Una tragedia sobre ruedas
Si hay algo que puedes asegurarte que no se queda en el aire, son las historias que deja a su paso un desastre natural como la DANA en Valencia. Imagina un día soleado que se convierte en un torrente de agua que se lleva consigo no sólo calles, sino también sueños y, en este caso, vehículos. Desde el 30 de octubre de 2023, Valencia ha sido testigo de una de las catástrofes más devastadoras en la historia reciente de la ciudad, y aunque suena a tragedia cinematográfica, la realidad se siente aún más dura.
Como un relato de horror que mis abuelos contarían antes de dormir, los medios han estado inundados (si me permiten el juego de palabras) con imágenes desoladoras de coches apilados, como juguetes olvidados en una habitación desordenada. No esperen que me ponga dramático, pero una imagen que me ha impactado es la de Biel Aliñó, con solo dos personas sobresaliendo entre un mar de vehículos. ¿Cómo puede la naturaleza mostrar su furia de manera tan certera?
Con cálculos que apuntan a más de 120.000 vehículos afectados, la crisis del transporte está lejos de ser solo un problema de movilidad: es una catástrofe económica, emocional y social. Pero, por si alguien pensaba que esto se trata simplemente de un juego de «dónde está mi coche», permítanme llevarlos a un viaje más profundo.
Los impactantes números detrás de la tragedia
«¿Cuántos coches han sido realmente afectados?», te preguntarás. Según el Consorcio de Compensación de Seguros, se han recibido alrededor de 83.437 solicitudes de indemnización hasta el 8 de noviembre. Sin embargo, hay quienes creen que esa cifra es solo la punta del iceberg. La Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC) ha estimado que la cifra real es, en verdad, superior a 100.000 vehículos.
Un desafío monumental
Imagínate ser parte del equipo de rescate, enfrentándote a un caos sin precedentes. Las calles fueron un verdadero campo de batalla, y los gruístas, con su espíritu voluntario, comenzaron un complicado proceso que, aunque laborioso, debe ser reconocido como extraordinario. Entre 500 y 600 coches están siendo retirados diariamente. ¿Alguien necesita un héroe con un camión grúa?
Sin embargo, este proceso no es sencillo. Los peritos tienen la difícil tarea de determinar si un coche puede ser reparado o deberá ser destinado al desguace. Y, con todo lo distorsionado que se ha puesto este panorama, es increíble pensar que muchos propietarios ni siquiera saben dónde está su coche. Aquí es donde entra en juego la iniciativa tucochedana.es. Esta base de datos fue una idea brillante que usó la tecnología para ayudar a las personas a encontrar sus vehículos perdidos. Una especie de Tinder, pero para coches.
Una solución digital para un problema físico
La tecnología, en su forma más humana, ha surgido como una salvadora en medio del caos. Un exalumno, René Molina, contactó al profesor Juan Francisco Soler para decir «hey, ¿por qué no hacemos algo al respecto?». Así, en un abrir y cerrar de ojos, lanzaron una web que permite registrar vehículos aparentemente perdidos.
¿No es genial cómo la creatividad puede florecer en tiempos oscuros? Hoy, ya hay 1,902 usuarios registrados y 58 coches han sido encontrados gracias a este servicio. Aunque mi coche aún no ha sido registrado, definitivamente me sentiría un poco más seguro sabiendo que hay alguien intentando cazar todos esos vehículos.
El reto logístico de los desguaces
Los vehículos afectados están siendo llevados a campas provisionales, pero el espacio no es suficiente. La Asociación Española del Desguace y Reciclaje del Automóvil (AEDRA) alertó sobre la crisis que enfrentan los desguaces: no hay suficiente capacidad para manejar tantos vehículos. ¿Alguna vez has intentado encontrar un lugar de estacionamiento en el centro de Valencia? Multiplica esa ansiedad por mil y obtendrás una idea de lo que están viviendo.
La gestión de estos autos es un desafío monumental y puede llevar meses. En 2023, la DGT registró la baja de 45,990 vehículos en Valencia, y se estima que ahora hay entre dos y tres veces esa cantidad para reciclar. Tú, ¿creerías que hay gente decidiendo entre desguazar su coche o reparar un vehículo que podría muy bien haber cruzado los límites de su vida útil?
La burocracia: ¿el verdadero enemigo?
Y aquí es donde el humor negro y el absurdo a menudo se entrelazan: el proceso burocrático y los demonios del sistema. Las decisiones sobre si un vehículo es reparable o no no solo dependen del estado físico, sino del valor venal asignado por el Estado. Esa cifra se calcula teniendo en cuenta la antigüedad, pero, y aquí es donde empieza la risa nerviosa, no tiene en cuenta el kilometraje o el cuidado del vehículo. ¿Es realmente justo?”
Pero esto no es solo un asunto de números. La historia tiene nombres y rostros, y detrás de cada vehículo afectado hay una familia preocupada, un individuo que ha perdido mucho más que un simple medio de transporte.
Consecuencias a largo plazo
Los daños se estiman en 800 millones de euros para vehículos particulares, y otros 400 millones de euros para vehículos pesados. Además, unos 200 millones en autos que estaban en venta en concesionarios. ¿Se darán cuenta las aseguradoras de la magnitud de este desastre en términos de pólizas y reclamaciones? Y, aunque reconozco que a veces los números parecen fríos, detrás de cada cifra hay una historia que quiebra el corazón.
Una alusión a la seguridad
Ah, y por si fuera poco, hemos de considerar que muchos vehículos ahora se encuentran en estado de «siniestro» en el historial. Lamentablemente, eso significa que, si más tarde intentas vender uno de estos coches, estará marcado como «afectado por la DANA» y probablemente serás el blanco de otras preocupaciones.
Y hablemos de los coches eléctricos. La responsabilidad y el riesgo se intensifican ya que requieren un tratamiento especial. Como me solía decir mi abuelo: «No todos los héroes llevan capa; algunos llevan guantes y cascos». Así es, podrías necesitarlo si entras a un taller con un modelo eléctrico inundado.
Reflexiones finales
Es un período de incertidumbre y desafíos, pero también de colaboración y comunidad. Los valencianos están levantando la cabeza, recuperándose y enfrentándose a esta catástrofe con una determinación que es digna de admiración. Así que, amigas y amigos, en medio de tantas pérdidas y problemas, también hay un claro rayo de esperanza y unidad que nos demuestra que incluso en los momentos más oscuros, la humanidad siempre encontrará la forma de salir adelante.
Mientras tanto, si vives en Valencia y no sabes dónde está tu coche, ¿por qué no pruebas suerte en tucochedana.es? Tal vez encuentres esa “joya” que creías perdida para siempre. Y en caso de que veas un coche antiguo, respira hondo y recuerda: no todo está perdido. La historia de cada vehículo es un recordatorio de lo que hemos superado y de lo que aún podemos alcanzar. Así que mantengamos la fe, que en Valencia, aunque haya coches hundidos, no hay falta de espíritu.