Durante los últimos años, la violencia de género ha sido un tema candente en la agenda pública, y no es para menos. Las cifras son alarmantes, y la necesidad de un sistema efectivo de protección para las víctimas ha cobrado una gran importancia. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos que ha dejado a muchos con el ceño fruncido, 16 grandes ciudades españolas no han firmado convenio alguno para integrarse en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén). ¿No es algo irónico? ¿Cómo es posible que aun con la conciencia social elevada que tenemos hoy en día, todavía existan lugares que se queden en la penumbra en lo que respecta a la protección de las mujeres? Vamos a desentrañar esta situación, a reírnos un poco para evitar llorar y, sobre todo, a reflexionar sobre lo que esto significa.
¿Qué demonios es VioGén?
El Sistema VioGén fue creado en 2007 y se implementa para organizar la protección y seguimiento de las víctimas de violencia de género. Cuando un municipio forma parte de este sistema, se pueden coordinar de manera más efectiva las acciones de los servicios de seguridad, algo que resulta crucial, especialmente porque la violencia de género no conoce de fronteras.
Ser parte de VioGén significa que la policía local se involucra en el seguimiento de los casos de violencia de género, evaluando los riesgos y, lo más importante, brindando una protección más cerca de las víctimas. ¿Alguna vez te has sentido un poco perdido en el camino? Imagine que eres una mujer buscando ayuda y el primer punto de contacto está a horas de distancia. Terrible, ¿verdad?
Sin embargo, 16 ciudades como Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, Toledo y otras más con más de 50,000 habitantes han decidido no firmar un convenio para integrarse en VioGén. La pregunta que surge es sencilla: ¿por qué?
La paradoja de la protección
En ciudades no adheridas a VioGén, la Policía Nacional y la Guardia Civil asumen la tarea de proteger y seguir a las víctimas. Desde luego, es un alivio saber que hay alguien cuidando de ellas. Pero aquí entra un gran «pero». Al no tener acceso a la información y recursos que proporciona VioGén, la coordinación es un verdadero dolor de cabeza. Imagina intentar poner juntos un rompecabezas de 1,000 piezas, pero solo tienes la mitad. Frustrante, ¿no?
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, lo explica perfectamente. Al no estar en VioGén, los equipos locales pueden tardar más en acceder a información crucial que podría ayudar a tomar decisiones informadas en situaciones de riesgo. Un sistema más ágil no solo es mejor; es necesario. Sheesh, hasta yo que soy solo un bloguero entiendo eso.
La falta de voluntad política
Una de las excusas más comunes que utilizan los ayuntamientos que no se integran en VioGén es la falta de recursos. Como si cuidar de las mujeres que sufren violencia de género fuera un lujo. Se podría pensar que estamos en un mal guion de una serie de comedia, pero no, es la dura realidad.
Zaragoza, por ejemplo, es la ciudad más poblada que aún no se ha integrado en VioGén. A pesar de que el anteriormente alcalde prometió unirse en 2019, la situación sigue igual. La actual ministra de Igualdad, Ana Redondo, expresó su frustración. Imagínate tener que insistir para hacer lo que es correcto. ¡Vamos, Zaragoza! ¡No es tan difícil!
Y aquí aparece la gran pregunta: ¿son las vidas de las mujeres menos importantes que las políticas locales? Victoria Rosell, la exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, ha criticado esta mentalidad. Ella dice, y cito textualmente: “Es una cuestión de concienciación y mentalidad”. ¡Toma ya! Una frase digna de grabarse en piedra.
¿Qué pasa en las otras ciudades?
En Las Palmas de Gran Canaria, aseguran que están en conversaciones con el Gobierno para unirse a VioGén. Pero uno no puede evitar preguntarse, ¿cuánto más tardarán? ¿Es realmente necesario un proceso tan engorroso para unirse a un sistema que podría salvar vidas? La concejala de Protección Ciudadana de Toledo, por su parte, también declara estar “esperando” un convenio. Esperando. En este caso, «esperando» parece un sinónimo de «sin prisa».
La desesperanza en cifras
Uno se puede preguntar: ¿cuánto daño se está causando realmente por no estar en VioGén? Las estadísticas son escalofriantes y, honestamente, desalentadoras. Aunque la Policía Nacional y la Guardia Civil realizan un trabajo crucial, la situación solo podría mejorar si las policías locales pudieran colaborar y acceder a información esencial al instante.
Es triste pensar que las decisiones políticas pueden impactar directamente en la vida de miles de mujeres. Piensa en esto: una mujer que sufre violencia puede no tener otra opción que llamar a la policía. Si esa llamada no se maneja de manera eficiente, podríamos estar hablando de una situación que se agrave rápidamente. Es un tema que debería interesar a todos, incluso a quienes creen que la violencia de género no es un problema en su comunidad.
¿Sabías que, según un estudio del propio Ministerio de Igualdad, las víctimas que tienen acceso a información completa y apoyo temprano tienen un 60% más de posibilidades de salir de circunstancias abusivas? Esa sola cifra debería ser suficiente para convencer a los ayuntamientos en cuestión.
Actitudes de las autoridades
No obstante, este tema no es únicamente una cuestión de protocolos y estadísticas; es en última instancia un asunto de actitud y compromiso. Algunas voces clavan el dedo en la llaga, diciendo que la falta de integración en VioGén por parte de los municipios es un reflejo de cómo se valoran las vidas de las mujeres en la sociedad actual. Imagínate algún concejal a puerta cerrada, hablando de recortes presupuestarios como si estuviera hablando de un nuevo proyecto de helados; y mientras tanto, hay mujeres que piden ayuda.
¿Hacia un futuro más brillante?
Por fortuna, se están dando algunos pasos hacia la mejora; el proyecto de un VioGén 2 se encuentra en marcha. Este sistema busca abordar las deficiencias de su predecesor, incluyendo la expansión de la información requerida para evaluar los riesgos. Sin embargo, este tipo de cambios son necesarios pero insuficientes sin una voluntad política adecuada.
Carmen Martínez Perza ha enfatizado la importancia de integrar cada vez más municipios. Aunque contemos con sistemas como VioGén, si no hay conectividad y colaboración entre ellos, estamos luchando con un brazo atado a la espalda. Un poco como intentar jugar al ajedrez, pero solo con peones. Interesante, pero no del todo efectivo.
En conclusión
La situación en las 16 ciudades españolas sin convenio con VioGén no es un simple número en las estadísticas. Es un recordatorio de que aun queda mucho por hacer para garantizar la seguridad y protección de las mujeres en nuestro país. Nadie debería sentir que su vida está menospreciada porque su municipio no ha decidido hacer lo correcto.
La lucha contra la violencia de género es, en última instancia, un reflejo de cómo valoramos a todas las personas en nuestra sociedad. Podemos reírnos, llorar y frustrarnos, pero lo que no podemos hacer es quedarnos de brazos cruzados.
Si hay algo que podemos hacer es alzar la voz, exigir cambios y no dejar que la política se interponga entre la vida y la muerte. Después de todo, aunque puedes pensar que tu voz no cuenta, consulta a cualquier mujer víctima de violencia de género y te dirá que cada palabra cuenta, que cada día, cada esfuerzo, puede hacer una diferencia. Así que, ¿qué estamos esperando?
¿No sería genial ver un cambio significativo en nuestras comunidades en el futuro cercano? Fue un placer compartir estas reflexiones contigo, y recuerda: la vida de una mujer no debería ser un asunto de preferencias políticas.