¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de todos los esfuerzos de inclusión y equidad en el lugar de trabajo, aún observamos cifras que parecen sacadas de un mal cálculo matemático? La reciente información divulgada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en 2023 sobre la brecha salarial de género en la banca nos da una visión inquietante sobre este tema. A medida que profundizamos, te invito a que reflexiones conmigo sobre esta realidad.

Un brete de cifras alarmantes

Primero, hablemos de números. Este año, de los 253 banqueros que ganaron más de un millón de euros, sólo 30 eran mujeres. ¿Te suena desproporcionado? ¡A mí también! Esto implica que el número de hombres que llevan el dinero a casa es siete veces superior al de mujeres en el top de banqueros maximales. A menudo suelo pensar que los números pueden contar historias, pero en este caso, la narrativa es sobre una desigualdad que persiste a pesar de los discursos y políticas adecuadas.

Comparando con datos del año pasado, el número de banqueros millonarios ha incrementado un 20%, pasando de 211 a 253. En el lado opuesto de la moneda, tan sólo los salarios de las banqueras parecen encoger con cada nuevo reporte. En 2022, solo había 22 mujeres en esta lista; ahora están en 30, lo que sugiere un avance, aunque sea leve. ¿Es esta realmente una victoria?

La lucha por el primer puesto

Vamos a hablar de cosas más concretas. ¿Sabías que en 2023, el total de 240 millones de euros se dividieron en remuneraciones fijas para estos banqueros? Esa es una suma que haría sonrojar a la mayoría de nosotros, pero aquí viene el quid: el sueldo medio de estos banqueros es de unos 2,1 millones de euros. Puede que en algunas ocasiones te haya llegado un aumento de 50 euros y hayas celebrado con un café… ¡Imagínate recibir un millón!

Más curioso aún es que cuando vemos este mega incremento en los bonos, que alcanzan unos 300 millones, debemos reflexionar en qué partes del juego estamos y si realmente estamos «jugando» aquí. ¿Un bonus por ser el que más horas pasa en la oficina o será que simplemente, es más fácil aplaudir por el género empleado?

¿El factor sorpresa?

Mientras reflexionaba sobre esta discrepancia, recordé una anécdota divertida de una cena entre amigos. Había un amigo que siempre se vanagloriaba de sus logros laborales, mientras que una amiga que trabajaba en un sector administrativo mencionaba que su salario apenas le permitía «no comer en casa». Claro está, nadie quiere saber cuánto gana realmente un abogado corporativo o un banquero, pero la falta de transparencia no ayuda.

En este sentido, la EBA proporciona un panorama más amplio. En el informe también se observó que, en el conjunto de la Unión Europea, hay un total de 2.343 banqueros con salarios que superan el millón de euros. Al parecer, el club de los millonarios bancarios es un club exclusivo, pero lamentablemente, parece que sólo unos pocos logran cruzar la frontera.

Banqueros y banqueras: una carrera desigual

Algo que me parece increíblemente inquietante es que, en la lista de los que ganan entre 13 y 14 millones de euros, solo figura una mujer: Ana Botín, presidenta del Banco Santander. Ciertamente, su impacto es fuerte y positivo, pero no se puede sentir que la balanza esté equilibrada. En el peldaño actual, es casi como: “Miren, ¡hay una mujer en el podio!”.

Sin embargo, debemos reconocer que esto no es un logro que celebremos con gran fanfarria. La presencia de Ana Botín es notable, no solo por su éxito, sino porque destaca entre un montón de hombres. A través de esta historia personal, muchos de nosotros apreciamos que las quebraduras en las techumbres, como el que se menciona aquí, hacen que incluso la figura más ejemplar exponga el problema de fondo.

¿Hacia dónde vamos?

Ciertamente, se han dado pasos significativos en la dirección correcta. Las cifras actuales aún pueden justificar el optimismo. Sin embargo, la pregunta que pesa en el ambiente es: ¿Estamos realmente avanzando o simplemente estamos haciendo lo que nos gusta denominar «mejoras incrementales»? La brecha salarial sigue siendo un problema candente y de actualidad, y aunque haya más mujeres en la lista de banqueros millonarios, esto no se sostiene cuando el número total de banqueros es tan desigual.

¿Te has puesto a pensar en por qué estas cifras pueden estar tan desequilibradas? Podría ser una combinación de falta de oportunidades, prejuicios históricos y el entorno financiero que sigue dominado por hombres, donde la cultura de trabajo exige muchas horas y a menudo, un ambiente competitivo.

¿Es el sector bancario una excepción o una regla?

Este fenómeno de desigualdad no es exclusivo de la banca. A menudo en grandes corporaciones y otros sectores, la brecha sigue siendo similar. Las conversaciones acerca del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) o de Oxfam apuntan a la inmensa disparidad que existe en todas las industrias.

Recuerdo una charla reciente en un evento del sector que mencionaba cómo las voces femeninas tienden a ser eliminadas de la combinación de directivas, a menudo en un intento de «proteger» el ambiente laboral. Pensar en entorno, cultura, oportunidades, y la publicidad de datos financieros puede allanar el camino para minimizar diferencias.

La importancia de la transparencia

A medida que avanza la conversación sobre la brecha salarial de género en la banca, es fundamental que también exploremos las formas de transparencia a nivel organizacional. Quienes trabajamos en diferentes sectores, nos damos cuenta de que sin claridad, la lucha por la equidad va a quedar un poco más oscura.

Cuando tengamos acceso a informes detallados sobre cómo se reparte el dinero, y la adquisición de oportunidades, podemos hacer un seguimiento efectivo. No se trata solo de aumentar el número de mujeres empleadas, sino de garantizar que también estén en posiciones donde las decisiones se tomen a partir de una mayor diversidad.

Reflexiones finales

En resumen, la brecha salarial de género en la banca es un recordatorio de que aún queda mucho por recorrer. Lo que acaba de ser revelado por la EBA nos indica que estamos mejorando, pero no tan rápido como nos gustaría o lo esperado. La penetración de banqueras en niveles más altos, la cuota femenina en juntas directivas, y la justicia en la remuneración siguen siendo metas alcanzar.

Esperemos que dentro de unos años, podamos hablar de cifras en las que el número de hombres y mujeres en el sector bancario, y sus sueldos, estén más equilibrados. Mientras tanto, te invito a hacer tu parte: hablar, cuestionar y ser parte de este cambio que, esperemos, llegue más pronto que tarde. Tómate un café, piénsalo un poco y recuerda, cada cifra cuenta.

¿Estás listo para ser parte de la solución?