En un mundo que parece cambiar más rápido que las tendencias de moda en Instagram, nos encontramos en medio de la cuarta revolución industrial. Si te has preguntado cómo podemos construir un futuro mejor, aquí hay un punto de partida: la igualdad de género. Hablamos de un propósito que debería resaltar en la agenda de todos—desde ejecutivos de grandes empresas hasta estudiantes de secundaria. La razón es sencilla: empoderar a mujeres y niñas, que son la mitad de la población, es clave para el progreso de la sociedad y para que los negocios prosperen. Pero seamos honestos, aún queda un largo camino por recorrer.

Un largo camino hacia la paridad de género

¿Sabías que, según estimaciones de la ONU, alcanzar la paridad de género total podría llevarnos ¡300 años!? Así es, puedes dejar de preocuparte por suéteres de lana en verano, pero este tiempo de espera es algo que queremos cambiar. La igualdad de género no es solo un tema de derechos humanos; es un pilar fundamental para construir un mundo más pacífico, próspero y sostenible.

En España, el IV Índice ClosinGap—un estudio elaborado por la Asociación ClosinGap en colaboración con PwC—nos dice que hemos alcanzado un 64,9% de paridad en 2023. Alerta, ¡aún nos queda un 35,1% por cubrir! Cuando entendemos lo que esto realmente significa, podemos discutir las implicaciones. Imagina que cerrar esta brecha podría impulsar nuestro PIB en un 15,8%. Hablamos de riqueza, oportunidades y competitividad. Y tú, ¿no querrías vivir en un lugar donde todos y todas tengan las mismas oportunidades de triunfar?

Rompiendo techos de cristal en las carreras STEM

Una de las áreas donde la brecha es más evidente es en las profesiones de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). ¡Oh, los STEM! Muchas veces, ese término parece ser más complicado de entender que el último álbum de Taylor Swift, pero es crucial. Las mujeres conforman más del 50% del alumnado universitario, pero, sorprendentemente, menos del 25% en grados de ingeniería y apenas un 16% en informática. Reflexionando un poco, ¿qué historias estamos contando a nuestras niñas sobre la ciencia y la tecnología?

Recientemente, celebramos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Este evento no es solo una palmadita en la espalda; es un grito de guerra para despertar nuevas vocaciones en jóvenes brillantes. Con ejemplos como Sara García Alonso, la primera mujer astronauta española, o Rosa Menéndez, primera presidenta del CSIC, estamos construyendo un camino donde las niñas no solo sueñen, sino que también crean y lideren.

La fuerza del liderazgo femenino en el ámbito empresarial

Los estudios no mienten. Informes como el de Grant Thornton nos dicen que España ya es el país de la Unión Europea con el mayor porcentaje de mujeres en puestos directivos en empresas de middle market, alcanzando el 40%. Y, sin embargo, eso no significa que debamos quedarnos ahí. ¡Vamos por más!

Hoy en día, tendremos que enfrentarnos a algunos estereotipos y techos de cristal que limitan el potencial femenino en sectores clave. Y aquí es donde se pone emocionante. Un estudio reciente publicado en la revista Panel entre 2020 y 2024 indicó que las mujeres en roles directivos pueden mejorar la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de las empresas. Así es, esos enfoques más inclusivos y colaborativos afectan positivamente la cultura organizacional, lo que se traduce en un mejor desempeño y resultados.

Revolucionar el liderazgo femenino no debería ser solo un asunto de convicciones; es una estrategia de negocio. ¿Quién no querría que su empresa prosperara? La respuesta, mi amigo, es absolutamente nadie.

Sembrando sueños entre las nuevas generaciones

En la cita de Eleanor Roosevelt, «el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños». A medida que nos rehabilitamos ante la realidad de la disparidad de género, tenemos la responsabilidad de fomentar un entorno donde las niñas puedan soñar en grande y sin ataduras.

Recuerdo la primera vez que asistí a un taller de ciencia en mi escuela primaria. Teníamos un experimento sobre cohetes utilizando botellas de plástico y vinagre. Me emocioné tanto que no solo quería ser científica; quería construir un cohete que llevara a la humanidad a Marte. Pero, ¿cuántas chicas soñadoras se desilusionan cuando escuchan que la ciencia «no es para ellas»?

Históricamente, hemos estado rodeados de figuras femeninas brillantes que han hecho contribuciones significativas en la esfera científica; sin embargo, su presencia a menudo se eclipsa en comparación con sus colegas masculinos. Si logramos mostrar a nuestras jóvenes modelos a seguir, como las astronautas y científicas, podemos empezar a eliminar esas percepciones limitantes. Un pequeño cambio en la manera de educar a nuestras futuras generaciones puede provocar un gran cambio en el planeta.

La unión de lo público y privado como clave del progreso

Para hacer realidad un futuro igualitario, se necesita de una colaboración real entre el sector público y privado. Aquí la cosa se pone interesante. Si pensamos en cómo han actuado algunas empresas en este tema, de repente nos encontramos con ejemplos de innovaciones en políticas laborales que han transformado la cultura organizacional.

Las políticas de igualdad no deberían ser solo un documento que las empresas firman al inicio del año; deberían ser parte de su ADN. Empresas como Accenture han demostrado que la diversidad en el workplace no es solo una tendencia, sino una necesidad. Sus iniciativas para fomentar la diversidad han generado resultados tangibles y han influido en otras entidades a seguir sus pasos.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Muchas veces, el cambio se encuentra en el mismo núcleo de los problemas culturales. ¿Alguna vez has notado cómo, a menudo, parece haber ciertas insinuaciones de que “las mujeres simplemente no son buenas en matemáticas”? La buena noticia es que esto está cambiando; la mala noticia es que aún hay trabajo por hacer.

Reflexiones finales: el futuro nos pertenece a todos y todas

Para cerrar esta conversación, me gustaría hacer un llamado a la acción. Si bien cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el número 5 sobre igualdad de género, puede parecer una tarea titánica, cada pequeño paso cuenta. Se trata de un viaje que comienza contigo, contigo y contigo.

Uno tiene que preguntarse: ¿Cómo puedo contribuir? Quizás se trata de fomentar un debate abierto sobre el tema en tu círculo, o tal vez de apoyar a las empresarias locales en tu comunidad. Cada acción cuenta.

Finalmente, recordemos que, al fin y al cabo, el futuro no solo le pertenece a las mujeres; le pertenece a todas y todos. Así que, mientras caminamos juntos hacia un horizonte donde la igualdad de género sea la norma, no olvidemos disfrutar del viaje. Porque en la lucha por el equilibrio, ¡el sentido del humor puede ser nuestro mejor aliado!

Así que, a seguir soñando y, sobre todo, a seguir creando ese mundo mejor que todos anhelamos. ¡A por ello!