En el corazón de la provincia de Valladolid, un grupo de mujeres está cambiando el panorama del empleo rural y haciendo historia a través del VII Programa de Desarrollo Profesional para Mujeres en Entorno Rural. Pero, espera un momento, ¿qué tiene de especial este programa? ¿Cómo puede un curso cambiar la vida de varias mujeres y, a su vez, la de sus comunidades? Vamos a descubrirlo.

Un camino de empoderamiento y aprendizaje

Recientemente, en una emotiva ceremonia, Roberto Migallón, delegado del Área de Empleo, y Manuel Perucho, director de la Escuela de Negocios CEU Castilla y León, entregaron diplomas a 15 valientes mujeres que completaron este programa. Esta entrega no es solo un formalismo, sino el reconocimiento de un viaje lleno de retos, superación y crecimiento personal.

Personalmente, recuerdo mi primer taller de desarrollo personal. La ansiedad y la emoción chocaban en mi interior. La idea de dar un paso hacia adelante, de enfrentar mis inseguridades y aprender nuevas habilidades es algo que cualquier mujer (o persona en general) puede entender. Cuando veo a estas 15 mujeres con sus diplomas, me viene a la mente una frase: “¡Ellas lo lograron!”.

El compromiso de la Diputación de Valladolid

Migalón enfatizó que este curso no es una actividad aislada, sino el reflejo de un compromiso constante con la igualdad de oportunidades. ¡Menos mal! Porque, a veces, parece que las mujeres tienen que luchar con una mano atada a la espalda. Es reconfortante ver iniciativas que buscan cambiar esa narrativa. La Diputación de Valladolid ha demostrado que el empoderamiento femenino es clave para el desarrollo de las comunidades rurales.

La importancia de la colaboración público-privada

Otra pieza del rompecabezas es la colaboración con la Escuela de Negocios CEU, que ha creado un entorno propicio para el aprendizaje. ¿Quién imaginó que unir fuerzas hubiera potenciado tanto el aprendizaje práctico? Esta sinergia se debe a la creencia compartida de que, al fortalecer las competencias de las mujeres en el ámbito rural, se fomenta el crecimiento tanto individual como colectivo. En este momento, es crucial que más instituciones sigan este ejemplo, ¿no cree?

Conociendo a las heroínas del programa

Las participantes del programa provienen de localidades como Boecillo, Medina de Rioseco y Santovenia de Pisuerga. Cada una de ellas trae consigo un bagaje profesional impresionante. La mayoría tienen experiencia previa en puestos directivos o en la comercialización de productos y servicios. Imagínense eso: un grupo de mujeres con trayectorias diversas, unidas por el deseo de mejorar. Eso, mis amigos, es una verdadera comunidad.

En el curso de mis años trabajando con diversos grupos, he visto que la diversidad de experiencias suele resultar en conversaciones más ricas y en soluciones más creativas. La magia está en que cada persona tiene algo único que aportar. Algo que he aprendido es que el trabajo en equipo no se trata solo de sumar talentos, sino de multiplicar esfuerzos hacia un objetivo común.

El perfil de las participantes

El Programa de Desarrollo Profesional para Mujeres en Entorno Rural se dirige a aquellas que trabajan en localidades de menos de 20.000 habitantes y que quieren mejorar sus competencias. En esta edición, somos testigos de cómo estas mujeres tienen un espíritu empresarial, están listas para romper barreras y no temen buscar nuevas oportunidades. Si eso no es inspirador, no sé qué lo es.

Entre ellas, encontramos emprendedoras con aspiraciones de optimizar su rendimiento, profesionales con ganas de trazar un plan de promoción y empresarias que buscan mejorar sus negocios. ¡Bravo por ellas! Su actitud es el modelo a seguir en un mundo lleno de retos.

Objetivos educativos del programa: más que solo diplomas

El programa va más allá de otorgar diplomas. ¿Quién no ha sentido que un papel es solo eso? Aquí, se les proporciona herramientas valiosas que les ayudan a crecer tanto profesional como personalmente. Algunos de sus objetivos incluyen:

  1. Desarrollo de habilidades de liderazgo: Porque no basta con ser una buena profesional; hay que poder liderar y guiar a otros.
  2. Orientación al logro: Este aspecto es fundamental, ya que proporciona la motivación necesaria para alcanzar metas.
  3. Valorización del proyecto profesional: Cada una de estas mujeres está en el camino de hacer que su carrera brille.
  4. Capacidad de autovalía: Aprender a valorarse a sí mismas es crucial en un entorno donde a menudo las mujeres pasan desapercibidas.

Al leer esto, no puedo evitar pensar en mis propias luchas por la autovaloración. Muchas veces, las mujeres, y los hombres también, se encuentran atrapados en un ciclo de dudas e inseguridades. Pero, como bien dice el viejo adagio: “Cree en ti mismo y todo será posible”.

El camino del programa en tres etapas

El Programa se desglosa en tres etapas metodológicas que junto con la evaluación continua ayudan a las participantes a identificar sus áreas de mejora. Suena complicado, pero en realidad, es un proceso reflexivo que permite a cada mujer evaluar su situación actual, establecer metas y trabajar en un plan de mejora personal.

Se podría decir que es como prepararse para una maratón, donde el primer paso es conocer su estado físico actual (en este caso, profesional) y luego entrenar para llegar a la meta.

Respeto y progreso comunitario

Además de promover el liderazgo entre ellas, el programa también contribuye al bienestar de sus comunidades. Al empoderar a una mujer, se empodera a su familia, y, en efecto, a su comunidad. Esto recuerda a la famosa frase: “Detrás de cada gran hombre…”, aunque creo que hoy en día, prefiero decir “detrás de cada gran comunidad, hay mujeres increíbles apoyando su desarrollo”.

La intervención de la Diputación de Valladolid también resalta un punto importante: el papel que juegan las mujeres en la lucha contra el reto demográfico. Con estilos de vida más sostenibles y un mayor compromiso institucional, ellas están presentando un nuevo enfoque para enfrentar los desafíos del mundo rural. ¡Eso sí que es un impulso significativo hacia un futuro mejor!

La importancia de reconocer el esfuerzo

Por si fuera poco, la Diputación también ha reconocido a cinco empresas innovadoras y sostenibles con los Premios Ecoempleo 2024. No hay duda de que el progreso no llega solo; necesita personas y empresas que estén dispuestas a innovar y a hacer de este un mundo mejor.

Esta atención hacia las empresas sostenibles muestra que hay un cambio de mentalidad en curso. ¿Quién diría que lo simple como elegir productos sostenibles podría cambiar la economía? Todo comienza con la conciencia, y estas iniciativas están ayudando a fomentarla.

Reflexiones finales: el futuro de las mujeres en el entorno rural

Mirando hacia el futuro, el impacto que iniciativas como el Programa de Desarrollo Profesional tienen en el mundo rural es innegable. Este programa no solo ofrece oportunidades a las participantes, sino que representa un ejemplo a seguir para más instituciones y localidades. Me pregunto cuántas más oportunidades como esta se pueden crear. ¿No sería genial ver más programas que empoderen a las mujeres en diferentes áreas?

A medida que el mundo gira hacia un enfoque de sostenibilidad y equidad, es fundamental seguir apoyando a las mujeres que tienen el potencial de transformar su entorno. Siempre tendrán un lugar en la historia del progreso social y económico.

Así que la próxima vez que alguien te diga que las cosas no pueden cambiar, recuerda estas 15 mujeres que dijeron “sí” a su futuro en el entorno rural de Valladolid. Ellas han demostrado que, cuando se unen y se comprometen a su desarrollo, pueden hacer magia. Quizás, solo quizás, ¡el futuro es femenino!