Si algo hemos aprendido en estos tiempos inciertos es que la economía es como una montaña rusa: subidas, bajadas y, en ocasiones, vuelcos inesperados que nos dejan con un nudo en el estómago. Esto es especialmente cierto cuando se trata de los mercados europeos, que han tenido su dosis de emociones mixtas en los últimos días, a raíz de los anuncios de Donald Trump y su incesante guerra comercial.
¿Por qué es tan significativa la guerra de aranceles?
Para quienes aún están a la espera de un elogio en la clase de economía, permitidme iluminaros. En esencia, los aranceles son impuestos que se aplican a los productos importados. Esto significa que, al encarecerse los productos extranjeros, los consumidores pueden terminar comprando más productos nacionales. A simple vista, suena genial, pero la realidad es más compleja. A menudo, la respuesta en el mercado es impredecible y puede provocar efectos adversos en varias industrias.
Imaginemos que alguien decide poner un impuesto a nuestras galletas favoritas, sí, esas que después de un buen día de trabajo son el mejor premio. El precio aumenta, pero como el antojo no se extingue, tal vez terminemos comprando más galletas de la competencia, que pueden ser menos sabrosas. Así, la economía de galletas podría parecerse a la de acero y aluminio bajo la sombría sombra de Trump.
La reciente sesión en los mercados europeos
La última semana no fue la excepción. A pesar de que Trump confirmara su intención de imponer nuevos aranceles del 25% al acero y al aluminio, las bolsas europeas abrieron con una sonrisa. ¿A quién no le gusta una buena sorpresa? Es como cuando entras en una tienda y ves que la galleta de chocolate que tanto amas tiene un 50% de descuento. Sin embargo, días después, podrías descubrir que esa misma galleta ahora es la última disponible en el estante. La bursatilidad es un juego de riesgo.
El Ibex 35, principal índice español, comenzó su jornada con incertidumbre, abriendo «en plano», como se suele decir en el argot financiero. A pesar del mal tiempo que se acercaba, cerró con una leve ganancia del 0,16%, alcanzando los 12,708.8 puntos. Un pequeño respiro en medio de la tormenta, pero ¿realmente podemos decir que estamos a salvo?
La espectacular actuación de Acerinox
Uno de los actores principales de la jornada fue Acerinox, una siderúrgica con una fuerte presencia en EE.UU., que se benefició de la situación al anticipar un aumento en la demanda local debido a los aranceles. Sorprendentemente, sus acciones aumentaron un 3.76%. ¿Acaso alguien más sentía que estaba ganando una carrera en vez de simplemente aumentar su stock de ingredientes?
Bankinter ya había advertido que Acerinox podría salir beneficiada debido a que tiene producción propia en el país, lo que le permite ser “más atractiva” cuando se trata de consumir local. Porque al final, ¿quién no quiere un producto «hecho en casa» en lugar de uno importado?
En mi experiencia personal, siempre que tengo la opción por productos locales, tiendo a elegirlos, especialmente si van acompañados de un buen marketing. ¡Por favor, un poco de amor a lo local!
La caída de ArcelorMittal
Por otro lado, ArcelorMittal sufrió un golpe, con un descenso del 0.58% en sus acciones. ¿Por qué este dramático giro? Pregunta clave: ¿serán estos aranceles un impedimento para sus operaciones debido a la incertidumbre con los mercados vecinos? ArcelorMittal tiene plantas no solo en EE.UU., sino también en México y Canadá, lo que lo hace susceptible a las nefastas proclamas de Trump.
A veces me pregunto si las grandes empresas también sienten la presión que sentimos los humanos. Así como las decisiones laborales pueden cambiar el rumbo de nuestras carreras, las decisiones políticas pueden hacer tambalear la estabilidad financiera de grandes corporativos. Me imagino a los ejecutivos mirando el televisor, tomando un trago de café, mientras el desesperado zumbido de las noticias retumba en la sala de juntas.
¿Por qué no se hundieron los mercados?
Una de las preguntas que quedaron flotando tras el cierre de las sesiones fue: ¿cómo es posible que no se produjeran caídas significativas? La respuesta, como muchos de ustedes ya supondrán, radica en un sutil juego de expectativas. La gente, y aquí estoy hablando de los inversores, a menudo hacen el paralelo entre los anuncios de nuevos aranceles y las negociaciones subsiguientes que son casi inevitables. Es como el mito de la «brecha de galletas»: un recuerdo nostálgico de que las cosas pueden mejorar, siempre con un poco de esfuerzo.
Los inversores, que son como exploradores en un mar de incertidumbre, a menudo optan por mantenerse a la espera, esperando el momento adecuado para tomar decisiones. En este caso, esto podría llevar a un respiro temporal, como si el caso del gato de Schrödinger estuviera vivo y muerto al mismo tiempo.
¿Qué empresas tienen más que perder?
Según los analistas de Renta4, hay empresas que deben mantener los ojos bien abiertos en este juego. Tubos Reunidos, por ejemplo, podría experimentar un impacto negativo debido a que una parte significativa de sus ventas se origina en EE.UU. Digamos que esperan que la tormenta pase, con la esperanza de que los aranceles no arruinen su negocio en el mercado americano.
Eventos pasados nos enseñan que la historia a menudo se repite, y recordar a mediados de 2018, cuando se impusieron aranceles, podría ser una pista de que una caída negativa no es sólo un cuento de hadas empresarial. Por tanto, aunque hay que quedarse tranquilos, estar en la cuerda floja es una opción que nadie desearía.
¿Y qué hacer ahora?
Por supuesto, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué hacemos ahora? Legalmente, no soy un asesor financiero (ni tampoco un experto en galletas), pero lo que sí sé es que la paciencia y el análisis crítico son fundamentales en este mar de incertidumbres.
La clave para navegar en estos tiempos turbulentos es observar, entender y, sobre todo, no tomar decisiones a la ligera. Los arzones de la economía global son como un juego de ajedrez, donde una buena jugada puede marcar la diferencia, y a veces, es mejor esperar a que el adversario se movida para reaccionar.
Y mientras tanto, ¿qué tal si nos relajamos con un café y una galleta, y pensamos en lo bonito que es el mundo de las inversiones? Siempre es más fácil lidiar con los problemas cuando estamos bien alimentados.
Conclusión
Los mercados europeos, tal y como hemos visto, están en un estado delicado, en parte por los anuncios de nuevas tarifas e incertidumbre. Los altibajos no son meramente números, son reflexiones de decisiones complejas que afectan a millones. Así que, si alguna vez te sientes abrumado por los mercados o la economía, recuerda que incluso los grandes jugadores a veces tienen días buenos y días malos.
Y, sobre todo, nunca olvides disfrutar de una buena galleta de chocolate, porque, al final del día, todo es más llevadero con un poco de dulzura. ¿Quién está conmigo?