La política, ese fascinante teatro en el que a veces nos encontramos con drama y comedia en la misma obra. Hoy, nos vamos a sumergir en un episodio reciente que ha sido como una montaña rusa entre la Diputación de Alicante y el partido Compromís. La historia gira en torno a una denuncia, la publicidad institucional y una serie de juicios que nos llevan a cuestionar hasta dónde puede llegar el drama político. Así que, pon tus pies en alto, agarra una bebida refrescante y prepárate para recorrer juntos este laberinto.

El escenario: una acusación y una defensa

Todo comenzó cuando el portavoz de Compromís, Ximo Perles, decidió que ya era suficiente. Así, de la nada, decidió denunciar a la Diputación de Alicante por la forma en que maneja sus contrataciones de medios publicitarios. La respuesta de la Diputación no tardó en llegar a través de Juan de Dios Navarro, quien es responsable del área de Contratación. ¡Y vaya que salió a defender su posición!

Navarro no se anduvo con rodeos. Recordó que las acciones de la Diputación han sido respaldadas por cuatro sentencias emitidas por tribunales, entre 2022 y 2023, que han dictaminado que todo lo hecho hasta ahora es legal. ¿Pero quién necesita tantas sentencias para validar la legalidad? Bueno, quizás en el mundo de la política, puede que sea una costumbre.

Por supuesto, la acusación de Perles no fue solo un grito al viento. Incluye una serie de denuncias sobre cómo el dinero público se utiliza para favorecer a ciertos medios de comunicación. Aquí es donde empiezan las chispas. Navarro se defendió afirmando que, de hecho, 125 medios de comunicación han estado recibiendo publicidad institucional. ¿Se imaginan el trabajo de coordinar todo eso? Yo me desmayaría solo con la idea de hacer una lista de contactos.

Un poco de contexto: ¿por qué la publicidad institucional es tan controvertida?

Antes de seguir desmenuzando este drama, es crucial que entendamos el papel de la publicidad institucional. Este tipo de publicidad se utiliza, en teoría, para informar a los ciudadanos sobre los servicios y actividades que se llevan a cabo en la administración pública. Pero a menudo se convierte en un campo de batalla político donde se desata una guerra entre el uso responsable y el abuso del poder.

La ley 12/2018, que regula la publicidad institucional en la Comunidad Valenciana, establece criterios claros para la selección de medios. Según Navarro, todos sus contratos cumplen con estos criterios. ¿Pero es eso suficiente? Ya hemos visto en situaciones anteriores que a veces incluso las leyes más claras pueden ser interpretadas de maneras muy distintas.

Un poco de anécdota personal

Recuerdo una vez, durante una visita a un pequeño pueblo, un cartel enorme que decía: «¡Aprovecha la nueva App del Ayuntamiento! Todo lo que necesitas a un clic.» El pueblo entero estaba emocionado, pero al final, resultó que la app solo tenía dos funciones útiles. Y así se consumió el dinero público en un anuncio brillante que bien podría haber servido para insuflar vida a otra cosa. No es raro encontrar ejemplos de publicidad que, en vez de informar, confunde más que nada.

Las palabras de Navarro: la defensa contundente

El hombre de la hora, Juan de Dios Navarro, dejó claro que la última acción de Perles no solo es injustificada sino que también es un gran “fuera de lugar”. Durante su defensa, destacó cómo el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ya había dictado sentencias en contra de las denuncias de Compromís. “El señor Perles fue condenado a pagar mil euros por temeridad”, enfatizó. ¡Mil euros! Podemos decir que, al menos, saldó su cuenta en un instante.

Lo bueno de este momento de tensión es que nos permite ver cómo, en el mundo de la política, cada uno tiene su propia interpretación de lo que es correcto. Es como la famosa historia de los seis hombres ciegos y el elefante; cada uno toca una parte del animal y describe algo completamente diferente.

¿Un fuego cruzado o un espectáculo?

A medida que este conflicto avanza, surgen preguntas. ¿Es este enfrentamiento real o solo un espectáculo para distraer a los votantes de los problemas más serios? Es común que los partidos utilicen este tipo de acusaciones para ganar visibilidad y apoyo, dirigiendo la atención hacia el adversario.

Lo que realmente está en juego

Volviendo a la acusación de Compromís, hay un trasfondo significativo aquí. La gestión del dinero público es un tema delicado, y no es para menos. La necesidad de transparencia en la forma en que se utilizan los recursos es algo que todos deberíamos tener presente. En un mundo donde cada céntimo cuenta, es natural que los ciudadanos estén atentos a cómo se maneja su dinero.

La respuesta de Compromís: ¿un intento de llamar la atención?

Al mirar la comunicación de Compromís, parece que están tratando de sacar a la luz lo que consideran un abuso del poder por parte de la Diputación. Pero, ¿es solo un intento de llamar la atención?. La confrontación tiene un sabor a temporada electoral. Al fin y al cabo, cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina, es como si todos se pusieran sus galas y se prepararan para un baile de gala político. Y, como en cualquier fiesta, algunos intentan robar el protagonismo.

Sobre este tema, la socióloga María García afirma, “Este tipo de acusaciones generan desconfianza en los ciudadanos que ya están cansados de escuchar promesas vacías.” Y aquí estamos hablando de algo mayor que una simple batalla entre dos actores políticos.

Reflexiones finales sobre política y publicidad institucional

A medida que nos acercamos al desenlace de esta saga, hay algo en lo que debemos reflexionar. La política y la publicidad institucional son herramientas que pueden ser usadas para el bien común, pero cuando se convierten en el teatro del absurdo, se corre el riesgo de que la ciudadanía pierda toda fe.

Como ciudadanos, es crucial que mantengamos una actitud crítica. Nos han enseñado que un buen gobierno actúa con transparencia y responde a las necesidades de la población. Después de todo, ¿de qué sirve una publicidad institucional si no está enfocada en el bienestar de la sociedad?

El eco de este conflicto entre Perles y Navarro será recordado en los pasillos de la política de Alicante, y aprender de ello es lo que nos permitirá construir un futuro donde la confianza y la responsabilidad sean los pilares de nuestra administración. Así que, en lugar de ver esto como un simple drama, hagámoslo una oportunidad para reflexionar y exigir más de quienes gestionan nuestros recursos.

Y recuerda, si te encuentras con un político en el camino, pídeles que te enseñen el elefante completo, no solo un apéndice. La verdad siempre es más rica que un solo punto de vista. ¡Hasta la próxima!