Este miércoles, el Museo Reina Sofía de Madrid se convertirá en el epicentro de una celebración muy esperada: el inaugural evento de la conmemoración de la transición española hacia la democracia, bajo el lema “España en libertad”. Con el presidente Pedro Sánchez como figura central, y un programa que promete llenar el año de actividades en diversas provincias, hay mucho de qué hablar sobre este significativo momento en la historia de España.

El inicio de un año de conmemoración

Desde que se anunció el arranque de esta conmemoración, puedo decir que personalmente he sentido una mezcla de emoción y nostalgia. La historia de España en la segunda mitad del siglo XX es impresionante, y a menudo nos olvidamos de cómo nuestras raíces influyen en el presente. Con actividades planeadas en distintas regiones, se busca renovar el compromiso con los valores democráticos que tantos sacrificios costaron.

¿Por qué es importante esta celebración? En un mundo donde la democracia se enfrenta a desafíos diarios, conmemorar nuestros logros nos ayuda a recordar que la lucha por la libertad no es solo un capítulo del pasado, sino una responsabilidad continua. Lamentablemente, el rey Felipe VI, quien fue invitado a este acto significante, no podrá asistir, lo que hace que la comunidad se pregunte: ¿realmente todos valoran la importancia de este evento?

El papel de la Casa Real en la transición

Durante las declaraciones del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, quedó claro que la Casa Real desempeñó un papel fundamental en la transición hacia la democracia. Aunque parezca un cliché repetir esto, es esencial ser honesto acerca de la importancia del liderazgo en momentos críticos.

¿Recuerdas la primera vez que escuchaste sobre la transición? Yo no tenía ni idea de lo que significaba la democracia hasta que la historia se volvió relevante para mí en el aula, y no es que mis profesores lo transmitieran con el mismo fervor que los relatos de aventuras épicas. ¡Más bien, parecía que me hablaban de un cuento de hadas! Pero la realidad, como siempre, es un poco más gris y complicada, pero no menos fascinante.

Una nueva gestión para la efeméride

Como bien sabemos, las conmemoraciones no solo son eventos de recuerdo; son oportunidades para reflexionar y educar. La creación de una comisión interministerial para gestionar estas actividades es un paso en la dirección correcta. Con la historiadora Carmina Gustrán Loscos designada como comisionada, se espera que se ofrezcan perspectivas interesantes sobre nuestra historia reciente. ¡Imaginen las anécdotas que debe tener! Aunque también me pregunto si alguna vez se habrá encontrado en una situación como la de tener que explicar a alguien por qué hay tanta gente en una plaza gritando “¡Libertad!”

La controversia en el aire

Sin embargo, no todo es alegría en el aire de Madrid. La ausencia del Partido Popular (PP) ha sido motivo de críticas. Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP, ha recibido varios dardos envenenados por no participar en la conmemoración. Se ha subrayado su ausencia, y la pregunta que brota es: ¿Es la política capaz de unirse en torno a los valores democráticos que tantos esfuerzos costaron?

Recuerdo una vez en una discusión familiar sobre política, donde el desacuerdo era tan caro como un plato de tapas en un restaurante de alta gama. La política puede ser un campo de batalla, pero también debe ser un espacio para la colaboración y la búsqueda del entendimiento mutuo.

La importancia del diálogo

El diálogo es fundamental. En tiempos pasados, las voces de diferentes sectores de la sociedad se alzaron unidas por derechos compartidos. Este año, necesitamos recordar lo que significa realmente la palabra “libertad” y revitalizar la importancia del diálogo.

Me viene a la mente el célebre dicho de que «la democracia es un arte de negociación», y en un entorno político donde cada palabra se utiliza como arma, aquel arte parece más bien un tablero de ajedrez en el que todos quieren ganar. Quizás este evento sea un recordatorio de que más allá de la política está nuestra historia común como nación.

Reflexión sobre la memoria democrática

El ministerio de Memoria Democrática ha sido criticado y aplaudido por igual. Para algunos, es esencial reconocer y sanar las heridas del pasado, pero para otros, es simplemente una forma de reabrir viejas rencillas. Cada vez que pienso en esta cuestión, me encuentro entre dos trenes: uno que quiere que se reconozca nuestro pasado y otro que considera que debemos seguir adelante.

El hecho de que el gobierno ahora esté tomando medidas activas para recordar y conmemorar esos tiempos difíciles es un testimonio de la evolución como sociedad. Hablar sobre nuestra historia, aunque a veces pueda ser incómodo, es el primer paso hacia un futuro más respetuoso y comprensivo. El trabajo de recordar no es solo responsabilidad de políticos, periodistas o académicos; es un deber cívico de todos nosotros.

La resistencia del tiempo

Vivir en un mundo donde muchas democracias parecen tambalearse es un desafío. En tiempos recientes, hemos visto cómo políticas autoritarias alzan la cabeza en varias partes del mundo. Por lo tanto, el hecho de que España esté organizada para conmemorar su camino hacia la libertad y la democracia es más relevante que nunca. Si hemos aprendido algo de la historia, es que los errores del pasado no deben repetirse, ¿verdad?

Con estos eventos programados a lo largo del año, se hace imperativo que las generaciones más jóvenes participen. Porque, aunque algunos piensan que «la historia no cuenta», sería un error menospreciar lo que este legado de lucha significa para quienes buscan un futuro mejor.

Conclusión: mirando hacia adelante

Así que nos encontramos en un punto de no retorno. La conmemoración “España en libertad” no es solo un eco del pasado, sino una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos fortalecer nuestra democracia en el presente. Si hay algo que he aprendido en mis años como bloguero, es que la historia es mucho más que fechas, nombres y eventos; es un poderoso recurso emocional.

En cada actividad y cada conversación que se lleve a cabo, cada uno de nosotros puede hacer eco de la noble lucha por la libertad. La cuestión ahora es: ¿estamos listos para aceptar el reto? ¿Estaremos allí para aprender, recordar y forjar un futuro juntos? La respuesta nos definirá como comunidad y, en última instancia, como nación.

La conmemoración de la transición española nos recuerda que la libertad y la democracia no son solo palabras, son ideales vivos que merecen ser defendidos una y otra vez. Entonces, ¡a celebrar y reflexionar! Que el arte del diálogo y el aprendizaje continúen guiándonos en este camino tan crucial hacia el futuro. Porque, al final del día, todos preferimos estar en libertad.