La llegada de un nuevo año suele estar llena de esperanzas e ilusiones. Sin embargo, para el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, este 2025 no se presenta solo como una hoja en blanco lista para ser escrita, sino más bien como un desafío monumental que le espera al final del camino. Ciertamente, todos recordaréis la última vez que decidisteis poneros las pilas con propósitos de año nuevo: ir al gimnasio, aprender un nuevo idioma… y al final, acabasteis en el sofá viendo «Friends» de nuevo. Pero, ¿qué tal si cada decisión que tomáis afecta a millones de personas?

La tarea inaugural: aprobar unos Presupuestos que no sean un mal recuerdo

Imagina que el primer gran reto de tu carrera es conseguir que sea el Gobierno de tu comunidad autónoma el que presente unos Presupuestos 2025 que no acaben siendo una recopilación de los del 2023. En serio, parece sacado de una comedia, pero Illa está en esta encrucijada. Tiene que negociar con ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y Comuns para redactar unas cuentas que no solo hagan felices a sus compañeros, sino también a los ciudadanos catalanes.

La estabilidad política en Cataluña depende de esta negociación, al igual que la supuesta «gran transformación» que tanto promueve Illa. En sus manos están temas delicados como el traspaso de Rodalies, resolver la crisis de vivienda y aumentar el uso del catalán. Vaya agenda para comenzar un nuevo año, ¿verdad?

La vivienda: un asunto de vida o muerte para los jóvenes

Si eres catalán, seguro que no te sorprende que la vivienda siga siendo un tema de conversación recurrente en las familias y entre amigos. Recordad la última vez que habéis intentado alquilar un piso en Barcelona: precios por las nubes y condiciones que parecen sacadas de un juego de rol. El Gobierno de Illa se ha propuesto construir 50.000 viviendas públicas hasta 2030 y destinar 4.400 millones de euros en los próximos cuatro años. Suena bien, pero, ¿verdaderamente se puede cumplir?

Muchos jóvenes ven cómo sus sueños de tener un hogar propio se desvanecen ante precios de alquiler que parecen diseñados por un villano en una película de Marvel. Si Illa logra implementar un régimen sancionador para los incumplidores de las leyes de alquiler, sería un gran paso hacia un futuro más accesible. Pero, seré honesto aquí: el proceso será tan emocionante como ver secar la pintura… ¡y puede que tan complicado!

El uso del catalán: una lengua en peligro

Duélale a quien le duela, pero el uso del catalán está en descenso. Según el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), una gran parte de la población catalana siente que su lengua está «amenazada». Illa ha tomado esto como un reto personal y ha prometido defender el catalán con todas sus fuerzas. ¿Por qué es esto tan importante? Bueno, no se trata solo de una cuestión de orgullo nacional. Se trata de preservar una cultura rica y diversa que forma parte de la identidad de Cataluña.

El presidente se ha comprometido a ofrecer cursos gratuitos de catalán y recursos educativos online. Pero, seamos sinceros, ¿cuántos de nosotros realmente hemos aprovechado esas oportunidades en el pasado? Si Illa logra instaurar un «Pacte Nacional per la Llengua», quizás podamos ver un cambio real. Mientras tanto, siempre podemos asistir a alguna manifestación que defienda el uso del catalán, como la convocada por el Sindicat de Llogateres, que trajo a más de 22.000 personas a las calles. ¡Al menos eso cuenta como ejercicio!

La seguridad y la delincuencia: un tema que nunca pasa de moda

El presidente Illa ha sucedido a un contexto donde la seguridad es un tema pertinentemente candente. Con un plan como el Plan Daga, que busca frenar los delitos con armas blancas, está claro que Illa quiere hacer de Cataluña un lugar más seguro. Pero, hablemos claro: ¿cuántos de nosotros hemos pensado en la seguridad en un momento de cuelgue social y acabamos hablando de nuestros miedos más profundos? Illa tiene la tarea de gestionar una estrategia que no solo suene bien en los medios, sino que también funcione en la vida diaria.

Su colaboración con el ministerio de Interior es un paso, aunque ha recibido críticas de sectores soberanistas que sienten que esto podría debilitar las autoridades locales. No obstante, uniendo fuerzas por la seguridad, Illa podría conseguir que los ciudadanos sientan que sus necesidades están siendo atendidas.

Inmigración y competencias: la puerta abierta hacia el futuro

Uno de los momentos más cruciales para la administración de Illa será la posible transferencia de competencias en materia de inmigración. Asegurar que los derechos de todos los que residen en Cataluña sean respetados forma parte de un enfoque moderno del liderazgo político. La idea de gestionar permisos de residencia es revolucionaria y podría ser un gran paso hacia una Cataluña más inclusiva. Pero, como siempre, hay un «pero». Los datos indican que muchos catalanes sienten que hay «demasiada» inmigración. Ahí está la verdadera prueba de Illa: cómo manejar estas dualidades sin perder lo que hace única a Cataluña.

Cierre y reflexión

La agenda de Salvador Illa para 2025 no solo es un conjunto de retos. Es un relato sobre la búsqueda de equilibrio en un mundo cada vez más complejo. Entre la ### vigilancia y la empatía, los ideales y el pragmatismo, ¿será Illa capaz de cumplir todos estos objetivos y proporcionar un futuro más brillante para Cataluña? ¿Podrá encontrar el cómo construir puentes en vez de colocar muros entre las comunidades?

Como ciudadanos, tenemos la responsabilidad de no solo observar, sino también intervenir, discutir y, si es necesario, apoyar los cambios necesarios para mejorar nuestra sociedad. Porque sí, ¡a veces couchsurfing podría no ser la mejor opción!

Desde aquí, desde este rincón virtual, podemos desear lo mejor a Illa y su equipo. Quizás no todos estemos de acuerdo con sus métodos, pero al final del día, ¿no es eso parte de la belleza de vivir en una sociedad diversa?

Y para vosotros, que estáis al otro lado de la pantalla, recordad que cada decisión de gobierno, cada presupuesto aprobado o cada ley establecida, tiene el potencial de afectar nuestras vidas. Al fin y al cabo, todos estamos en este viaje juntos.