La economía estadounidense está en una encrucijada peculiar y, como un guiñol, nos presenta un espectáculo de luces y sombras. Desde que Joe Biden asumió la presidencia, el país ha estado viviendo una racha de creación de empleo que ni los huracanes ni las huelgas han logrado frenar. ¡Algo digno de un guion de Hollywood! Pero, a pesar de tener el viento a favor durante la mayor parte de su mandato, nos encontramos en octubre con un giro drástico: una creación de solo 12,000 empleos, la cifra más baja desde aquel frío diciembre de 2020. ¿Qué está pasando aquí?

Un vistazo al panorama económico

Para entender mejor este dramático giro, necesitamos mirar más allá de las cifras. Desde enero de 2021 hasta ahora, han sido creados alrededor de 16 millones de empleos en 45 meses. Eso sí, sin contar aquellos días de enero donde Biden solo estaba organizando su escritorio en la Casa Blanca. Es impresionante, ¿verdad? ¡Hasta yo he creado más trabajos en mi mente mientras soñaba despierto!

Sin embargo, las cosas no se ven tan brillantes en el último informe de empleo. La Oficina de Estadísticas Laborales nos sorprende este octubre con un resultado que está muy por debajo de las expectativas. Los economistas esperaban que se crearan unos 108,000 empleos, pero la realidad fue de 12,000. Pero no todo es tan oscuro como parece. La tasa de desempleo se ha mantenido en un alentador 4,1%.

La verdad es que la economía se encuentra en un estado curioso: robusta, dinámica, pero con algunos agujeros aquí y allá. El Producto Interno Bruto (PIB) creció un 0,7% en el tercer trimestre, lo que equivale a un excelente 2,8% en términos anualizados. Es casi como hacer dieta y perder peso mientras seguimos haciendo esos pequeños caprichos, como el donut matutino.

La resiliencia del mercado laboral

Lo más intrigante es que, a pesar de la adversidad, el mercado laboral de EE.UU. ha mostrado una sorprendente resiliencia. En medio de huracanes como los de Milton y Helene y huelgas que suenan como música de fondo —un claro «¡No me molesten, estoy tratando de trabajar!»— la creación de empleo sigue siendo un tema candente.

Recientemente, los datos también indicaron que el salario promedio ha aumentado un 4% en el último año. Esto es un alivio para muchos, especialmente considerando lo que cuesta llenar el carrito de compras hoy en día. Pero, ¿qué pasa con esos que sienten que el dinero se les va como agua entre los dedos?

Desafíos de la economía actual

Aunque la inflación ha bajado, el costo de vida no ha retrocedido en la misma proporción que nuestros bolsillos vacíos. Todo esto ha desencadenado una serie de reacciones, especialmente entre los votantes con ingresos más bajos —el famoso dolor de bolsillo. ¿Alguna vez has ido a comprar solo un paquete de pan y a la hora de pagar te sientes como si hubieses adquirido una pequeña fortuna?

La frustración es palpable y el creciente déficit y la deuda pública son temas que pueden no dominar las conversaciones en la cena, pero definitivamente están en la mente de los economistas y los ciudadanos preocupados. ¿Qué hará Joe Biden al respecto? Hasta ahora, el debate político no parece tener una solución sobre la mesa.

El papel de la Reserva Federal

La Reserva Federal, ese organismo casi mitológico, ha sido un player activo en este juego de finanzas. Su presidente, Jerome Powell, ha estado intentando lograr un «aterrizaje suave», algo así como esa tarea que todos hemos intentado hacer cuando se trata de evitar un desastre en medio de una cena de amigos: suavizar las tensiones sin provocar una explosión. Pero lo que puede parecer una magia de burnout puede tener consecuencias inesperadas.

El reciente ciclo de recortes en los tipos de interés es una estrategia que puede, o no, ser efectiva. Si bien los inversores están anticipando una reducción de un cuarto de punto, la incertidumbre sigue en el aire como ese perfume de un ex que nunca se va del todo. La verdad es que los datos que se presenten en las próximas semanas serán cruciales en la toma de decisiones.

El papel de la política en el pulso económico

Todo este escenario llega en un momento muy particular: ¡elecciones! Ah, la temporada electoral. Como si fuera una película de acción, los candidatos hacen promesas a diestro y siniestro. Pero aquí hay algo que no hemos considerado: ¿por qué no se habla más del déficit y la deuda pública? Posiblemente, ambas partes prefieren centrar sus argumentos en lo que resulta más atractivo para el electorado.

Los republicanos tienen su propia narrativa y posiblemente usarán este descenso en la creación de empleo como arma en su arsenal; sin embargo, también podrían quedar atrapados en su propia trampa. Con la creación de empleo revisada a la baja en meses anteriores, la situación podría volverse complicada en un debate.

La percepción del ciudadano común

Ahora bien, ¿cómo se siente el ciudadano promedio en medio de toda esta fluctuación económica? Permíteme compartir algo. La última vez que fui al supermercado, un simple carrito estaba lleno de cosas que, según mi presupuesto, debería haber podido comprar con las sobras de un almuerzo. La mirada de incredulidad y aprensión de otros compradores resonó en toda la tienda. ¿No sientes que cada día se está volviendo un poco más difícil?

La inflación ha sido como aquel amigo que nunca se va de casa: sigue comiendo la comida que dejaste en el refrigerador y se siente cómodo a pesar de que has mencionado cientos de veces que se necesita un cambio. Esa frustración ha estado tomando fuerza en la opinión pública, especialmente entre aquellos que apenas están llegándole a fin de mes.

La espera de un respiro

Llevamos un tiempo lidiando con los efectos de esta situación y a veces se siente como si estuviéramos viviendo en un ciclo de montañas rusas de emociones. En un momento nos encontramos celebrando la creación de empleo, y al siguiente, nos detenemos en seco, sintiendo el vértigo de las cifras más bajas.

Pero, ¿qué nos depara el futuro? Los próximos meses serán cruciales, y aunque hay muchos que pueden jugar al análisis económico, siempre existe un poco de incertidumbre en la mezcla —a menos que quieras asegurarte de llevar un paraguas para cualquier tormenta que se avecine.

Reflexiones finales

Para aquellos de nosotros que somos participantes en este juego interminable llamado vida, la economía y el empleo son temas que no solo llenan columnas y encuestas. Afectan nuestro día a día, nuestras decisiones y, en última instancia, nuestro bienestar.

Con todas las historias que hemos compartido hasta ahora, una cosa es clara: la racha de creación de empleo en la era Biden ha sido notable, pero no está exenta de desafíos. La inflación, las huelgas y las circunstancias extraordinarias siempre parecen jugar un papel crucial en el presente económico. A medida que nos adentramos en la vorágine de las elecciones y la incertidumbre que las rodea, vale la pena reflexionar sobre qué dirección tomará la economía y, lo que es más importante, nuestras vidas.

El futuro quizás no sea tan predecible como quisiéramos que fuera, pero siempre existe la posibilidad de que ese letrero de «se aceptan cambios» esté iluminado. Al final del día, seguimos todos juntos en esta montaña rusa llamada «economía». ¡Sujétense bien y mantengan las manos dentro del carrito!