En un mundo donde la economía a menudo se presenta como un laberinto de números, teorías complejas y gráficos inquietantes, Mariana Mazzucato llega como una brisa fresca de entusiasmo e inteligencia. Sí, esa es ella, la economista que puede entrar a una sala de reuniones con la formalidad de un académico y salir con la energía de un entrenador motivacional. Su enfoque no solo redefine el papel que juega la economía en la sociedad, sino que también nos invita a replantear nuestra relación con la innovación y el liderazgo. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? Vamos a desmenuzarlo.
¿Quién es Mariana Mazzucato y por qué debería importarte?
Antes de saltar a sus teorías y anécdotas, tomemos un momento para conocer a esta increíble mujer. Mariana Mazzucato nació en Roma en 1968 y ha pasado gran parte de su vida académica en el University College de Londres. Es la directora del Instituto para la Innovación y Propósito Público, donde se dedica a investigar cómo las políticas públicas pueden fomentar la innovación. Alguien podría preguntarse, «¿pero qué tiene esto que ver conmigo?» Lo que ella propone no es solo teoría económica, es una nueva brújula para una sociedad que busca fomentar la creatividad y el progreso.
Te contaré un secreto: cuando leí por primera vez sobre Mazzucato, no podía evitar pensar en las charlas motivacionales que todos hemos escuchado —más que nada por el aire que tiene de “¡Sigue adelante!” Aunque, claro, lo hace desde un enfoque más profundo que esos mismos discursos que aquejan en las ferias de emprendimiento.
Liderazgo y valentía: ideas que rompen esquemas
Mazzucato es conocida por hablar de liderazgo y valentía en el contexto de cómo las empresas, y en especial los gobiernos, pueden impulsar la innovación. Ella destaca que, a menudo, las empresas exitosas no son sólo aquellas que tienen el mejor producto, sino aquellas que han tenido el valor de innovar. Como ella dice, «la innovación no se trata solo de crear algo nuevo, sino de que cada uno se atreva a dejar su huella».
Pero, ¿alguna vez has pensado en cuánto riesgo asumimos al innovar? Recuerdo una vez, en mi primer intento de emprender, decidí lanzar un blog de viajes (historia del que me siento un poco avergonzado de recordar). Al principio, era entusiasta y creativo, pero tras algunos meses me di cuenta de que sólo tenía un clic: mi madre. Fue un ejemplo de cómo no asumir riesgos adecuadamente puede llevar a un fracaso flagrante. Con el tiempo descubrí que la clave no sólo es arriesgarse, sino también entender qué significa realmente innovar.
El rol de las políticas públicas en la innovación
Ahora, una pregunta que a veces me llega a la cabeza: ¿qué tenemos que ver nosotros, los ciudadanos, con las políticas públicas? ¡Mucho más de lo que podrías pensar! Mazzucato argumenta que las políticas públicas no son solo un marco para regular, sino que pueden ser motoras de la innovación. A través de su trabajo, ha resaltado cómo el gobierno de los Estados Unidos, por ejemplo, ha sido esencial en la creación de tecnologías que hoy consideramos cotidianas (¡hola, Internet!).
Piensa en ello: cada vez que usas tu teléfono inteligente para enviar un mensaje, recuerda que muchas de las innovaciones que permitieron su desarrollo fueron financiadas por el Estado. A menudo, los ciudadanos olvidamos que nuestros impuestos también pueden ser una inversión en el futuro.
¿Por qué innovar no es suficiente?
En un mundo donde la palabra «innovar» se convierte casi en un mantra empresarial, Mariana nos advierte que la innovación por sí sola no es suficiente. Hay que preguntarse: ¿para quién innovamos? Si las empresas desarrollan nuevas tecnologías que solo benefician a unos pocos, el resultado podría ser un desastre social. Innovar no es solo un ejercicio para hacer dinero; es un compromiso ético.
Digamos que acabas de desarrollar la mejor app de meditación. ¡Fantástico! Pero si solo un grupo privilegiado tiene acceso a ella, ¿realmente estás innovando para el bien común? Me recuerda a esos días en los que pensaba que podía ser el próximo gran creador de apps. Solo para darme cuenta de que crear algo que impactara a las personas era más complicado de lo que parecía y que, a menudo, mis ideas se quedaban atascadas en el limbo de «esto suena genial, pero…».
Innovar en la comunidad: el verdadero desafío
Un concepto interesante que propone Mazzucato es que la innovación no ocurre en el vacío. La comunidad juega un papel fundamental. Necesitamos construir redes de colaboración donde Gobierno, sector privado, comunidades y académicos puedan dialogar y crear soluciones conjuntas.
Imagina un vecindario donde los residentes colaboran para crear una app que conecta a ancianos con jóvenes dispuestos a ayudarles. O un grupo de emprendedores que se unen para idear soluciones a problemas sociales. Aquí es donde el liderazgo se convierte en algo tangible, donde la valentía no se mide solo por decisiones arriesgadas, sino por la capacidad de escuchar y actuar en función de las necesidades de la comunidad.
Cómo superar el miedo al fracaso
Una de las razones por las que muchas personas no se lanzan a innovar es el miedo al fracaso. Mariana nos recuerda que el fracaso no es el enemigo, sino más bien un maestro feroz, pero eficiente. Al final del día, todos hemos fallado en algo; lo importante es recordarlo como parte del proceso.
En mi propia experiencia, cada error que cometí en las primeras versiones de mi blog fue una lección valiosa. Sí, tal vez no tenía el mayor contenido en mis primeros intentos, pero lo que aprendí sobre SEO y marketing digital a través de esos fracasos ha sido invaluable. Cada error fue un peldaño hacia el éxito, aunque en su momento no lo pareciera.
Un futuro sostenible requiere un nuevo enfoque
Finalmente, no podemos hablar de innovación sin mencionar la necesidad de un enfoque sostenible. Hoy más que nunca, Mazzucato nos insta a pensar en cómo nuestras decisiones, tanto empresariales como personales, afectan al medio ambiente. Una innovadora no puede serlo de verdad sin considerar su impacto en el planeta.
Los recientes movimientos en la industria tecnológica y automotriz muestran un cambio hacia la sostenibilidad, y Mazzucato es parte importante de este discurso. De hecho, empresas como Tesla han hecho del desarrollo sostenible su prioridad, y aunque no están exentas de crítica, la dirección hacia la que se dirigen es innegable.
Reflexiones finales: la economía con propósito
Mariana Mazzucato es un recordatorio viviente de que la economía puede —y debe— tener un propósito. En sus discursos, podemos encontrar un baluarte para quienes desean cambiar el mundo a través de la innovación. Al final del día, se trata de dar un paso hacia adelante, de asumir riesgos, de adoptar el fracaso y de pensar en el bien común.
Así que te pregunto, ¿estás listo para salir de tu zona de confort? Personalmente, creo que hay un innovador dentro de cada uno de nosotros, esperando salir a la superficie. ¡Atrévete a hacerlo!