La salud es algo que todos valoramos, y la diabetes es una de esas condiciones que tocan a muchas puertas. Si bien existen opciones de tratamiento como Ozempic, Saxenda y Wegovy que han demostrado ser efectivas, también han generado un fenómeno inesperado: la escasez de medicamentos. Pero, ¿cómo hemos llegado aquí? Bienvenidos a este recorrido por la compleja situación de la semaglutida y otros medicamentos análogos, desde su desarrollo hasta su escasez en el mercado.

Un viaje por la historia de la semaglutida

Para entender el presente, es esencial mirar atrás. La semaglutida se desarrolló hace aproximadamente 20 años como una solución para manejar la diabetes tipo 2. Originalmente, su enfoque principal era ayudar a los pacientes a controlar sus niveles de glucosa, pero su efecto secundario inesperado de pérdida de peso la convirtió en un imán de atención. ¿Quién no querría un medicamento que, además de regular el azúcar en la sangre, les permita perder esos kilitos de más?

Al principio, la idea de un «medicamento milagroso» parecía atractiva. Yo mismo recuerdo ver anuncios en internet y redes sociales, donde usuarios felices mostraban su transformación física. Pero, como en muchas historias de hadas modernas, también había un lado oscuro.

La demanda descontrolada y las advertencias de la AEMPS

Durante la primera mitad de 2023, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) comenzó a recibir señales de alarma sobre la venta de Ozempic sin receta. ¡Una locura, verdad! Aquí me viene a la mente la imagen de personas corriendo a las farmacias, como si estuvieran persiguiendo una última oferta de Black Friday.

La AEMPS no dudó en actuar. En 2022, ya había implementado medidas para abordar la escasez de medicamentos. Es como si en una familia cada uno quisiera el último trozo de pastel, aunque solo hubiera uno disponibles. En su boletín, la AEMPS recordaba “la necesidad de ajustar las prescripciones” y prioritizar el uso de estos tratamientos para aquellos que realmente los necesitaban: las personas con diabetes.

En otras palabras, la comunidad sanitaria española parecía pedir a gritos que las personas dejaran de jugar a ser médicos, ya que los efectos colaterales podrían generar más problemas que soluciones.

La situación se complica: más escasez, más países afectados

A medida que avanzamos en el año, se volvió evidente que la escasez no era un fenómeno exclusivo de España. Según el I Informe de desabastecimiento de medicamentos de LUDA Partners, ¡la escasez aumentó un 135% en 2023! ¡Vaya susto! Este porcentaje abarcó 3,538 presentaciones diferentes de medicamentos, lo que incluye a los bien conocidos antidiabéticos que ocupan un 14% de este déficit. Aquí, la frase que solía repetir mi abuela cobra sentido: “cuando llueve, truena”.

Y no solo se trataba de España. En Grecia, por ejemplo, la situación se volvió crítica cuando el uso de Ozempic fue tan grande que comenzó a ser recetado por médicos no especializados, incluyendo a odontólogos. ¿Te imaginas a tu dentista diciendo «¡Ah, sí! También puedo ayudarte a adelgazar!»? Resulta que esto llevó a sanciones severas, acumulando un total de 50,000 euros en multas en solo un par de años.

Por otro lado, pacientes de países vecinos como Bulgaria o Serbia comenzaron a viajar a Grecia para conseguir Ozempic, atraídos por un precio más accesible. Es como hacer un road trip a París solo para disfrutar de un croissant recién horneado. Pero en este caso, la salud es lo que estaba en juego, no el desayuno.

¿Dónde está el problema?

Uno podría preguntarse: ¿por qué tantos países experimentan problemas con la disponibilidad de medicamentos similares? La importancia de manejar la distribución y las prescripciones adecuadas se vuelve evidente: si cada persona con sobrepeso empieza a pedir estos medicamentos sin una necesidad médica real, es claro que se crea una presión innecesaria sobre el sistema.

Por ejemplo, en Francia, Ozempic se limita exclusivamente a pacientes diabéticos. En diciembre de 2023, se suspendió la distribución de dosis de 0.25 mg, es decir, los franceses optaron por priorizar el cuidado de los que realmente lo necesitan. En República Checa se dio un fenómeno similar. Pero esta diferencia de trato provocó un debate; muchas personas con obesidad, a menudo consecuencia de condiciones de salud más complejas, se vieron excluidas de estos tratamientos cruciales.

Aquí es donde la empatía juega un papel importante. Hay que entender que aunque algunos pueden ver el uso de medicamentos como un camino fácil, detrás de cada historia hay una persona que enfrenta luchas reales y complicaciones que no siempre son visibles.

¿Los españoles hacen turismo farmacéutico?

Hasta la fecha, el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos en España no ha reportado que los ciudadanos estén viajando a otros países para adquirir medicamentos como Ozempic. Sin embargo, la posibilidad de comprar medicamentos con una receta española en el extranjero sigue abierta, cumpliendo ciertos requisitos de la legislación europea. Pero a pesar del deseo de conseguirlo, créanme, no vale la pena salir a la aventura con un mapa farmacéutico en mano.

Medidas en marcha para resolver el problema

Viendo este panorama, las autoridades sanitarias españolas han implementado medidas para controlar la situación. Primero, están insistiendo en que los profesionales de la salud utilicen estos medicamentos de manera adecuada. La idea de que médicos prescriban Ozempic solo a pacientes diabéticos es fundamental, y contribuye de forma notable a reducir el uso no autorizado para la pérdida de peso.

Han comenzado a impulsar alternativas a estos medicamentos como Wegovy y Mounjaro, diseñadas para tratar la obesidad sin perjudicar a quienes realmente necesitan tratamientos para la diabetes. Es un poco como donar comida a un comedor: uno puede satisfacer dos necesidades al mismo tiempo.

A su vez, las comunidades autónomas están aumentando la vigilancia respecto a la prescripción y distribución de estos medicamentos. En Lituania, por ejemplo, desde este año se exige a las farmacias conservar las recetas de venta de medicamentos no reembolsables que contengan semaglutida. Quizá algún día las farmacias puedan emplear un sistema de datos con los métodos de identificación que tienen los aeropuertos: “Señoras y señores, aquí hay un volumen de medicamento que debería estar en casa de un paciente diabético, no en su carrito de compras”.

Reflexiones finales

Así que, amigos, mientras nos enfrentamos a una creciente ola de problemas de abastecimiento de medicamentos, es importante recordar que lo que está en juego son vidas humanas. Las decisiones y políticas deben garantizar que aquellos que realmente necesitan tratamientos tengan acceso a ellos, y que se prevenga el uso indebido de medicamentos.

Con suerte, la historia de Ozempic, Saxenda, y otros medicamentos análogos nos enseñará que la salud es un regalo, y todos merecemos un acceso justo a las herramientas que nos ayuden a cuidar de ella. Después de todo, nuestra salud es algo que merece atención y prioridades.

Así que, antes de buscar una solución rápida en un frasco, recordemos que hay un camino más saludable, y no siempre es el que brilla más. ¿Te gustaría un consejo? Mantente informado, pregunta y busca siempre la guía de profesionales. Al final del día, la salud es más que un número en una balanza; es un viaje que realmente vale la pena emprender.