En plena era de las redes sociales, donde un simple «me gusta» puede multiplicar la visibilidad de un contenido, hay historias que trascienden lo digital y tocan el corazón de quienes han vivido aventuras inolvidables. Este es el caso de Carlos Soria, el emblemático alpinista español que, a sus 85 años, está decidido a volver a escalar el Manaslu, una montaña que emblemáticamente representa no solo una cumbre, sino un pedazo de historia del montañismo en España. En 2025 se cumplirán 50 años de la primera ascensión a un ochomil por parte de dos españoles, y Soria quiere ser parte de esta memoria viva.
Regresando a las raíces: ¿qué significa el Manaslu para Soria?
El Manaslu, conocido como «la montaña de los espíritus», no es solo una cumbre para Soria; es un lugar que ha marcado su vida y carrera. En 1973, hizo una de sus primeras expediciones a Nepal, un viaje que, como los buenos vinos, solo ha mejorado con los años. Regresó varias veces, no solo para escalar, sino para construir una conexión profunda con la gente de Sama, la aldea que se encuentra al pie de la montaña. Imagina la escena: un joven alpinista, quizás un poco nervioso, ofrece a los niños lápices y se da cuenta de que necesitan colchones. ¡Cómo cambia la percepción de una expedición al tener un papel tan humano! Me recuerda a cuando estuve en una aldea al sur de Marruecos, llevando libros, y los niños solo querían jugar.
Sin embargo, no siempre ha sido una travesía fácil. Durante años, Soria ha estado alineando su vida con montañas, un camino que también le ha traído pésimas experiencias, como cuando su compañero, Pepe Garcés, falleció en una caída. ¿Cuántos de nosotros hemos pasado por cosas tan desgarradoras en nuestra vida? Un recordatorio de que cada elección y cada viaje que hacemos, ya sea en montaña o en la vida, puede estar lleno de altibajos.
La idea del documental: ¿por qué nos importa tanto el alpinismo?
Fue Alberto Flechoso, responsable de Atrevida Films y vicepresidente de la Real Sociedad Española de Alpinismo (RSEA) Peñalara, quien vislumbró la posibilidad de realizar un documental sobre Soria y su relación con el Manaslu. ¡Claro, a unos les gusta documentar sus aventuras en Instagram, a otros les gusta hacer documentales en el campo base! La broma aquí es que, mientras los jóvenes influencers posan en un café de moda, hay un hombre de 85 años que está dispuesto a escalar la misma montaña que lo convirtió en un símbolo del montañismo. Esto sí es una lección de vida, ¿no crees?
Flechoso tuvo una gran idea: «Si vamos al campo base del Manaslu y Carlos está bien, él tirará para arriba». Así, surgió un plan ambicioso, completar con 190.000 euros el presupuesto necesario para la expedición. La Comunidad de Madrid ya ha aportado unos 20.000 euros, pero el camino no está libre de obstáculos. Aquí se aplica la famosa frase de que «el dinero no crece en los árboles», y la actual escasez de patrocinadores es un recordatorio de que, en el mundo del alpinismo, las finanzas son tanto un reto como las propias montañas.
Un hombre en forma: la preparación de Soria
¿Quién diría que a los 85 años uno podría entrenar con la intensidad con la que lo hace Soria? «Se levanta a las cinco de la mañana», me contaba un compañero al ver la dedicación casi monacal de Soria. Comparado con mi lucha diaria para que la alarma de las 7:00 am no me derrote, su rutina parece de otro mundo. Aunque debo admitir que esa misma alarma a veces me hace sentir como un esquiador en la cima de una ladera, listo para saltar o temeroso del descenso.
Recientemente, Soria y Flechoso subieron al Pico Lenin en Kirguistán. Imagina la escena: dos alpinistas en un paisaje impresionante, donde el frío y la tormenta se vuelven compañeros de viaje. La experiencia de la naturaleza puede ser brutal, pero ¿acaso no es en esas tormentas donde terminamos descubriendo quiénes somos realmente? Ver a Soria entrenar inspiró a los más jóvenes, quienes lo miraban embobados. La vida parece ser un ciclo de asombros y lecciones, y aquí la lección era clara: nunca permitas que la edad limite tus sueños.
La búsqueda de patrocinios: un reto en el fondo de una montaña
Mientras todo este proyecto se forma, los patrocinadores aún brillan por su ausencia. Aunque actualmente la atención está sobre los proyectos millonarios de cine y televisión, Soria solo busca resaltar una historia sin igual que pasa desapercibida, rindiendo homenaje a Jerónimo López y Gerardo Blázquez, quienes en 1975 marcaron un hito en la historia del alpinismo español. ¡Qué fortuna la de algunas iniciativas en el mundo del cine, cuando a veces la vida misma es el mejor guion!
La financiación es como una tormenta en la montaña: inesperada y, a menudo, difícil de navegar. Se están buscando negocios locales y empresas que deseen asociarse con un viaje que celebra no solo la escalada, sino también la historia de un país y su conexión con la naturaleza. Es como querer que un amigo compre el café en una reunión, y te quedas con la esperanza de que alguien saque el billete.
Una conexión humana: el regreso a Sama
Sama se ha convertido en la segunda casa de Soria. Desde 1973, ha cultivado vínculos con la comunidad, convirtiéndose en un «hijo adoptivo». Es fascinante cómo un lugar puede convertirse en parte de nuestra identidad. Imagínate llegar a un lugar donde ya no eres un visitante, sino parte de la familia. «Les llevamos 70 colchones y 70 edredones», recuerda con un brillo en los ojos. ¿Quién dice que la grandeza de un ser humano radica solamente en sus conquistas? A veces, está en cómo tocamos la vida de los demás.
Esta vez, Soria quiere llevar material para ayudar en la digitalización de su escuela. Es ahí donde uno puede ver su esencia: un alpinista no solo con un pie en la cima de la montaña, sino también en el futuro de las generaciones que vienen. La montaña es solo parte de su legado; la otra mitad se monta en la búsqueda de talento en esos niños.
Reto final: los 14 ochomiles
Aunque el Manaslu es el foco de esta expedición, Soria tiene mucho más en su lista. Ha dejado de lado otros ochomiles que tiene en mente, como el Dhaulagiri. Con 12 intentos fallidos, se ha creado un vínculo especial con esta montaña. Las cartas de la maternidad –o fracasos, como ciertos intentos amorosos– pueden ser difíciles de lidiar. Lo importante es que aún hay vida en cada intento, en cada sueño que no se ha cumplido.
Las palabras de Soria, «lo importante ahora es poder ir al Manaslu», resuenan más allá de la montaña. Todos tenemos unas metas que, pese a los obstáculos, podemos seguir persiguiendo, incluso cuando el camino se vuelve empinado. Su historia es un recordatorio de que los sueños nunca son demasiado grandes, ni la edad un límite.
Reflexiones finales
El viaje de Carlos Soria hacia el Manaslu no es solo una expedición, sino una búsqueda de significado, un tributo a la historia y una unión con personas y lugares que lo han moldeado. A medida que se acerca esta nueva aventura, todos podemos aprender algo de su determinación. Quiera el camino que elija ser claro y el clima favorable, pero su historia ya está grabada en la montaña.
Así que la próxima vez que veas a alguien escalando o persiguiendo su sueño, recuerda: es más que solo una cifra alta en una montaña; es el reflejo del espíritu humano, un recordatorio de que nunca es tarde para tener grandes sueños.
Y tú, ¿te atreverías a escalar tu propio Manaslu?