La política en España nunca deja de sorprendernos, ¿verdad? Cada semana emergen nuevos escándalos y, en muchas ocasiones, parece que nos han sacado de un capítulo de una novela de intriga mejor que “Juego de Tronos”. Hoy quiero hablarte de un reciente drama que está desenlazándose en las Corts Valencianes y que involucra a la Agencia Valenciana Antifraude (AVA), un nombre que, por sí mismo, ya podría parecer irónico si no fuera tan serio.
Un nuevo capítulo: contratos de auditoría y conexiones políticas
Imagina que estás en una sala de juntas donde la tensión puede cortarse con un cuchillo. Los miembros del PP y Vox se sientan para discutir la adjudicación de contratos a Dula Auditores, una empresa que casualmente tiene conexiones fuertes con figuras del pasado político como Carlos González Cepeda, un exconseller del PP bajo la presidencia de Eduardo Zaplana. ¿Te suena un poco a conflicto de intereses? La verdad es que muchos en la comunidad están levantando cejas, y no es para menos.
¿Qué sucedió exactamente?
El director de la AVA, Eduardo Beut, ha decidido dar luz verde a esta empresa para realizar tres contratos de auditoría por un total de 33.800 euros. Estos contratos tienen como objetivo analizar lo que se ha hecho bien y lo que no en la gestión de la agencia. Sin embargo, en un rincón de esa sala de juntas, también ha quedado flotando la pregunta de quiénes están realmente supervisando a quién.
La AVA licitó cinco lotes para auditar áreas “sensibles” de la agencia. Pero, oh sorpresa, dos de esos lotes quedaron desiertos. Por lo visto, la búsqueda de auditores independientes y profesionales imparciales no ha sido tan simple. Uno se pregunta, ¿qué tipo de profesional quiere entusiasmarse con una auditoría si sabe que sus resultados pueden llevar a un agudo escrutinio público?
Conexiones familiares: ¿la historia se repite?
Para poner las cosas en un poco más de contexto, uno de los administradores de Dula Auditores es Eduardo Such Irusta, hijo del exconseller Diego Such. ¿Alguna vez has escuchado la frase «el pasado siempre vuelve»? En este caso, parece que el pasado está tomando un asiento VIP en la mesa de discusiones de la AVA.
Pones en la balanza la experiencia familiar y, claro, los lazos políticos y solo puedes pensar: ¿es este realmente el camino hacia la independencia y la imparcialidad? La comunidad valenciana quizás espera un poco más de transparencia en un organismo diseñado para, irónicamente, supervisar precisamente eso.
Un ex-conseller y sus sombras
Carlos González Cepeda no es un nombre que se pueda ignorar en esta historia. Con un pasado notable en el ámbito gubernamental y una serie de vínculos que se remonta a más de una administración, la adjudicación de contratos a su empresa ha sido objeto de críticas. La pregunta en el aire es sencilla: ¿realmente se está priorizando la «evaluación externa» o simplemente se están perpetuando las redes de influencia?
A veces me río en mi cabeza al pensar en cómo la política puede ser tan predecible. Es como ese amigo que siempre llega tarde a la reunión y se presenta con las mismas historias de siempre: nunca cambia, pero todos seguimos escuchando. Y aquí estamos, en medio de otro episodio que parece demostrar que algunas cosas nunca cambian.
La justificación de la AVA
En un informe reciente, la AVA argumentó que la evaluación externa era necesaria para “garantizar la transparencia y la rendición de cuentas”. Hasta aquí todo suena muy bonito, pero luego te das cuenta de que esos «profesionales independientes y imparciales» no son exactamente lo que parecen. La memoria justificativa también menciona que estos contratos son una forma de realizar un balance del funcionamiento de la agencia en los últimos siete años.
Sin embargo, parece que la nueva dirección podría haber olvidado un pequeño detalle: la credibilidad. Al menos eso es lo que dicen quienes han optado por abandonar la AVA. Más de un 20% de la plantilla ha decidido marcharse desde que Beut asumió el mando. Aquí es donde entran mis anécdotas personales, ya que siento que esto a veces se asemeja a dejar un lugar de trabajo que no es lo que había prometido ser.
Una cultura de desconfianza
Desde que Beut asumió la dirección, la cultura dentro de la AVA ha cambiado drásticamente. ¿No te ha pasado alguna vez que te sientes como si estuvieras trabajando en un lugar que era diferente antes? La moral del equipo se ha visto afectada, y la noticia de la adjudicación de los contratos a Dula Auditores solo ha empeorado las cosas.
Y así, mientras los británicos discuten sobre el Brexit y en Francia se están movilizando los trabajadores, aquí, en Valencia, estamos tratando con un drama que parece digno de un soap opera. No sería sorprendente si, en un futuro, esto terminara siendo parte de un especial sobre escándalos políticos en los medios de comunicación.
Reflexión final: un llamado a la acción
Mientras reflexionamos sobre esta situación, no podemos evitar hacer un llamado a la acción. Como ciudadanos, es fundamental exigir transparencia y exigir a nuestras autoridades que actúen en beneficio del bien común. En un mundo donde la política está llena de trompicones y giros inesperados, nosotros, el pueblo, tenemos el poder de hacer que se escuchen nuestras voces.
Quizás deberíamos considerar cómo asegurarnos de que los contratos públicos no estén en manos de amigos o familiares de los funcionarios de turno. Al final del día, puede que tú, lector, y yo solo seamos piezas más del engranaje, pero eso no significa que debamos quedarnos callados. ¿Qué pensaría tu abuela sobre todo esto?
Conclusión
La política está llena de intriga y sorpresas, y la reciente adjudicación de contratos de auditoría en la Agencia Valenciana Antifraude no es la excepción. A medida que la historia se desenvuelve, nos enfrentamos a preguntas incómodas sobre la independencia y la ética en la gestión pública. ¿Estamos listos para seguir exigiendo más de nuestros líderes? Es más que sólo un capricho; es una necesidad.
La única pregunta que queda es: ¿seremos testigos de otro escándalo más o esta vez tomaremos acciones concretas para pedir cambios reales? La respuesta está en nuestras manos, y la historia aún se está escribiendo.