Introducción

En un mundo donde el café es casi una religión y sus devotos no escatiman en gasto y esfuerzo por encontrar la perfección en cada taza, el lanzamiento de una bebida que combina café con aceite de oliva virgen extra parecía una idea arriesgada pero intrigante. ¿Quién no ha tenido una idea brillante en una noche de insomnio y pensando que podría romper todos los esquemas? Sin embargo, a veces la creatividad y la innovación pueden resultar un poco… ¿digamos, desastrosas? Este parece ser el caso de Starbucks y su línea de bebidas «Oleato», que tras poco más de un año en el mercado, ha decidido dar un paso atrás. Así que, ¿qué puede llevar a una gigante del café a renunciar a una de sus apuestas más ambiciosas? Acompáñame en este recorrido a través del fascinante (y un poco doloroso) mundo de «Oleato».

El nacimiento de «Oleato»: ¿un buen café o un capricho?

Todo comenzó con Howard Schultz, el antiguo CEO de Starbucks, que en 2022 decidía que probar un sorbo de aceite de oliva en Sicilia era la revelación del siglo. Imagínate la escena: Schultz, envuelto en un ambiente familiar, observando a los lugareños tomar una cucharadita de aceite de oliva como si fuese un chupito de tequila. «¿Por qué no combinar esta maravilla líquida con el café que todos amamos?», se preguntó. Así nació «Oleato», un matrimonio inesperado entre el suave café arábico y el aceite de oliva virgen de la firma siciliana Partanna.

Haciendo un poco de memoria, me recuerda a esas veces en que intentamos ser innovadores en la cocina, mezclando ingredientes que nunca creemos que podrían funcionar. (¿Alguien ha probado el batido de espinacas y chocolate, por ejemplo? Sí, claro, y tampoco salió tan mal, pero no hay manera de negar que no es para todos los paladares).

Howard presentaba «Oleato» como «una alquimia inesperada». Quiero pensar que muchos de nosotros, al igual que Schultz, nos dejamos llevar por el entusiasmo. Pero, ¿realmente necesitábamos una revolución en nuestra taza de café?

Una presentación con bombo y platillo

El lanzamiento de «Oleato» no escatimó en recursos. Starbucks abrió su línea de productos en Italia en febrero de 2023, un entorno perfecto para despertar la curiosidad. La idea era expandirse a mercados selectos en todo el mundo, desde el vibrante sur de California hasta el bullicioso Tokio. Starbucks, confiado en su estrategia, anunciaba su nueva joya con curiosidades como un espresso con «Golden Foam» y innumerables variaciones. A primera vista, el mercado estaba emocionado, y el equipo de marketing se frotaba las manos.

Pero la realidad pronto comenzó a mostrar un rostro menos amable. En su afán por ser disruptivos, parece que se olvidaron de la principal pregunta: ¿a los clientes realmente les gusta el café con aceite de oliva? La respuesta, al parecer, fue un no rotundo en América del Norte.

La dura verdad: ventas en picada

Casi un año después de su lanzamiento, las ventas de «Oleato» comenzaron a mostrar signos de debilidad. Y es que en un país donde el café es tan sagrado como el aire que respiramos, el hecho de que una bebida provocara problemas estomacales a algunos clientes no ayudó a que la línea prosperara. Alguien debió recordar que, en el corazón de toda innovación, hay un tema que no debe olvidarse: el gusto de los consumidores.

Starbucks, que tradicionalmente había vivido en la cima del mundo del café, tuvo que reconocer que «Oleato» no había logrado la acogida esperada. En un contexto donde las ventas generales de la compañía estaban cayendo y las acciones estaban en riesgo, la decisión de eliminar «Oleato» se convirtió en una necesidad.

La complejidad del menú: una trampa peligrosa

Entonces, ¿qué llevó a Starbucks a eliminar «Oleato»? Su actual CEO, Brian Niccol, ha confesado que el menú de Starbucks se había vuelto «demasiado complejo». Un comentario que, aunque tiene un fondo de razón, también sirve como un guiño para todos los que han estado en una cafetería y no pueden decidir entre mil y una opciones. Es un poco como cuando vas a una fiesta y hay un buffet con 20 platos diferentes: al final terminas sirviéndote un poco de todo, pero también puede que te quedes con una incomodidad estomacal que no esperabas. Al final, la estrategia era simplificar su oferta.

Si bien algunos defendieron que «Oleato» había sido un éxito de marketing para la marca, podemos concluir que la idea de combinar café con aceite era, para muchos, simplemente un paso demasiado lejos en el camino de la innovación.

Reflexiones finales sobre la innovación en la industria alimentaria

Starbucks se enfrenta ahora a una encrucijada importante. La decisión de cancelar «Oleato» podría ser vista como una lección para la industria alimentaria: no todas las innovaciones son bienvenidas y algunas pueden provocar un sentimiento de confusión entre los consumidores. La búsqueda de la «alquimia» perfecta puede tener éxitos y fracasos; aquí parece que hemos visto más de lo segundo.

Me pregunto si, al igual que yo, muchos de ustedes han tenido experiencias similares a las de Starbucks. Ya sea con una combinación arriesgada en la cocina o una nueva moda dietética que fue un gran flop, todos hemos pasado alguna vez por esos momentos que son un tanto vergonzosos. A veces, nuestra mejor opción es simplemente volver a lo básico.

Conclusión

En resumen, «Oleato» de Starbucks es un recordatorio de que, aunque la creatividad y la innovación son elementos esenciales en cualquier industria, no siempre estarán acompañadas del éxito. A veces, las combinaciones más inesperadas no son más que una estrategia de marketing que, a pesar de la admiración inicial, puede convertirse en una humilde lección. Al final del día, el buen café seguirá siendo el verdadero protagonista.

Así que, la próxima vez que pienses en experimentar con tu bebida favorita, recuerda: a veces menos es más. E imagina que tal vez el secreto de una buena taza de café no sea la alquimia, sino simplemente la calidad de los ingredientes y, sobre todo, los gustos de los que lo beben.