En el inquieto y cambiante panorama geopolítico del siglo XXI, cada vez es más evidente que los mercados se comportan como esos personajes en un sitcom de la televisión: a veces absurdos, a veces predecibles, pero siempre culminando en una trama que deja a los espectadores con ganas de más. En este sentido, el reciente auge de Thales, la gigante europea de defensa, se presenta como un episodio que merece ser examinado a fondo. ¿Estamos ante el inicio de una era dorada para la defensa en Europa, o es simplemente una ilusión pasajera impulsada por la inestabilidad mundial?
La vorágine de la inversión en defensa
Cuando hablo con amigos sobre defensa y gasto militar, a menudo bromeo que si pasáramos tanto tiempo hablando de cómo cuidar el medio ambiente como del gasto en armas y tecnología bélica, probablemente nuestro planeta sería un lugar significativamente mejor. Pero aquí estamos, y el hecho es que desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania, los presupuestos de defensa en Europa han explotado. La multinacional francesa Thales ha registrado un aumento destacable en sus cifras: un crecimiento del 6% en sus ventas en lo que va del año, con proyecciones que sugieren que las ventas alcanzarán 20.000 millones de euros para finales de este ejercicio. Asombroso, ¿verdad?
Imagina un tren a toda velocidad llamado «Gasto en Defensa». Efectivamente, hay vagones adicionales y un buen número de pasajeros a bordo. De hecho, las nuevas órdenes de compra en la división de defensa y seguridad de Thales se dispararon un 40% en los primeros nueve meses de 2023. Esto no solo es un testimonio del estado financiero de la empresa, sino también un indicativo del potencial de crecimiento del sector.
Lo que dicen las cifras
Las cifras son contundentes: Thales tiene ahora una cartera de pedidos de 15.500 millones de euros, un alza del 23% en comparación con el año anterior. Este aumento no es accidental; es simplemente una reacción frente a la creciente inseguridad que palpamos. ¿Acaso necesitas un estudio Google para entender que, en tiempos de guerra, las industrias de defensa suelen estar en auge? La vicepresidenta de Thales, Pascale Sourisse, en un encuentro reciente, diò un discurso que resonó más que las campanas de una iglesia en un día festivo. “Estamos aceptando suficientes nuevos encargos para continuar creciendo significativamente”, aseguró.
Más allá de las palabras, los números respiran y cuentan historias. Mientras el mundo observa cómo se multiplican las órdenes de compra, hay un trasfondo que debemos considerar: la fragmentación del mercado de defensa europeo.
La fragmentación del mercado de defensa en Europa
¿Qué es lo que ocurre cuando tienes 13 modelos de carros de combate en Europa y solo uno en los EE.UU.? Bueno, además de complicar la vida a los estrategas militares, crea una fragmentación que complica llevar adelante una política coherente de defensa colectiva. Si alguna vez has organizado una salida con amigos y te has encontrado eligiendo entre múltiples planes, sabes que el proceso puede ser más complicado de lo que parece.
Los expertos sugieren que una de las soluciones podría ser pasar por una fase de adquisiciones que busque lograr economías de escala y una mayor eficiencia. Sin embargo, el apetito por fusiones es limitado. Ahí está la pregunta del millón: ¿por qué los gigantes de la defensa europea prefieren adquirir empresas especializadas en vez de fusionarse con competidores? ¿Es el miedo a perder su identidad y su soberanía nacional?
Sourisse también reflexionó sobre este tema, resaltando el equilibrio necesario entre las necesidades nacionales y el impulso de una industria de defensa europea. “El primer nivel de soberanía es nacional”, apuntó, dejando claro que la consolidación no es un camino fácil.
La producción a toda máquina: ¿horas extras para el sector?
Ahora, si pensábamos que el aumento del gasto en defensa significaba que todos los empleados estaban disfrutando de un paseo en el parque, estábamos muy equivocados. Las líneas de producción en Europa están a toda máquina, lo que indica que esta inyección de capital está desbloqueando decisiones de inversión en nuevas capacidades, algo que antes se hacía con mucho cuidado y cautela. En algunos casos, la producción ha aumentado hasta en un 400% o 500%. Honestamente, no sé si los empleados de Thales están trabajando con más energía del café o si los robots están tomando su lugar.
España, por ejemplo, se ha comprometido a aumentar su gasto en defensa del 1,3% al 2% de su PIB para 2029. Con un fondo de guerra sobre la mesa, queda la pregunta: ¿dónde se irá a invertir todo este dinero? ¿Serán suficientes esos presupuestos para transformar la capacidad de defensa en el continente?
Un contexto complicado
Hay que tener en cuenta que las tensiones geopolíticas han llevado a muchos países a vaciar sus arsenales occidentales, y hay pocas esperanzas de una resolución rápida en Ucrania. Los compromisos de aumentar el gasto en defensa en torno a la OTAN son solo los primeros pasos en un camino que parece ser largo y tortuoso.
Innovación y el futuro de Thales en el espacio
Ahora que hemos cubierto el terreno de la defensa armada, es momento de explorar otro aspecto importante de Thales: el sector espacio. Ah, el espacio: donde los sueños se hacen realidad… y, a veces, los presupuestos también. Antes de hablar de mis sueños intergalácticos (¿quién no ha querido tener un unicornio volador?), vale la pena analizar que, aunque el negocio de Thales Alenia Space ha visto un crecimiento, también ha enfrentado desafíos. Las oportunidades son abundantes, pero la competencia se vuelve feroz a medida que más y más actores ingresan al juego de los satélites.
Con la competencia en el mercado de telecomunicaciones y la saturación del espacio en juego, Thales también ha comenzado a buscar nuevas estrategias. La reubicación de 1.300 puestos de trabajo puede sonar a impacto negativo, pero a veces es solo un reordenamiento estratégico en el mundo empresarial. Si uno no puede competir en la carrera espacial, tal vez sea el momento de mirar hacia adentro y apostar por otros segmentos de crecimiento.
Un mar de posibilidades
En su presentación de resultados, Thales mencionó que reubicaría equipos a otras divisiones para acomodar la «demanda estructuralmente débil» en su sector de espacio. Mientras otros jugadores del mercado, como Airbus, siguen sopesando sus opciones de fusión, Indra ha optado por poner el sector espacial como prioridad en su plan estratégico 2024-2030.
Todo esto coloca a Thales en un lugar parecido al de un equilibrista en una cuerda floja. La atención que debe prestarse puede ser abrumadora. Pero al final, la innovación es el nombre del juego.
Hacia un futuro incierto
En resumen, estamos ante un momento crucial para la industria de defensa europea, donde los números respaldan la idea de un crecimiento sostenible y donde Thales brilla como una estrella en ascenso. Sin embargo, como bien sabemos, el éxito nunca está garantizado. La fragmentación del mercado, la competencia feroz en el sector espacial y las tensiones geopolíticas son apenas algunos de los desafíos que quedan por delante.
La pregunta que queda, y que nos invita a la reflexión, es: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar Europa para consolidar su mercado de defensa? O, mejor dicho, ¿serán capaces de unirse y trabajar en equipo en lugar de estar atrapados en un juego interminable de «quién tiene la mejor tecnología»?
Así que, mientras nos tomamos un café y reflexionamos sobre el futuro de Thales y el sector europeo de defensa, no olvidemos que en este relato hay un mar de incertidumbre, pero también una pizca de esperanza. A medida que las fronteras de lo que es posible se expanden, solo el tiempo nos dirá si la historia terminará con un aplauso colectivo o una despedida silenciosa. ¡A lo que podemos brindar, amigos! 🍻