Uno a uno, los clubes deportivos de la provincia de Valencia han levantado la mano en señal de auxilio tras las devastadoras inundaciones del 29 de octubre. En este contexto, el empresario Juan Roig, conocido principalmente por ser el dueño de Mercadona, ha lanzado un salvavidas a través del programa ‘Alcem-se Esport’, proporcionando más de un millón de euros en ayudas. Pero, ¿qué significa esto para los deportes y la comunidad valenciana en general? Vamos a desglosarlo.
El impacto de la dana en el deporte: una catástrofe que afecta a todos
La dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la provincia de Valencia no solo ha dejado estragos en infraestructuras y viviendas, sino que también ha golpeado con fuerza a más de 350 clubes deportivos. Esos lugares donde los jóvenes aprenden valores como la disciplina, la lealtad y, por supuesto, la diversión, han sufrido pérdidas significativas. Las instalaciones deportivas se convirtieron en ríos, y los sueños de cientos de niños de hacer deporte se vieron amenazados.
Personalmente, recuerdo haber vivido una situación similar en mi infancia: cuando mi equipo de fútbol local se quedó sin campo debido a una tormenta. Lo que parecía un simple juego se volvió un asunto serio, y la comunidad tuvo que unirse para restaurar la normalidad. Esa experiencia me enseñó que el deporte va más allá de una simple actividad física; es comunidad, es unión, es un estilo de vida.
‘Alcem-se Esport’: un faro de esperanza en medio de la tormenta
El programa ‘Alcem-se Esport’ tiene como objetivo primordial devolver la normalidad a las localidades afectadas. La inyección de fondos busca cubrir gastos de desplazamiento y alquiler de instalaciones, así como la reposición de material deportivo perdido. Es asombroso pensar que 18.000 niños están involucrados y que este plan tiene la capacidad de reactivar no solo el deporte, sino también la esperanza de muchas familias en estos momentos complicados.
“En el club de Taekwondo Sena de Alaquàs pudimos recuperar la actividad pronto gracias a la ayuda de Alcem-se, sobre todo pensando en los niños de la escuela y sus familias,” dice José Sena, presidente del club. ¿Te imaginas volver a entrenar y preparar a esos pequeños campeones para la competición de esta forma? Esa alegría renovada y esas sonrisas son un verdadero testimonio del impacto de estas ayudas.
Más que un cheque: la importancia de la solidaridad
La solidaria reacción de Juan Roig no se ha limitado a la donación inicial. Su Fundación Trinidad Alfonso apoya el deporte en la Comunitat Valenciana, y con la adición del Villarreal, que donó también dos millones de euros para la reconstrucción de campos de fútbol, se ha creado un efecto dominó de apoyo. En tiempos como estos, cada gesto cuenta. ¿No te parece increíble cómo la solidaridad puede cambiar vidas?
La respuesta de los clubes afectados: resiliencia en tiempos difíciles
Los clubes beneficiados de estas ayudas están mostrando no solo agradecimiento, sino también un espíritu inquebrantable. Agustín García González, presidente del Club de Natación Sedaví, compartió: «Gracias a la ayuda de Juan Roig, podemos afrontar la compra y reposición de material deportivo necesario para que nuestro equipo de niños y mayores vuelva a entrenar». Estas palabras resuenan como un eco de esperanza.
Llevo años involucrado en deportes, y una de las lecciones más duraderas es que las adversidades pueden ser momentos de crecimiento, siempre y cuando haya un apoyo sólido detrás. Sin duda, el programa ‘Alcem-se Esport’ está contribuyendo a escribir una nueva historia de superación para estos clubes.
La severidad de la dana: no una mera anécdota
La severidad de la dana no debe ser subestimada. 50 municipios vieron sus infraestructuras destruidas, y el hecho de que más de 170 clubes ya hayan sido asistidos subraya la magnitud del desafío. A menudo, se habla de catástrofes naturales con estadísticas y números fríos, pero detrás de esos números hay historias humanas. Estas son historias de aletas flotando en la piscina, de balones rebotando en un campo lleno de barro, de risas infantiles que, por un tiempo, fueron silenciadas.
En un momento de calma tras un vendaval, mientras la comunidad mira hacia atras y reconstruye, se nos recuerda a todos los que hemos pasado por momentos difíciles que cada tormenta cesa y que siempre hay un nuevo amanecer.
La importancia de la continuidad en el deporte
Uno de los mayores regalos que se pueden dar a una comunidad es el acceso al deporte. No solo se trata de entrenamiento físico, sino también de la creación de vínculos entre los miembros de la comunidad. Volver a la actividad deportiva significa más que reconectar con una pelota o un tatami; significa revitalizar la cohesión social, brindar un espacio seguro para los niños y ofrecer incalculables lecciones de vida.
La vida nos presenta retos a cualquier edad. Desde aprender a lidiar con la pérdida al perder un juego, hasta cómo levantarnos una vez más después de una derrota. Hay un viejo dicho que dice “los campeones se forman en las malas temporadas”. En este caso, ambos, los clubes y sus miembros, están siendo moldeados ante nuestro ojos.
Reflexionando sobre la responsabilidad social de las empresas
La acción de Juan Roig debería llevarnos a una reflexión más amplia sobre la responsabilidad social de las empresas. Cuando una figura tan prominente decide involucrarse, se establece un precedentes valioso. No se trata solo de ser un buen empresario; se trata de construir un legado. ¿Cómo queremos que nos recuerden las futuras generaciones? ¿Solo como la empresa que vendió más o como aquella que se preocupó por su entorno?
El hecho de que una empresa pueda compartir sus éxitos financieros con la comunidad nos muestra que la prosperidad debería tener un efecto positivo en el entorno que la rodea. En tiempos de crisis, es sombrío condenar al olvido a las instituciones que generan bienestar.
Conclusión: todo vuelve a su cauce
El programa ‘Alcem-se Esport’ está marcando la diferencia, gracias a un empresario que decidió hacer algo en lugar de solo observar. Valencia, y más concretamente sus clubes, están en una fase de reconstrucción y lo mejor está por venir. Uno puede cuestionarse si las ayudas son suficientes o si llegarán a todos los rincones necesitados. Pero, más allá de eso, esta acción crea un impulso positivo que puede ser imitado en otras regiones y sectores, recordándonos que, al final, la solidaridad y comunidad siempre triunfan.
Al final del día, el verdadero triunfo será ver nuevamente a esos 18.000 niños multiplicando su energía en el campo, en la piscina y en el dojo, jugando, compitiendo y disfrutando. Porque, ¿para qué servimos si no es para construir un futuro brillante para quienes vienen detrás de nosotros? La respuesta está en la acción, y esta es una magnífica lección de cómo, incluso en la adversidad, la comunidad puede unirse y levantarse.
¡Así que, levantemos nuestra voz en apoyo a los clubes deportivos de Valencia y a todos los que se esfuerzan por devolverles la vida a esos espacios tan valiosos! ¿Y tú, qué harías para contribuir a tu comunidad en tiempos difíciles?