El pasado 29 de octubre, el Ayuntamiento de Madrid sorprendió a muchos al aprobar la modificación de la Ordenanza de Mercados Municipales. A primera vista, puede parecer un tema aburrido —¿quién quiere leer sobre ordenanzas?—, pero este cambio tiene implicaciones que tocan aspectos vitales de nuestra vida cotidiana: desde el acceso a productos frescos hasta el futuro del pequeño comercio. ¿Y quién no ama un buen #mercado? Así que agárrate, que te llevo a través de este recorrido lleno de matices y algún que otro gag sobre el emocionante mundo de los mercados municipales.

¿Qué significa realmente esta modificación?

La nueva normativa, impulsada por el Partido Popular y defendida por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, introduce una serie de cambios que buscan, entre otros objetivos, atraer más turistas y ofrecer un espacio flexible para actividades sociales. Pero, ¿realmente necesitamos más “cosas” en nuestros mercados municipales, o hay algo más profundo en juego aquí?

Flexibilidad y Autonomía

Uno de los pilares de esta modificación es la idea de flexibilidad. El Consistorio destaca que se busca adaptar los mercados a los nuevos hábitos de consumo (y vaya que estos hábitos han cambiado, ¿quién pensaba que “comprar en Amazon” se convertiría en un verbo?). Con esta nueva regulación, los mercados pueden albergar desfiles, conciertos y otras actividades recreativas, permitiendo que hasta un 50% del espacio común pueda ser utilizado para tales fines.

Y, seamos honestos, ¿quién no ha soñado con disfrutar de una deliciosa tapa de jamón ibérico mientras escucha a una banda en vivo? Sin embargo, surge la pregunta: ¿esto es realmente lo que queremos en nuestros mercados o estamos, de hecho, sacrificando su esencia?

Las cifras que asustan

Con la nueva legislación, los locales pueden dedicar ahora hasta el 25% de su superficie a degustaciones, y en las zonas comunes se permite un 50% para actividades similares. Esto, desde luego, suena genial para una noche de copas, pero también nos lleva a un dilema: ¿perderemos la esencia de los mercados como espacios de abastecimiento local?

Unos días después de escuchar sobre estos cambios, fui a mi mercado local. Un par de locales estaban haciendo catas de vino. “Perfecto”, pensé, “me ahorro el viaje a la bodega”. Pero al mirar a mi alrededor, vi a menos personas comprando frutas y verduras y más turistas buscando un lugar donde disfrutar una tapa. La realidad me llegó como un destino inesperado en un viaje: ¿seremos capaces de mantener el comercio de proximidad mientras abrimos nuestras puertas al turismo?

La Oposición en el Pleno

Como es de esperar, no todos están de acuerdo con esta estrategia. Los grupos municipales de Más Madrid y PSOE, en un ejercicio de democracia y transparencia, votaron en contra. ¿Su argumento? La idea de que se necesita un mayor compromiso por parte del Ayuntamiento para proteger los mercados como servicios esenciales. La portavoz adjunta del PSOE, Enma López, hizo eco de su preocupación: “No me parece mal que se dinamicen estos espacios con otras actividades, pero hay que fomentar y proteger los mercados de abastos”.

Reuniendo a los Market Men (y Women)

En medio del alboroto, también surgió un rayo de esperanza. Algunos sugirieron realizar escuelas de oficios dentro de los mercados, para garantizar que las nuevas generaciones conozcan la belleza (y la responsabilidad) de oficios como el de carnicero o charcutero. A veces me imagino a mi abuela, que con un amor incondicional cortaba el jamón como si estuviera creando una obra de arte. ¿Podremos algún día revivir ese interés por lo local?

¿Un Mercado de Ocio o un Mercado de Abastos?

Uno de los puntos más debatidos es la posibilidad de que los mercados se conviertan en lugares exclusivamente de ocio. La concejala de Más Madrid, Sara Ladra, advirtió sobre el riesgo de que estos espacios se transformen en bares y destinen poco o nada a las actividades de abastos.

Recordando mis años de universidad, donde cenábamos en bares de tapas que (sorpresa) ¡no tenían tapas solo de productos locales! – ¿es posible que este enfoque acabe por hacer que los mercados se pierdan en un mar de música, vino y eventos, dejando de lado su verdadera función?

El Modelo Barcelonés

Siempre ha existido una especie de competencia amistosa entre Madrid y Barcelona. Cuando se menciona el modelo barcelonés, las miradas se centran y esperan escuchar eso que todos quisiéramos: “¡Pero miren el éxito de los mercados de allá!” En Barcelona, el Instituto Municipal de Mercados trabaja codo a codo con los comerciantes. Mientras que en Madrid, los comerciantes frecuentemente se ven ante la presión de cubrir costos que no deberían asumir. “Es como esperar que un estudiante rinda en un examen sin haberle dado el libro”, comentaba un amigo tras hablar sobre la situación.

Hablar de Ocio es Hablar de Identidad

Ladra subrayó que, aunque la idea de un mercado gastronómico y turístico suena atractiva, “quien pierde es el ciudadano”. Ahí está el quid de la cuestión: ¿qué queremos para nuestros mercados? ¿Conservar su identidad o abrir las puertas a un modelo más rentable y atractivo para el turismo?

Tomando un café con unos amigos el otro día (no, no era de Starbucks), discutíamos sobre estas nuevas medidas y sus efectos. Uno de ellos, con más pasión que conocimiento, exclamó: “Dame un mercado donde pueda comprar queso local y, de paso, quedarme a escuchar música en vivo. ¿Es mucho pedir?” Y es que a veces, los deseos pueden dejarnos atrapados entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos.

El Futuro es Verde

Por último, destaca la nueva apuesta por la sostenibilidad, que incluye infraestructuras para la recarga eléctrica de vehículos en los aparcamientos. Sin duda, es una medida que viene bien dentro del contexto actual de la lucha por el medio ambiente. Pero, ¿será suficiente para que estos locales se mantengan relevantes en una era de conciencia ecológica?

¿Progreso o Retroceso?

En resumen, la modificación de la Ordenanza de Mercados Municipales de Madrid trae consigo mucho caos y oportunidades. Mientras hay quienes ven en estos cambios la oportunidad de reinventar espacios y atraer turistas, otros temen que la esencia de los mercados —esos espacios únicos donde la comunidad se reúne para socializar— se pierda en el camino.

Así que, querido lector, espero que la próxima vez que te encuentres en tu mercado local, lo mires con nuevos ojos. Tal vez haya un evento musical, una cata de vinos o simplemente un puesto con ese queso artisanale perfecto. Después de todo, en un mundo en constante cambio, a veces lo más importante es encontrar el equilibrio entre el pasado y las oportunidades del futuro.

Y mientras tanto, no pierdas de vista tu mercado local. Porque al final del día, tu pequeño comercio necesita de ti tanto como tú de él. ¿Y quién sabe? Tal vez la próxima vez que entres, encuentres esa fusión perfecta entre tradición y modernidad que todos estamos buscando.