En cada ciclo electoral, emergen preguntas que nos obligan a reflexionar sobre nuestros avances o retrocesos como sociedad. Una de las más notorios fue el famoso interrogante lanzado por Ronald Reagan en 1980: «¿Están ustedes mejor hoy que hace cuatro años?» Esta simple pregunta caló hondo en la mente de los votantes y ha resonado en subsequentas contiendas electorales. Ahora, en el contexto de las elecciones presidenciales actuales, vuelve a surgir con un renovado vigor. Pero, ¿realmente estamos mejor?

El contexto de la pregunta de Reagan

Antes de sumergirnos en el presente, hagamos un pequeño viaje al pasado. En 1980, Estados Unidos estaba experimentando una crisis económica con inflación desbordada y un clima de inestabilidad. Jimmy Carter, el entonces presidente, se enfrentaba a un electorado desilusionado y ansioso por cambios. La habilidad de Reagan para apelar a esa ansiedad mediante una pregunta tan directa y sencilla fue, en su momento, revolucionaria.

¿Quién de nosotros no ha sentido esa sensación de incertidumbre en algún momento de su vida? Recuerdo cuando estaba buscando trabajo después de terminar la universidad y cada rechazo me hacía preguntarme si había tomado las decisiones correctas. En tiempos de elecciones, esta pregunta puede reflejar nuestras propias inseguridades: «¿He mejorado mi vida en estos últimos años o he estado estancado?»

La retórica moderna: Trump y su adaptación del mensaje

Avancemos al escenario actual, donde Trump ha adaptado la fórmula de Reagan para su campaña. Su repetición constante de esta pregunta en sus mítines no es solo un acto de retórica; es un llamado a la reflexión personal para cada votante. El truco está en conectar su éxito personal, muchas veces criticado, con la experiencia de los estadounidenses comunes. ¿Recuerdan la última vez que se sintieron inspirados a salir a votar porque alguien resonaba con sus vivencias?

Este enfoque no es solo una estrategia política; es una demostración de empatía. A menudo se dice que la política es un reflejo de la vida diaria. Cuando un político dice «Ustedes», está abriendo un diálogo. Pero la pregunta es: ¿puede su respuesta ser contundente?

Evaluando nuestro progreso

Aquí está el dilema: ¿realmente estamos mejor hoy que hace cuatro años? Para responder a eso, analicemos algunos factores clave:

La economía

Uno de los barómetros más evidentes para medir nuestro bienestar es la economía. Cuatro años atrás, estábamos lidiando con las repercusiones de la pandemia de COVID-19. La tasa de desempleo se disparó y muchas pequeñas empresas cerraron sus puertas. Ahora, aunque hemos visto cierta recuperación, ¿esa recuperación es equitativa?

Por ejemplo, una encuesta reciente de Pew Research muestra que, aunque un porcentaje significativo de estadounidenses siente que la economía ha mejorado, los desiguales aumentos de precios en la alimentación, la vivienda y la gasolina, continúan golpeando a las familias de clase trabajadora. Entonces, ¿podemos alegrarnos realmente por las estadísticas de desempleo bajas cuando el costo de la vida está por las nubes?

Salud y bienestar

Otro tema crucial es la salud. La pandemia nos enseñó la importancia de tener sistemas de salud robustos, accesibles y preparados. Cuatro años atrás, nuestras interacciones médicas eran impredecibles y, en ocasiones, aterradoras. Ahora hemos avanzado hacia un mayor entendimiento, pero el acceso a cuidados asequibles sigue siendo un gran problema.

¿Cuántos de ustedes, al igual que yo, hemos tenido que sopesar el costo de una visita al médico frente a la probabilidad de que todo esté bien? Las crisis de salud mental han crecido a niveles alarmantes, ¡como si todo el mundo hubiese decidido que “relajarse” significaba agobiarse!

Clima y medio ambiente

El cambio climático es otro gran tema que nos reta a responder la pregunta de Reagan. Cuatro años atrás, escuchábamos sobre incendios forestales y huracanes devastadores; ahora, cada día parece que la naturaleza se manifiesta con más fuerza. ¿Es ese el tipo de progreso que queremos celebrar? Definitivamente, no.

La responsabilidad social

Hablemos de un tema que no siempre es mencionado, pero es fundamental: la responsabilidad social. De acuerdo a una investigación de Gallup, solo un pequeño porcentaje de los votantes siente que sus líderes políticos están haciendo lo suficiente para enfrentar las desigualdades sociales. ¿Esto significa que, quizás, no hemos avanzado tanto como pensamos?

Imaginen esto: estás en una reunión familiar, y entre las conversaciones triviales, alguien menciona lo que está pasando en el mundo. Todos asienten, pero al final del día, se sienten impotentes para hacer un cambio. ¿Alguna vez has sentido que la política es tan distante de tu vida, que ya no sabes cómo iniciar un diálogo? ¡Me ha pasado más de una vez!

Midamos el avance a nivel personal

En medio de esta evaluación de nuestro contexto colectivo, no olvidemos darle un vistazo a nuestro propio viaje personal. Después de todo, todos estos indicadores macroeconómicos se traducen en decisiones personales. Entonces, ¿te sientes mejor hoy que hace cuatro años? Quizás sí, tal vez no, y eso depende de cada uno de nosotros.

Les contaré una pequeña anécdota: hace cuatro años, estaba atrapado en una rutina que me dejaba sintiéndome estancado. La razón por la cual decidí lanzarme a escribir y convertirme en bloguero fue precisamente porque quería explorar temas actuales, compartir experiencias y fomentar un diálogo sobre realidades complejas y matizadas. Ahora, mirando hacia atrás, no puedo evitar sonreírme al darme cuenta de cuánto he crecido.

La conclusión es clara, pero ambigua

Así que aquí estamos, reflexionando, preguntándonos «¿estamos realmente mejor?» Puede que hayamos logrado algunas cosas, pero aún enfrentamos desafíos significativos. Las respuestas no son tan simples como parecen, y es aquí donde radica el poder de la pregunta de Reagan. Nos obliga a mirar en el espejo, a reflexionar tanto sobre nuestro bienestar individual como colectivo.

La politica siempre va de la mano con nuestras experiencias personales. Puede que no tengamos el poder de influir en todo, pero sí podemos empezar a dialogar y a actuar en nuestras comunidades. Tal vez la respuesta no sea un simple “sí” o “no”, sino un «depende de nosotros».

Así que hablemos. En tiempos de elecciones, más que votar, se trata de elegir estar informados y ser proactivos. Recuerden, cada elección es una oportunidad para cuestionar, aprender y, lo más importante, actuar. Después de todo, el cambio que buscamos comienza con nosotros mismos.