En un momento en que los sistemas de salud del mundo necesitan más que nunca profesionales competentes y compasivos, Castilla y León se enfrenta a una crisis inminente. Un reciente informe ha revelado que la comunidad necesitará más de 470 médicos de familia en los próximos cuatro años, lo que plantea un panorama preocupante para la atención sanitaria. Acompáñame a explorar esta situación crítica, sus causas y posibles soluciones.

La llegada de las cifras alarmantes

¿A quién le gusta hablar de estadísticas? Tal vez a los matemáticos o a los que trabajan en oficinas, pero para el común de los mortales, los números pueden ser tan emocionantes como ver pintura secarse. Sin embargo, las cifras que se nos presentan son demasiado relevantes para ignorarlas. Según el estudio elaborado por las profesoras Patricia Barber y Beatriz González, publicado en relación con la ‘Oferta-Necesidad de Médicos 2023-2035’, en España podría haber hasta 4.808 vacantes de médicos de familia, con un alarmante 28% de estas plazas vacías.

Imaginemos por un momento que estás esperando en un centro de salud, y el médico de tu confianza no aparece porque se ha jubilado y no hay quien lo reemplace. Si esta imagen no es suficiente para inquietarte, entonces probablemente no hayas pasado mucho tiempo en una sala de espera.

¿Por qué hay tan pocos médicos de familia?

Una de las razones más evidentes para esta escasez es la jubilación inminente de una gran parte de la fuerza laboral actual. En Castilla y León, se estima que aproximadamente un 40,9% de los médicos de familia tienen 60 años o más. Esto significa que en los próximos años, los profesionales de la salud que están a punto de dejar sus puestos son una fuente significativa de vacantes potenciales. No es solamente que se vayan a casa a disfrutar de su pensión, sino que también están dejando tras de sí un vacío a menudo imposible de llenar.

Me acuerdo de mi médico de cabecera, un hombre con una risa contagiosa y una paciencia infinita; una vez incluso me hizo reír mientras me explicaba por qué no podía seguir tomando aquel jarabe que claramente no me hacía nada. Pero, sinceramente, ¿quién podría ocupar su lugar cuando él decida colgar el estetoscopio? Esa es la pregunta del millón.

La temida fuga de talento

El informe menciona que también hay que tener en cuenta el margen de abandono. Entre 2018 y 2022, se observó un 7% de abandonos en las plazas asignadas para formación. Por lo tanto, aunque se formen nuevos médicos, no necesariamente ejercerán en el sistema de salud de Castilla y León. Es como preparar una deliciosa comida y descubrir que nadie quiere comerla. Si alguna vez has organizado una cena y solo dos amigos aparecen, puedes relacionar lo que siento aquí.

El problema se extiende

No solo Castilla y León se enfrenta a esta situación; es parte de un panorama nacional. En toda España, más de 17.000 médicos de familia estarán en edad de jubilación en los próximos cinco años. Esto es suficiente para hacer que cualquier sistema de salud sude frío. Especialmente cuando se considera que solo se espera que 13.228 nuevos médicos se añadan al sistema en ese mismo período. Calculando los abandonos, podríamos estar perdiendo la carrera de forma alarmante.

¿Quién se queda para atender a los pacientes?

Los números son impactantes, pero lo que es realmente preocupante es el efecto directo que esto tendrá en la atención sanitaria. Si no hay médicos disponibles para cubrir estas vacantes, ¿quién estará allí para atender a los pacientes? A medida que la población envejece y aparecen nuevas enfermedades, la necesidad de una atención médica accesible se vuelve crucial.

Imagina que ayer te encontraste con un amigo que se quejaba de un dolor de espalda, entró a ver al médico y tuvo que esperar una hora, solo para enterarse de que el médico estaba en jornada reducida. Te has sentido así alguna vez, ¿verdad? Esa frustración puede convertirse en un desafío a nivel comunitario si no se toman medidas ahora.

El impacto en la salud pública

La escasez de médicos de familia afecta la calidad de atención que recibe la población. La sobrecarga de trabajo puede llevar a un deterioro en la salud pública a nivel general. Las consultas tardías, los diagnósticos erróneos y el estrés son solo algunas de las repercusiones de una fuerza laboral desbordada.

Éramos un grupo de amigos y una vez decidimos hacer un picnic. Llevamos la comida, las bebidas y hasta unos juegos de mesa. Pero imagínate la escena: falta el mantel, la comida se derrama por todas partes y terminamos jugando al «busca tu propio almuerzo» en lugar de al «Monopoly». Así es como se siente un sistema de salud que no tiene suficientes médicos. Todo es un caos y la diversión desaparece.

¿Qué se puede hacer? La planificación es clave

Sin lugar a dudas, la planificación a medio y largo plazo es esencial. Vicente Matas Aguilera, autor del informe del Sindicato Médico de Granada (SIMEG), propone un enfoque más proactivo. Requiere un estudio demográfico actualizado y un análisis profundo del estado actual de los médicos en términos de edad, jubilación y emigración. Esto no es solo una cuestión de tener más médicos; es asegurar que la atención sanitaria sea sostenibles a largo plazo.

Como dijo un sabio (o al menos alguien a quien le gusta parecer sabio): «Mejores bases, mejores resultados». En este caso, parece que la frase se aplica a la capacidad de cubrir las vacantes de médicos. Si no sabemos cuántos necesitamos, es probable que nunca tengamos suficientes.

¿Y que hay del mercado de médicos?

La necesidad de más médicos no solo se soluciona formando nuevas generaciones. A veces es un caso de fidelización y captación. Castilla y León ha decidido incorporar a 317 sanitarios a través de un programa para fomentar su permanencia en la comunidad. Pero nuevamente surge la pregunta: ¿será suficiente?

Al igual que uno no puede forzar a alguien a quedarse en una relación, no se puede obligar a un médico a quedarse si no se siente valorado y bien tratado. Por eso, es importante que se ofrezcan condiciones de trabajo atractivas y un entorno en el que los profesionales de la salud se sientan apoyados.

El futuro de la atención de salud en España

El futuro de la atención de salud en España y específicamente en Castilla y León depende de la acción. No podemos permitir que la situación siga deteriorándose. Por un lado, se necesita una mayor oferta de plazas para el MIR, lo que permitirá que más médicos entren en el sistema. Por otro lado, se requieren incentivos para que estos profesionales se queden y trabajen en sus comunidades.

Incluso hablando de esto hace que me sienta un poco nostálgico. Pienso en el médico que me atendió cuando me rompí el brazo jugando al fútbol, y la forma en que se aseguró de que me sintiera seguro y atendido. Nadie debería vivir la experiencia de no tener acceso a un médico que se preocupe por su bienestar. Y esa es la cruda realidad que podría enfrentar Castilla y León.

Conclusión: Juntos podemos mejorar

La escasez de médicos de familia no es solo un problema de números; es una cuestión de salud pública. Si bien los números pueden parecer fríos y desconectados, detrás de cada uno de ellos hay personas: pacientes que necesitan atención y médicos que desean garantizar que esa atención sea de la mejor calidad posible.

Así que la próxima vez que pongas un pie en un centro médico, recuerda: cada médico que ves es una victoria y cada vacante es una oportunidad perdida. Y tú, ¿estás dispuesto a ser parte de la solución? La salud es un esfuerzo colectivo, y aún queda mucho por hacer.

La lucha por un sistema de salud robusto y accesible en nuestro país sólo puede lograrse mediante una acción decidida y comprometida. Recordemos que, al final, el bienestar de todos depende de cuántos «vigilantes de la salud» decidamos formar y mantener en nuestras comunidades. ¡Vamos a asegurarnos de que nunca falten!