El brexit fue, sin dudas, uno de esos momentos históricos que marcaron un antes y un después en la política europea. Con aquella famosa votación en 2016, Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea, un paso que muchos analizaron como un acto de valentía, y otros como un gran error. Pero, ¿quién lo podía prever? Si alguno de nosotros, años atrás, hubiese hecho un pronóstico de lo que vendría, probablemente habría recibido miradas de incredulidad y carcajadas. ¡Ya lo dice el refrán, no hay nada más impredecible que la política!

Un giro inesperado tras el brexit: la opinión pública británica

Ahora, seis años después de aquella histórica decisión, surge una nueva encuesta del Consejo Europeo para las Relaciones Exteriores (ECFR) que revela algo impactante: ¡el 55% de los ciudadanos británicos desea una relación más cercana con la UE! Y, para ser honestos, me hizo sentir como ese amigo que siempre ha creído que «lo mejor está por venir», incluso cuando todo parece estar en contra.

Como un arzobispo del sentido común, bien podría haber estado ahí, gritando “¡yo les dije!” cada vez que escuchaba las tensiones entre países y el impacto del brexit sobre la economía. Porque, seamos realistas, si bien hay un 10% que desea distanciarse aún más (¿en serio?), un 22% quiere que las cosas se queden como están. ¡Como si no hubiera pasado nada! Es casi tan absurdo como ver a un gato persiguiendo su propia cola.

El impacto del contexto global

Pero hablemos de los cambios de contexto. ¿Recuerdan esos días de gloria en que Reino Unido aseguraba que prosperaría como nación comercial en un mundo cada vez más abierto? Esas promesas de un futuro próspero parecían ser verdaderas. Sin embargo, por alguna extraña razón, todo parece haber cambiado. ¿Qué ocurre entonces? La pandemia, la invasión rusa a Ucrania, y el auge de China han sido un cóctel explosivo que, claramente, nadie anticipó. ¡Quien hubiera dicho que la lección de historia de «Desafíos Globales» se haría realidad tan pronto!

Una lectura de las necesidades actuales

El ECFR destaca que, específicamente, hay una necesidad sobre temas cruciales como la gestión de la migración, la seguridad y, como no podía faltar, el siempre controverso cambio climático. La economía es otro de los puntos fuerte, con una clara mayoría que afirma que la UE es más relevante que Estados Unidos a la hora de hacer negocios. Imaginen esta situación: si fueras un empresario y tu mejor cliente, que fue una vez el rey del comercio, ahora se comporta como un adolescente en crisis, probablemente desearías volver a hablar con tus socios más confiables, ¡a menos que quieras perder dinero!

Diferencias de opinión en Europa

A medida que profundizamos en la encuesta, encontramos datos fascinantes sobre cómo otros países europeos perciben esta nueva relación. Por ejemplo, los franceses son un poco más escépticos. Solo el 34% desea que haya una colaboración más estrecha con Reino Unido. Quizás, algunos siguen pensando en lo que sucedió en aquellos días previos al brexit: las cenas familiares donde nadie quería tocar el tema para no romper la armonía. En comparación, los alemanes son más optimistas, con un 45% en favor del acercamiento. ¡La famosa eficiencia alemana prevalece!

Aunque algunas de estas cifras pueden parecer preocupantes, el panorama general indica que hay un deseo común de cooperar, incluso en medio de desacuerdos. ¿Qué no lo creen? Imaginen a una familia disfuncional, unos años después de una pelea feroz en la mesa, decidiendo que quizás lo mejor es reunirse y hablar.

Keir Starmer y el resurgir del laborismo

Vale la pena mencionar que, liderado por Keir Starmer, el partido laborista tiene la meta de impulsar esta nueva conversación. ¡Bravo por él! A menudo somos rápidos para criticar a nuestros líderes, pero, en este caso, Starmer está intentando abrir una ventana al diálogo. Rachel Reeves, la ministra de Economía, intentó arraigar esa cooperación a través de una reunión con sus homólogos de la zona euro. Fue como ver a un amigo tomando el control del asunto en una fiesta, cuando todo el mundo se había olvidado de que existía la música.

Las lecciones del pasado: ¿han aprendido los británicos?

Sin embargo, es importante preguntarse: ¿realmente han cambiado de opinión los británicos respecto al brexit? Para aquellos que aún se encuentran en la colina de la resistencia, un 26% de aquellos que tuvieron la audacia de votar por la ruptura creen ahora que una relación más cercana sería beneficiosa. Esto suena un poco a «reconocimiento tardío», ¿no? ¡Como decir que te diste cuenta de que querías más a tu ex justo después de que te bloqueó en redes sociales!

Esperanza en tiempos inciertos

Lo que me parece más esperanzador es que, a pesar de las dificultades, hay un deseo genuino de encontrar puntos en común. Los ciudadanos británicos parecen estar comprendiendo que, en temas serios, la unión hace la fuerza. Y me atrevería a decir que muchos de ellos están cansados de ser el niño solitario en el patio de recreo de la política mundial.

Gibraltar y los temas regionales

No podemos dejar de lado el contexto geopolítico que también pesa. España ha subido el tono sobre Gibraltar, afirmando que no hay motivos para que Reino Unido no dé su sí al acuerdo. Curioso, ¿no? Esa pequeña roca se ha convertido en el símbolo de muchas tensiones. Será interesante ver cómo se desarrolla esta relación a medida que los británicos intentan acercarse a sus vecinos europeos.

Los intereses económicos: el motor de la relación

No olvidemos el elemento económico. Como se menciona en la encuesta del ECFR, los británicos creen que estrechar la relación con la UE beneficiaría a su economía. ¿Quién puede discutir con los números? Reino Unido comercia casi tres veces más con sus socios europeos que con sus aliados estadounidenses. Si esto no es un fuerte argumento para volver a la mesa de negociaciones, no sé qué más podría serlo.

En conclusión, buscando una nueva dirección

Así que, aquí estamos, un puñado de años después del brexit y surge una nueva esperanza para una relación renovada entre Reino Unido y la UE. Es un camino lleno de baches y desafíos, pero a veces lo más valioso aparece en la forma de un obstáculo. Puede que no estemos dando marcha atrás en el tiempo, pero sí estamos aprendiendo a adaptación.

En última instancia, este tema es una ilustración perfecta de cómo las relaciones políticas son increíblemente fluidas. Con una población que en su mayoría busca una relación más clara y constructiva, podríamos estar a las puertas de una nueva era. Así que la próxima vez que alguien mencione el brexit, ofrezcámosle a esa conversación una pizca de optimismo, porque, después de todo, la historia no ha terminado. ¿Estamos listos para un nuevo capítulo en la narrativa europea? ¡La respuesta está en nuestras manos!


Así que ahí lo tienen, un análisis sincero y lleno de matices sobre un tema que sigue capturando la atención de todos nosotros. ¿Listos para abrazar el futuro? Después de todo, como dicen, los que no aprenden del pasado están condenados a repetirlo. ¡Y quizás lo que más necesitamos en este momento, es un poco de aprendizaje compartido!