En los últimos años, China ha sido testigo de un fenómeno curioso y notable: el aumento vertiginoso de mascotas en vez de niños. Sí, han leído bien. Antes de que termine este año, las ciudades chinas tendrán más mascotas que niños de cuatro años o menos. Según un informe de Goldman Sachs, el número de mascotas en áreas urbanas se ha duplicado en cinco años, mientras que las tasas de natalidad siguen cayendo a niveles alarmantes. Pero, ¿qué está sucediendo realmente en este primer gigante asiático? ¿Por qué los jóvenes parecen estar más interesados en adoptar un gato o un perro que en tener hijos? Vamos a adentrarnos en este universo peculiar mientras hacemos conexiones con el envejecimiento de la población y sus posibles implicaciones.
Un contexto lleno de cambios
Para entender este fenómeno, debemos primero considerar el contexto demográfico de China. A medida que la población envejece, se espera que los ancianos de 60 años y más alcancen la cifra colosal de 400 millones para 2035. Esto es una daga directa al corazón del mercado laboral, ya que la fuerza laboral activa está menguando y, por tanto, el futuro económico del país está en entredicho. Un cóctel explosivo, sin duda.
La pregunta que se nos plantea es: ¿realmente los jóvenes chinos prefieren mascotas a hijos? ¿Qué está en juego en esta elección tan peculiar?
El impacto de la política de un solo hijo
Durante casi 40 años, la política de un solo hijo fue la norma en China. Este régimen, que buscaba controlar el crecimiento poblacional, ha dejado una huella profunda en la mentalidad de varias generaciones. Ahora, incluso tras la flexibilización de estas normas y la reciente aceptación de familias más numerosas, muchos jóvenes parecen simplemente optar por una vida sin hijos. No solo la política, sino la presión social y económica también juega un papel crucial. En una sociedad donde el éxito profesional es el rey, muchos optan por las mascotas como una opción más manejable, menos demandante y, en algunos casos, más reconfortante.
Recuerdo que cuando estuve de viaje en China, me encontré en un parque local rodeado de personas paseando perros de todas las razas. A mi lado, las abuelas estaban casi en shock, preguntándose si eso quería decir que sus hijos nunca les darían nietos. Me dio la impresión de que había un profundo anhelo por la familia y la tradición, mientras otros, con una risa cómplice, compartían historias sobre sus travesuras con sus adoradas mascotas.
La decadencia de las tasas de natalidad
A lo largo de los años, hemos visto descensos claros en la tasa de natalidad china, que caía de 17,86 millones de nacimientos en 2016 a solo 9,02 millones en 2023, una cifra aterradora que marca la más baja desde que existen registros. Pero la vida no es únicamente números, ¿verdad? ¿O sí? Mientras escribo esto, no puedo dejar de pensar en cómo nuestros entornos influyen en nuestras decisiones sobre la familia y las responsabilidades que conllevan.
La vida urbana y la presión del éxito
Las ciudades chinas se han vuelto lugares donde la competencia es feroz. La vida urbana implica retos económicos, profesionales y personales. Nunca olvidaré la historia de un amigo que trabajaba en una «startup» en Beijing y apenas tenía tiempo para almorzar, ¿así cómo podría considerar tener hijos? Por supuesto, esta es solo una anécdota, pero no es anormal para la generación joven. Están atrapados en un ciclo interminable de trabajo y ambición, mientras que los encantos de la vida con una mascota parecen ofrecer una solución limpia y fácil.
La decisión de posponer la paternidad se ve agudizada por el alto costo de vida en las grandes ciudades. Con precios de vivienda que están por las nubes y una educación que se ha vuelto un lujo, muchos jóvenes consideran la opción de tener un animal que dependa de ellos, como una alternativa más viable. En lugar de niños, están invirtiendo su amor y recursos en adorables mascotas, y finalmente, ¿quién puede culparlos? Las mascotas, después de todo, ofrecen compañía incondicional y amor sin ningún tipo de juicio.
La respuesta gubernamental
Con las tasas de natalidad desplomándose, el gobierno chino ha comenzado a lanzar una serie de campañas y beneficios para incentivar a los jóvenes a ser padres. Desde subsidios de vivienda y beneficios fiscales hasta una mayor licencia de maternidad, parece que están dando una vuelta de tuerca a una situación que se está volviendo más compleja. Pero, ¿será suficiente?
En el mundo de las inversiones hay un dicho que dice: «El miedo y la codicia mueven el mercado». En este caso, queda clara la codicia, o mejor dicho, la avaricia, que se siente hacia el futuro. Los esfuerzos del gobierno son un intento de aliviar esta presión, pero los jóvenes luchan contra una corriente de cambios sociales y económicos que parecen ir en sentido contrario. En resumen, el también llamado «baby boom» se antoja más como un planteamiento idealista que una realidad palpable en el corto plazo.
La ley del aumento de la edad de jubilación
Un elemento que no podemos omitir es el reciente anuncio sobre el aumento gradual de la edad de jubilación. Esta decisión, que se anticipó para aliviar el clima de crisis en el sistema de pensiones, plantea más preguntas que respuestas. Al igual que las tasas de natalidad, la esperanza de vida para los ciudadanos chinos ha crecido significativamente, llevando a un envejecimiento preocupante de la población. Uno se pregunta: ¿Realmente tienen las «espaldas» jóvenes para asumir el peso de sus mayores?
La cultura de responsabilidad
Tradicionalmente, la cultura china ha depositado la gran responsabilidad del cuidado de los ancianos en los hijos; sin embargo, este concepto está siendo desafiado por la realidad presente. Muchos jóvenes están luchando por equilibrar sus vidas, trabajos y, ahora, la expectativa de cuidar de sus padres ancianos. El círculo se cierra: una generación laboral sobrecargada y una población anciana en aumento.
La realidad es que a medida que aumentan los niveles de dependencia, también lo hacen las preocupaciones económicas sobre su futuro y el de sus familias. Así que, ¿qué papel juegan las mascotas en todo esto? Tal vez ofrezcan un tipo de amor sin las demandantes responsabilidades que conllevan los hijos biológicos. ¡Sin câmaras en la escuela, sin pañales que cambiar!
En busca de trabajadores para el sector de atención a mayores
¿Y qué hay del sector de la atención a los ancianos? En medio de este dilema, se están buscando soluciones para hacer frente a la falta de trabajadores capacitados. En este contexto, varios planes se están formulando para formar y capacitar a futuros cuidadores. ¿No sería interesante ver cómo el cuidado de ancianos es finalmente aceptado como una carrera respetable?
Los esfuerzos por mejorar este sector son necesarios y deben ir acompañados de cultura y respeto por la labor que desempeñan. La verdad es que cuidar de los mayores no solo es un trabajo; es un acto de amor y compromiso. Y aquí es donde los valores culturales deben reenfocarse para poder crear un sistema sostenible.
Conclusiones y reflexiones finales
La revolución de las mascotas en China es un reflejo de los tiempos modernos, una narrativa donde las decisiones personales a menudo chocan con las expectativas sociales y las condiciones económicas. Desde la preocupación por el envejecimiento de la población hasta la renuencia a la paternidad, China enfrenta un enigma que no se resolverá de la noche a la mañana.
Así que, mientras un perro en un microondas (o un gato en un iPhone) podrían parecer más fácil de cuidar, es vital recordar que detrás de cada elección hay una historia. Debemos celebrar la libertad de elegir cómo queremos vivir, ya sea con un perro superhéroe o un gato que se pasea por la casa como el rey. Después de todo, cada uno de nosotros tiene su propia visión de la felicidad. ¿Y quién somos nosotros para juzgar?