de chocolate? ¡Ah, el chocolate!

Leche frita: Un postre que resuena en el alma

La leche frita es un postre que nos transporta a esos días despreocupados de la infancia. Con solo pensar en la mezcla de leche, maicena, vainilla y azúcar, puedo visualizarme corriendo hacia la cocina, mientras mi abuela lava los platos, y la leche frita enfriándose en la mesa.

Su esencia es sencilla, pero al mismo tiempo es un verdadero manjar. La textura crujiente que se forma en el exterior aunque parezca un croqueta, es casi mágica. Si alguna vez has probado leche frita, sabes exactamente a qué me refiero: es como una suave caricia al paladar. Y bueno, si tienes suerte, quizás incluso puedas hacerla desaparecer en la boca de alguien que no esperaba que esas delicias existieran.

Ajobacalao: La tradición del sur

Si hay un lugar donde la gastronomía de Cuaresma brilla intensamente, es el Sur de España. El ajobacalao es uno de esos platos que parece tener una historia intrínseca en su sabor. Con su base de pan, aceite de oliva, bacalao, ajo y pimentón, esta crema para untar es como un abrazo culinario.

Me encanta que algunas recetas puedan salir de la necesidad de alimentar a aquellos que trabajan duro. Mi abuelo solía hacer ajobacalao antes de cada procesión, asegurándose de que todos tuviéramos suficiente energía para llevar a cabo nuestras «obligaciones» como buenos nietos. ¿Alguien más se identifica con esto?

Crespells mallorquines: Galletas con historia

Sin hablar de las crespells, la conversación sobre la gastronomía de Cuaresma estaría incompleta. Estas galletas son crujientes y ligeras, una excelente manera de terminar una comida llena de sabores intensos. Recientemente aprendí que se hacen con los restos de otra receta, los rubiols. ¿No es bonito que la cocina pueda ser tan ingeniosa? Reduce el desperdicio y, además, puedes disfrutar de más dulce. ¡Ese es un win-win en mi libro!

Las crespells suelen acompañarse con un chocolate caliente e invariablemente se convierten en el colofón perfecto para una tarde fría. Y eso me recuerda: ¿quién fue el genio que pensó en combinar galletas y chocolate? Lo necesitamos en nuestra vida, y tal vez deberíamos hacerle un monumento.

Recapitulando las delicias

A medida que nos adentramos en esta temporada de Cuaresma, recordamos que no solo se trata de abstenerse de ciertos alimentos, sino de reconectar con nuestras tradiciones y crear nuevas memorias. Todos estos platos tienen algo en común: amor. Amor en la preparación, amor en el compartir y amor en las memorias que se crean alrededor de la mesa.

Además, estos manjares no solo hacen que nuestras estómagos se sientan satisfechos, sino que despiertan en nosotros un profundo sentido de pertenencia. Así que, la próxima vez que te encuentres frente a un plato de torrijas, un buñuelo o unas crespells, recuerda que están llenos de historia y de amor, esperando ser compartidos.

Conclusión

La Cuaresma en España no es solo un desafío de abstinencia; es también un festival de sabores que florecen en nuestra cocina. Desde las torrijas que hacen que nuestros corazones laten más rápido, hasta el ajobacalao que recuerda a los días de antaño, cada plato tiene algo especial que ofrecer. Así que, mientras disfrutamos de los placeres de la vida, aprovechemos también para homenajear nuestras tradiciones.

Y recuerda, si alguna vez la cocina se pone complicada, llama a tu abuela. Ella siempre tiene un truco bajo la manga, y seguro que prepara los mejores platos del mundo. ¡Feliz Cuaresma y buen provecho! 🍽️