Hoy en día, el panorama laboral está en constante evolución. Las tendencias que antes parecían inamovibles se cuestionan y transforman, adaptándose a las necesidades y circunstancias cambiantes de los trabajadores. Uno de los fenómenos más interesantes en este contexto es el creciente interés de los trabajadores mayores de 50 años por opositar y unirse al sector público. ¿Qué está impulsando a tantas personas con una carrera a sus espaldas a replantearse su futuro laboral?

En este artículo, exploraremos las razones detrás de este fenómeno, con un enfoque especial en las motivaciones y experiencias de quienes se encuentran en ese cruce de caminos. Pero antes de sumergirnos en el tema, déjame contarte una breve anécdota que refleja cómo nuestras decisiones pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas.

El momento decisivo: ¿volver a estudiar?

Recuerdo un colega, Juan, que trabajaba en una empresa de transporte. Después de años de dedicación, se encontró en una situación complicada tras perder su empleo. Una noche, mientras disfrutábamos de una cerveza —lo que en este contexto se traduce en dos horas de charla en la terraza— me lanzó una pregunta que resonó en mi mente: “¿Qué harías tú si a tu edad no pudieras conseguir empleo?” La respuesta que le di fue honesta. Le dije que probablemente me pondría a opositar. Pero, ¿quién soy yo para dar consejos?

Lo gracioso es que, tras esa conversación, Juan decidió dar el paso. Resulta que hoy está a la espera de resultados de sus oposiciones de Auxiliares del Estado. A veces, los mejores consejos vienen de una conversación informal.

Tendencias actuales en las oposiciones

Recientemente, la última novela de Sara Mesa, Oposición, pone de relieve la historia de una funcionaria que anima a su joven compañera a opositar. “Lo importante en el trabajo es la seguridad”, dice Beni. Una frase que podría no resonar bien en los jóvenes, pero que tiene un eco familiar en los mayores de 50 años que están viendo cómo sus opciones en el sector privado se desvanecen.

Como se explica en un estudio realizado por la academia de formación Adams, el porcentaje de opositores mayores de 50 años se ha disparado desde la pandemia. Pasaron de ser un escaso 5% en 2019 a un 15% en 2023. Y es que, cuando la situación laboral se torna incierta, siempre hay que buscar un refugio seguro.

¿Por qué elegir el sector público?

Diversas razones empujan a estas personas a buscar un lugar en el sector público. Desde Mayores de 50 años que buscan conciliación familiar hasta aquellos que se sienten motivados por la idea de disfrutar de un trabajo con mayores beneficios y menos presión. Tomemos el caso de María Romina Diéguez, una trabajadora de una residencia de ancianos que, a sus 48 años, se encuentra preparando unas oposiciones. “Tengo una artrosis que te mueres”, dice en broma, “así que prefiero un trabajo más estable”. Su deseo de una jubilación digna es lo que la ha llevado a esta etapa de preparación.

Pero, ¿no es curioso pensar que el deseo de estabilidad se vuelve más fuerte con la edad? Cuando eres joven, la libertad y la aventura parecen ser lo más atractivo, pero a medida que envejecemos, esos valores cambian radicalmente. Este cambio de perspectiva puede resultar sorprendente para muchos.

La burbuja de la seguridad

Con la llegada de la automatización y la digitalización, no es de extrañar que muchos trabajadores mayores de 50 años se sientan vulnerables. Según Tomás Izquierdo Rus, profesor de la Universidad de Murcia, “los mayores de 50 años prefieren el sector público por diferentes cuestiones: condiciones laborales, desmotivación ante el sector privado, y cambios en el mercado laboral”. Este escenario es un reflejo de la realidad laboral actual, donde se valora más la experiencia y la madurez emocional que la juventud.

La seguridad laboral se ha convertido en un mantra querido por aquellos que están buscando un cambio. Y no los culpo. Todos hemos sentido la presión de una economía inestable. De hecho, a la hora de enfrentar la decisión de opositar, la cuestión es más bien: “¿Qué no harías por un trabajo que te permita dormir tranquilo cada noche?”

Opositar en tiempos de crisis

Así como Juan encontró una nueva dirección en su vida, otros trabajadores están haciendo lo mismo. Con un entorno laboral cada vez más incierto, es natural que muchos vean las oposiciones como una brújula que les señala el camino hacia un trabajo más estable.

Para Manuel Muñoz, el cambio fue radical. Tras perder su empleo, empezó a opositando, y al igual que él, muchos otros se aventuran a dar este salto al vacío. De hecho, la presión de ser “viejo” en un mercado de trabajo enfocado en la juventud puede ser aplastante. Sin embargo, como bien dice un viejo adagio: “La edad es solo un número, y no una sentencia”.

Una segunda oportunidad

La búsqueda de oportunidades laborales a medida que uno envejece no es solo cuestión de necesidad, sino también de anhelos personales. El deseo de cuidar de los sobrinos, como dice Muñoz, apunta hacia una necesidad común entre las generaciones que se ven obligadas a gestionar fuerzas familiares, responsabilidades laborales y, por supuesto, la escalofriante idea de no tener un futuro financiero sólido.

Las historias de estos españoles que vuelven a opositar representan solo una parte de un grito colectivo en busca de un futuro mejor. En este sentido, el sector público aparece como aquel “refugio seguro” del que todos hemos oído hablar.

La experiencia como aliada

Hay algo acerca de la experiencia que juega a favor de quienes opositan a una edad más avanzada. En un entorno donde las cualidades humanas son valoradas prácticamente como activos, los sectores públicos buscan personas con madurez y un entendimiento más sutil de la vida. ¿Quién mejor para gestionar las frustraciones y dificultades de la vida laboral que aquellos que ya han pasado por distintas etapas difíciles en su carrera?

Opositar puede ser visto como un juego de ingenio, un rompecabezas donde la vida misma se convierte en la mejor maestra. Como mencionó Izquierdo, los votantes de más de 50 años traen con ellos un tesoro de experiencia laboral que puede ser decisivo a la hora de elegir a candidatos en el sector público. Es un win-win: ellos logran seguridad, y el sector se beneficia de su sabiduría acumulada.

Del miedo a la acción

La miedo al desempleo es otra de las razones que mueve a muchos a opositar. Es un sentimiento común entre aquellos que sienten que cualquier revés podría ser devastador. Lo irónico es que, pese a que la sensación de vulnerabilidad puede ser abrumadora, también puede actuar como un poderoso motor de cambio. La tragedia de un despido puede, a su vez, abrir la puerta a nuevas oportunidades que de otro modo jamás habrían sido consideradas. Quizás puedas pensar que no es el momento, pero, ¿cuál es el mejor momento?

Reflexiones finales

A lo largo de este artículo, hemos visto cómo la decisión de opositar no solo está ligada a la búsqueda de un empleo estable, sino que también representa un esfuerzo por recuperar el control en un mundo cada vez más incierto. Es un cambio que muchos trabajadores mayores de 50 años sienten cada vez más necesario.

El lado positivo es que cada vez más personas están tomando el control de sus vidas laborales y enfrentándose a sus temores con valentía. Al final del día, todos nosotros, independientemente de nuestra edad, merecemos la oportunidad de construir un futuro que nos ofrezca calma y, sobre todo, seguridad.

Así que, si estás pensando en dar el salto, recuerda: nunca es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Con esfuerzo y dedicación, cada uno de nosotros puede abrir nuevas puertas, ya sea mediante las oposiciones o cualquier otra forma de cambio profesional. Y, por cierto, la siguiente ronda de cervezas las pago yo, Juan. ¡Salud a la búsqueda de seguridad laboral!