La moda es uno de esos sectores donde las historias de éxito a menudo vienen acompañadas de un halo de glamour, destellos de pasarelas y una pizca de drama. Sin embargo, la historia de Georgina Escoda, la fundadora de Bad Habits, es un relato de empoderamiento, resiliencia y una buena dosis de creatividad que nos invita a reflexionar sobre cómo la vida puede cambiar en un instante.
Un comienzo humilde que lleva a la grandeza
Georgina no nació con una cuchara de plata ni en el mundo de las celebridades. No, su camino comenzó como el de muchos otros, con un curso de modelaje que, según ella misma, fue un regalo de su abuela a los 16 años. «Nunca imaginé que ese curso me llevaría a fundar mi propia marca», dice con una sonrisa, como si estuviera recordando una inocente adolescencia llena de sueños.
Desde sus años de modelo, pasando por pasarelas internacionales y colaboraciones con marcas como Mango y Bimba & Lola, Georgina aprendió que el detalle importa. Su mentora, Conchita Vilella, le enseñó una lección fundamental: «Nunca desestimes los detalles, porque en ellos se encuentra el verdadero lujo». Cuánta razón hay en esas palabras; un poco de atención a los pequeños detalles puede marcar la diferencia en cualquier aspecto de la vida, incluso en la moda.
¿Quién no ha tenido ese momento en la tienda, buscando un par de jeans que no solo se sientan bien, sino que también hagan que nuestras nalgas se vean fabulosa? (Sí, estoy hablando de algo más que cómodo). La búsqueda de esas prendas perfectas fue lo que inspiró a Georgina a fundar Bad Habits, y déjenme decirles, ella no fue la única con esa meta. ¡Todos estamos en unidad en esta lucha por encontrar el armario ideal!
La chispa que encendió el fuego: creando bad habits
Todo empezó en 2017, cuando Georgina decidió dar el salto y fundar una tienda multimarca. Pero su espíritu rebelde y la necesidad de ser más que un simple vendedor la llevaron a crear piezas que no eran solo lujo, sino también accesibles. Así nacieron los básicos irresistibles: prendas que todos necesitamos, desde camisas blancas perfectas hasta esos jeans que se sienten como un abrazo.
«Buscaba crear mi armario ideal», dice a menudo, y es un llamado que resuena con muchos de nosotros. ¿A quién no le gustaría tener ese armario que respira estilo y calidad a la vez? La clave, según Georgina, es ofrecer calidad sin necesidad de gastar una fortuna.
¿Cómo lo logra? Con ese enfoque en la producción local, asegurando que el 90% de su confección provenga de talleres en Cataluña y Madrid. ¡Es como un ‘hazlo tú mismo’, pero elevado a un nivel de alta costura! Al final, la moda no es solo sobre estética; es también sobre ética y sostenibilidad.
De batalla en el salón a reina del comercio
Pero, como muchas historias de éxito, el camino no siempre fue fácil. Georgina tuvo que enfrentarse a desafíos que podrían haber derribado a cualquiera. Uno de los momentos más difíciles llegó cuando tuvo un aneurisma cerebral el año pasado. No puedo imaginarme el temor de decir adiós a tus seres queridos, haciéndose presente con esa sensación devastadora de incertidumbre.
«Aprovecho cada momento, porque la vida es un regalo», es su mantra ahora, como si una chispa en su interior la hubiera empujado a vivir con más intensidad.
Después de esa experiencia, Georgina aprendió a delegar y a enfocarse en lo que realmente importa, tanto en la vida como en el negocio. Y aunque no puedo evitar estresar la importancia de la salud, no puedo dejar de sentir un profundo respeto por su perseverancia. Esa combinación de pasión y resistencia es lo que la ha llevado a donde está hoy.
La explosión de bad habits: ¿una moda en expansión?
Con un equipo de 15 empleados y vendiendo sus productos en más de 135 puntos de venta en España, la historia de Bad Habits es, sin dudas, impresionante. ¿Quién podría haber predicho que una marca creada con tanta pasión y humildad se convertiría en una de las más prometedoras en el sector de la moda española? El éxito está en sus manos, y Bad Habits está dando pasos firmes hacia un futuro brillante.
Escoda está en un verano candente, con vistas a unos ingresos de tres millones de euros para finales de 2024. Sí, leíste bien. ¡Tres millones! No está nada mal para una marca que se basa en algunos de los básicos más deseados del armario femenino.
Y es que a veces, lo que parece simple puede transformarse en un éxito arrollador. Mientras tanto, hombre y mujeres están descubriendo que esos «básicos irresistibles» son, en efecto, sus mejores amigos en la moda. Porque, seamos sinceros, ¿quién no ama sacar esa camiseta básica de su armario y hacerla brillar con un toque personal?
Las redes sociales y el efecto bad habits
La era digital juega un papel fundamental en el crecimiento de Bad Habits. Durante la pandemia, Georgina encontró su camino en el mundo de las redes sociales. Comenzó haciendo vídeos en Instagram donde mostraba distintas formas de crear looks con sus prendas. ¿Quién se lo hubiera imaginado? Desde un simple livestream, ha podido construir una comunidad de miles de seguidores que sintonizan cada semana para recibir sus consejos de estilismo.
Es increíble cómo, a veces, las circunstancias más desafiantes pueden convertirse en oportunidades. El clamor de sus seguidores es claro: en muy poco tiempo, las prendas se agotan, casi como si le estuvieran ordenando a Georgina que produzca más. ¡Quiere decir que la comunidad está completamente a bordo!
Pero lo que más me fascina de Georgina es su conexión genuina con sus clientes. No se trata solo de vender prendas. Se trata de empoderar a las mujeres a explorar su estilo, a sentirse bien en su propia piel y a abrazar sus imperfecciones.
El futuro de bad habits: ¿qué viene después?
La ambición de Georgina no termina aquí. En febrero, Bad Habits dará su primer gran salto a El Corte Inglés; un hito que la llevará a un público más amplio. La expansión internacional también está en el horizonte, con planes de aterrizar en Estados Unidos y otros mercados europeos como Reino Unido y Francia. La moda es un juego global y, con Georgina al mando, parece que Bad Habits está preparado para conquistar el mundo entero.
La historia de Georgina Escoda y Bad Habits es un claro ejemplo de que los sueños pueden hacerse realidad con determinación, creatividad y un poco de humor. Puede que una camiseta básica no parezca emocionante, pero cada prenda de Bad Habits cuenta una historia única de amor y esfuerzo.
Reflexiones finales: el legado de bad habits
Así que, cada vez que pienses en lo que has aprendido de esta historia, recuerda que las grandes marcas a menudo tienen los comienzos más humildes. Bad Habits no es solo una marca de ropa; es una oda a la individualidad, a las historias que todas llevamos dentro y que debemos compartir con el mundo. Y, como dice Georgina, «Crear moda con propósito» es el lema que impulsa a Bad Habits.
Ya sea que seas una mujer fuerte, una madre trabajadora, o simplemente alguien que busca lo mejor en la vida, siempre habrá un lugar para ti en el mundo de Bad Habits. Así que, ¿por qué no arriesgarte un poco y explorar tu estilo personal? Después de todo, al igual que Georgina, la historia de todos nosotros está en evolución. ¡Y eso, amigos, es lo más emocionante de todo!