La política, como la vida misma, a veces necesita de una buena dosis de valentía y visión. Si hay un líder que ha estado intentando hacer ruido en la escena política europea, ese es Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular (PP) de España. Recientemente, en una cumbre informal por videoconferencia liderada por Manfred Weber, el tema fue la seguridad en Europa y el complejo proceso de paz que se está negociando entre Rusia y Estados Unidos, dejando a Ucrania como mero espectador. En este contexto, Feijóo ha lanzado un mensaje claro: Europa debe hacerse cargo de sus propios problemas.
La exigencia de responsabilidad
Al abordar a sus «colegas europeos», Feijóo dejó claro que en lugar de señalar a Donald Trump o al Kremlin, sería más productivo que la UE se mirara a sí misma. Reflexionemos un momento: ¿cuántas veces hemos visto en nuestras vidas a alguien echar la culpa a otros en lugar de tomar el control de su situación? Es uno de esos momentos en los que la responsabilidad personal se traduce en responsabilidad política. Feijóo apela a que en un momento tan trascendental para Europa, es imperativo que la UE no desvíe la mirada hacia otros.
Pero, ¿realmente podemos esperar que los líderes políticos se hagan cargo de sus responsabilidades? Estando en la piel de un político, la presión es enorme, pero quizás este enfoque de Feijóo sea justo lo que Europa necesita.
Prioridades para una Europa segura
El líder popular argumenta que la UE debe seguir priorizando su seguridad estratégica y su soberanía energética, a pesar de que esto pueda no ser tan popular en algunos sectores. ¿Recuerdas cuando decidiste dejar de pedir pizza para cenar y empezar a cocinar de una vez? Ese primer paso es el más difícil. Feijóo parece querer dar ese primer paso, figurativamente hablando, al exigir que la UE cumpla con sus compromisos con la OTAN en cuestiones de defensa.
En su discurso, Feijóo también discutió la importancia de que Europa esté representada en las negociaciones de paz. Aquí es donde entra la necesidad de “determinación, inteligencia y diplomacia”. Y seamos honestos, ¿no es un poco divertido que se hable de “diplomacia” en tiempos de guerras y conflictos? ¡Quien lo diría! Pero la realidad es que en este mundo, a veces tienes que negociar con quienes te pueden dejar un agrio sabor de boca.
Promesas para los agricultores
En su viaje a Murcia, Feijóo no solo se dedicó a la política exterior; también quiso poner el ojo en las preocupaciones internas, en concreto, en los agricultores. Con la sombra de los aranceles de Trump y el temor a la burocracia que les ahoga, se comprometió a aliviar el “infierno fiscal” que enfrentan.
En un despliegue de empatía que muchos de nosotros podemos apreciar —si hay algo que une a la gente, es la lucha por salir adelante—, Feijóo anunció una serie de medidas fiscales que podrían dar un respiro a los trabajadores del campo. Y aquí es donde podemos ver el valor de la honestidad en la política. Prometió ampliar umbrales de ingresos, deducciones en el IVA y, en general, un cambio que podría tener un impacto real en la vida de los agricultores.
Nadie dijo que la política fuera fácil. Al igual que cuando intentamos implementar un nuevo hábito en nuestras vidas, a veces las medidas pueden parecer pequeñas pero pueden tener grandes repercusiones.
Medidas clave para la fiscalidad agraria
Las propuestas de Feijóo incluyen:
- Ampliar el umbral de ingresos para permitir que los agricultores y ganaderos puedan seguir usando el sistema de módulos. ¿Has intentado alguna vez hacer dieta, pero todos esos donuts siguen llamándote? Similar a lo que los agricultores enfrentan con un sistema que, a menudo, se siente diseñado para otros.
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Deducciones de IVA para inversiones en maquinaria, porque, después de todo, la modernización es clave para sobrevivir en el competitivo mundo actual.
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Una opción para tributar por la media de ingresos obtenidos en los últimos tres años. ¿Por qué castigar a alguien solo por un mal año? Esto sí que es una empatía política que muchos pueden entender.
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Una deducción del 25% por los seguros agrarios. Un pequeño gesto que podría hacer que esos días de tormenta no sean tan catastróficos.
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Ayudas por incible climatológico que estarán exentas de tributación. ¿Quién no podría usar un poco de compasión cuando el clima no juega a favor?
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Y, para culminar, una promesa de auditoría en seis meses de la burocracia que termina asfixiando al sector agrícola nuestra amiga burocracia, que siempre llega sin invitación a la fiesta.
Reflexiones finales
Así que aquí estamos, observando cómo un líder político como Feijóo intenta navegar por estos complicados mares de la política internacional y local. A veces me parece que la política es como intentar armar un rompecabezas mientras te empujan desde todos lados. Pero, al menos ahora, hay alguien que parece estar intentando unir las piezas.
Europa enfrenta complejos desafíos en las próximas semanas y meses, desde la seguridad en el conflicto de Ucrania hasta el bienestar de sus agricultores. ¿Podrá Feijóo ser la voz de responsabilidad y unidad que la UE necesita? Yo espero que sí, porque, tras ver la forma en que lidia con este “infierno fiscal”, es bueno saber que hay líderes que se preocupan genuinamente por los problemas cotidianos de sus ciudadanos.
Finalmente, es importante recordar que la política no es solo números y discursos; es sobre las vidas que afecta. ¿No es un alivio, en cierto modo, ver que hay alguien dispuesto a poner el dedo en la herida y empujar por un cambio real?
Así que sigamos de cerca la evolución de la situación, y esperemos que la visión de Feijóo no solo encuentre eco en sus pares europeos, sino que también tenga un verdadero impacto en la vida de las personas. ¿Estás listo para acompañarnos en esta travesía? La política, al final del día, es un juego de riesgos, pero también de esperanza.