La reciente propuesta del Govern de Salvador Illa de elaborar una ley que garantice la atención presencial y sin cita previa en los servicios públicos de Catalunya es, sin lugar a dudas, un tema que invita a la reflexión. En un mundo donde todo parece digitalizarse a la velocidad de la luz, hay quienes todavía sueñan con ingresar a una oficina, hacer fila y ser atendidos sin tener que programar una cita con semanas de antelación. Pero, ¿es esto una fantasía nostálgica o una necesidad actual?
Un vistazo a la propuesta: ¿Qué hay detrás de la reforma del Govern?
La presentación del plan de reforma de la administración de la Generalitat por parte del conseller de Presidencia, Albert Dalmau, es un intento ambicioso por transformar un sistema que, dícese, está en la cuerda floja. Este plan está lleno de promesas que buscan actualizar la burocracia, dotar al sector público de mayor eficiencia y, por supuesto, atraer al talento joven con la creación de 2.000 plazas remuneradas para becarios. ¡Por fin, una razón para que esos estudiantes en sus últimos años de carrera se sientan útiles!
Si alguna vez has intentado gestionar un trámite administrativo, seguramente has sentido la frustración que supone no encontrar un espacio en la agenda de alguien que podría ayudarte – si es que lograste convertirte en un maestro del arte de la cita previa. A veces me pregunto: ¿no sería más fácil si pudiéramos simplemente presentarnos en la oficina, como si fuéramos a comprar pan?
Mientras tanto, Dalmau se ha comprometido a acabar con la cita previa obligatoria en un plazo de nueve meses. Este anuncio ha sido como un discurso motivacional en una convención de autoayuda. “¡Sí, se puede!”, gritan al unísono muchos de los ciudadanos que ven su nivel de ansiedad crecer cada vez que deben lidiar con trámites burocráticos.
Pero, ¿cómo se materializará realmente este cambio? La realidad es que hay muchos servicios que exigen ese paso previo que, por cierto, se ha convertido en sinónimo de “espera” en nuestra sociedad. La comisaría de los Mossos d’Esquadra, el Departamento de Educación y los servicios sociales deberían ser accesibles sin la archiconocida limitación de la cita previa. ¿Por qué es tan complicado facilitar el acceso a la atención pública?
Un viaje hacia la profesionalización de la dirección pública
Otro aspecto destacado por el plan de Dalmau es la necesidad de professionalizar la dirección pública. Ahora bien, esto podría sonar a algo tan obvio que parece increíble que no se haya hecho antes. Lo importante aquí es que se establezcan criterios claros para los altos cargos públicos, tal como se exige en otras profesiones. Imagina que para ser director de un departamento estatal, se solicitara tener una formación específica y experiencia relacionada. ¡Sería un cambio radical!
Esto nos lleva a una pregunta: ¿qué harían muchos de esos altos cargos si no dependieran de los favores políticos para mantener sus posiciones? Es un dilema que parece permanentemente presente en la administración pública en muchos lugares. Dalmau sugiere que tal vez deberíamos acostumbrarnos a que algunas personas permanezcan en sus posiciones sin importar los cambios de gobierno. ¿Una utopía? Quizás, pero no está de más soñar.
El golpe de gracia a la burocracia: ¿solución mágica o paso hacia adelante?
La propuesta de acabar con la burocracia mediante la digitalización de la administración y la simplificación de las normativas es un sueño que muchos hemos tenido. Sin embargo, es crucial ser realistas. A primera vista, suena prometedor, pero los ciudadanos deben abordar esto con una pizca de escepticismo. Después de todo, hemos visto demasiadas veces cómo las reformas se quedan en simples palabras llenas de buenas intenciones.
Vamos a ser sinceros: la mayoría de nosotros ha tenido la experiencia de intentar realizar un trámite online, solo para frustrarse una y otra vez al enfrentarse con formularios que parecen escritos en un idioma extraterrestre. Si realmente se implementan estas reformas, promete que al menos tendrán un diseño amigable para el usuario.
¿No sería increíble recibir asesoramiento en lugar de tener que buscar en foros de internet? Si se invierten recursos en la formación de los trabajadores para que entiendan lo que implica este cambio y puedan brindar un servicio de calidad, podríamos estar dando pasos significativos hacia una administración pública más “humanizada”.
Conclusiones: ilusiones y realidades en la transformación de la administración
El audaz plan de Salvador Illa y su equipo, que incluye cambios en la atención a la ciudadanía, la promoción del talento joven y la profesionalización de los cargos públicos, podría suponer un cambio significativo en la forma en la que interactuamos con la administración de Catalunya. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las palabras bonitas no siempre se traducen en acciones efectivas.
La sociedad necesita estar alerta y exigir acciones concretas. No hay nada más frustrante que ver promesas y sueños desvanecerse en el aire como burbujas de jabón. La voluntad política es vital, pero la colaboración y la participación ciudadana también son esenciales para garantizar que estas reformas no se conviertan en meras conjeturas.
Mientras tanto, espero que la próxima vez que necesite un trámite público sea como entrar en una panadería y, tras una rápida charla con el “panadero” (o en este caso, el funcionario), salir con el documento en mano en menos tiempo del que tardo en decidir entre un croissant o una baguette. ¿Es mucho pedir? Quizás, pero soñar no cuesta nada.