En un mundo donde la construcción ha sido tradicionalmente un territorio masculino, están surgiendo iniciativas que desafían ese estereotipo. Una de estas iniciativas es Ella Construye, un proyecto que busca empoderar a las mujeres a través de la formación en oficios como albañilería y carpintería. Pero, ¿cómo una arquitecta se convierte en la pionera de una revolución en un sector tan masculinizado? La historia de Laura Boza, su fundadora, es inspiradora, y su trabajo está teniendo un impacto significativo en la vida de muchas mujeres, transformando no solo su situación laboral, sino también su autoconfianza y visión del futuro.
Un sector en crisis: la necesidad de mano de obra
Se dice que a veces las oportunidades vienen disfrazadas de problemas. En el sector de la construcción, hay una falta crítica de mano de obra, especialmente de personas formadas en distintos oficios. Laura, tras años de trabajar en la promoción inmobiliaria y en obras, se dio cuenta de que había un gran vacío que debía llenarse, y no solo en términos de talento, sino también de diversidad. Fue en el contexto de una obra donde se encontró con una albañila que cambió su perspectiva: «Me sorprendió muchísimo y quedé encantada con su trabajo». En ese momento, la chispa de la transformación comenzó a tomar forma.
Las cifras no mienten
Según Estadísticas de empleo en el sector de la construcción, se estima que el 90% de los trabajadores son hombres. Esto no solo limita las oportunidades laborales para mujeres, sino que también empobrece el sector al no aprovechar una fuerza laboral diversa. ¿Te imaginas cuántas mujeres talentosas y capacitadas están en espera de una oportunidad para demostrar su valía?
Primeros pasos hacia el cambio
Así fue como Laura se embarcó en la misión de formar a mujeres en oficios de construcción. Desde Ella Construye, comenzó a ofrecer cursos abordando las necesidades específicas del sector, y la respuesta fue abrumadora. Las mujeres no solo querían aprender, sino que estaban listas para enfrentar el mundo del trabajo con renovada confianza. Los propios clientes, muchas veces, pedían tener a mujeres trabajando en sus proyectos, lo que refleja un cambio en la percepción tanto del mercado como de la sociedad.
Sweet Home Alabama: el turismo de la construcción
Recordando una anécdota divertida, una vez me invité a un taller de carpintería en una casa de mis amigos. Intenté clavar un clavo y terminé haciendo más ruido que trabajo. Ahí sonó una frase que tomé a broma: «Si no puedo manejar un martillo, ¿cómo voy a manejar mis emociones?» La construcción no solo es una actividad técnica, sino también un ejercicio de confianza y empoderamiento. Laura está demostrando que las mujeres pueden ser tanto expertas en la construcción como en el manejo de sus vidas, ¡y, si es necesario, de las emociones también!
El impacto de la formación en el ámbito laboral
Los talleres de Ella Construye se están llevando a cabo en diferentes lugares de España, atendiendo a demandas específicas de empresas y colectivos. La colaboración con marcas como Brico Depôt ha ampliado el alcance del proyecto, llevándolo a comunidades que realmente necesitan estos recursos. En una de las últimas iniciativas, se realizaron talleres dirigidos a mujeres desempleadas, muchas de las cuales enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
Testimonios que inspiran
Una de las participantes es Sirlene Beatriz Romero, una madre de tres niños que ha enfrentado la violencia de género. Tras ser trasladada a una casa de acogida en Sevilla, descubrió los cursos de Ella Construye. «Llevo diez meses desempleada y quiero formarme para salir adelante», dice Sirlene con determinación. ¿Quién dijo que las adversidades no pueden convertirse en motivaciones?
Su historia es solo uno de muchos ejemplos de cómo estas formaciones están cambiando vidas. A través de talleres, las mujeres tienen la oportunidad de adquirir habilidades prácticas mientras se relacionan con otras que enfrentan circunstancias similares. Al final del día, no se trata solo de construir paredes, sino de construir una red de apoyo sólida y empoderadora.
La importancia de la red de apoyo
Laura Boza no solo se ha dedicado a formar mujeres en habilidades técnicas, sino que también ha promovido la creación de una comunidad entre ellas. «Es fundamental que se conozcan, que establezcan un apoyo mutuo», afirma. En un mundo donde la competencia puede ser feroz, tener una red de apoyo puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Aprendiendo a empoderar a otros
Cuando pensamos en la construcción, a menudo visualizamos ladrillos, cemento y herramientas pesadas. Pero regresemos un momento a mi historia de carpintería. Una vez, un carpintero experimentado me dijo: «La verdadera habilidad no está en saber usar una herramienta, sino en saber cuándo ayudar a otros a usarla». Es un buen recordatorio de que, al final del día, la colaboración y el empoderamiento son lo que realmente construye un futuro sólido y sostenible.
Beneficios a largo plazo de las iniciativas de formación
Los cursos impartidos por Ella Construye no solo han proporcionado herramientas técnicas, sino que también han abierto puertas a nuevas oportunidades laborales. Las participantes no solo tienen la posibilidad de encontrar empleo, sino también de construir sus propias carpetas de habilidades. Al final de cada taller, los currículos de las mujeres son compartidos con empresas que buscan nuevos talentos, dándoles una ventaja sobre otros candidatos.
Una mirada hacia el futuro
¿Alguna vez te has preguntado cómo sería un mundo en el que la industria de la construcción esté equilibrada en términos de género? Imagine la diversidad de ideas, la creatividad y la innovación que podrían surgir. Con iniciativas como Ella Construye, estamos un paso más cerca de ese futuro.
La sostenibilidad como eje central
Además de ser una respuesta a la falta de mano de obra, el trabajo de Ella Construye también aborda el tema de la sostenibilidad. Al fomentar la formación en técnicas de construcción sostenibles y amigables con el medio ambiente, Laura y su equipo están impulsando un movimiento integral que valora tanto a las personas como al planeta.
El efecto mariposa en acción
Si alguna vez te has preguntado si una sola persona puede marcar la diferencia, piensa en esto: el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo. Con cada mujer que se acerca a un taller de Ella Construye, se está produciendo un efecto mariposa que podría transformar comunidades enteras, una clase a la vez. Así que, la próxima vez que veas a una mujer con un martillo en la mano, recuerda que ella está construyendo su futuro, y quizás, el de muchos más.
Conclusión: un llamado a la acción
Así que, si tienes la oportunidad de colaborar con iniciativas como Ella Construye, no lo dudes. Se necesita voluntad y compromiso para cambiar el mundo. No solo se trata de construir casas, sino de construir vidas, de empoderar a mujeres a través del aprendizaje y de darles la oportunidad de elegir su camino. Lo que sucede en este sector tiene el potencial de resonar en otras áreas de la sociedad.
Las historias de mujeres como Sirlene deben ser contadas. Su valentía al buscar nuevas oportunidades es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un mundo más inclusivo. Entonces, la próxima vez que pienses en construcción, recuerda: se están levantando no solo edificios, sino también comunidades, familias y futuros plenos de posibilidades. ¡Vamos a seguir construyendo juntos!