La pensiones son uno de esos temas que nunca pasan de moda. Y no es de extrañar, considerando la importancia que tienen para millones de personas en nuestro país. Este fin de semana, el programa LaSexta Xplica abordó este tema candente, y la invitada especial fue nada menos que Maribel Mesón, una pensionista que defendió la valía de este sistema ante las críticas de algunos influencers. Sí, esos que suelen ser más conocidos por sus bailes virales y sus consejos de belleza que por entender los sistemas de bienestar social.
Pero, en un giro inesperado, Maribel no sólo habló de su experiencia personal, sino que lanzaba un mensaje fuerte y claro: “Los trabajadores que hemos trabajado 42 años somos pensionistas, porque nos lo hemos pagado, no es porque ahora lleguen y nos den una paguita.” ¡Toma eso, influencers!
El valor de las pensiones: más que un simple número
Para aquellos de ustedes que no tengan a mano su calculadora, 42 años de trabajo representan un compromiso. No sé ustedes, pero yo apenas tengo la paciencia para ver una serie de 42 episodios, mucho menos para mantener un empleo durante cuatro décadas y no sucumbir a la tentación de irme a vivir a una isla desierta… aunque, pensándolo bien, podría ser tentador.
Maribel enfatizaba que las pensiones son algo que los ancianos han pagado con sangre, sudor y lágrimas, tal cual lo dice la famosa frase. Este argumento resuena fuerte en un momento donde los jóvenes tienden a cuestionar el sistema: “¿Por qué deberíamos contribuir a las pensiones de aquellos que ya no están en el mercado laboral?”, se preguntan muchos. Y es que hay un cierto resentimiento que flota en el aire, como si las pensiones fueran un lastre para la juventud. Pero, ¿son realmente un lastre?
Vamos a pensarlo un momento. Si no fuera por las pensiones, muchos de nuestros mayores estarían en situaciones precarias. Y, por si no lo sabían, cuando nuestros mayores están en problemas, nosotros también lo estamos. El costo social de no cuidar a los más vulnerables recae directamente en las generaciones siguientes.
Aumento del debate: ¿privatización o protección de las pensiones?
Durante su intervención, Maribel insistía en que las pensiones deben ser blindadas en la Constitución. A simple vista, esto podría parecer un acto de nostalgia por un «buen viejo tiempo», pero aquí hay un matiz importante: la adopción de medidas que protejan nuestros derechos es clave para evitar que futuras generaciones se vean atrapadas en un sistema desmantelado.
Pensemos en la historia. En el pasado, muchas naciones han tomado decisiones económicas que han llevado a drásticas reducciones de pensiones. Imaginemos a un joven de hoy, que espera con anhelo su jubilación, solo para ver esa ilusión desvanecerse en el aire como un globo pinchado. ¿No queremos que nuestros hijos tengan un futuro más brillante? Claro que sí. Pero cuando nos olvidamos de los que han construido ese futuro, podemos caer en un ciclo destructivo.
Confrontando estereotipos: los jóvenes y los pensionistas
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista llegó cuando Maribel se dirigió a los jóvenes: “No lo van a conseguir, porque nosotros estamos aquí para defender las pensiones, las nuestras, las de nuestros hijos y las de nuestros nietos.” Su mensaje era claro: no se trata de un enfrentamiento generacional. Se trata de construir un futuro sólido en la sociedad que no excluya a ninguna generación.
Si alguna vez han tenido una discusión con su abuelo sobre la música de hoy en día —ese momento en el que se siente como si existieran dos planetas separados—, saben exactamente a qué me refiero con «enfrentamiento generacional». Sin embargo, en este caso, ese enfrentamiento es triste y perjudicial. Creer que los intereses de los pensionistas están en conflicto con los de los jóvenes es como pensar que los dos lados de una misma moneda están peleando entre sí.
Eso me recuerda una anécdota personal: una vez, durante una comida familiar, mi abuela se quejaba de que “la juventud de hoy en día no sabe apreciar la buena música”. Después de un par de intentos de educarla sobre las maravillas del reggaetón y el K-Pop (sí, tú lo has leído bien), decidí que lo mejor era sentarnos y escuchar un poco de música juntos. Al final, terminamos riéndonos y bailando, todo por abrir un espacio al entendimiento.
¿Y qué pasa con el futuro de nuestro sistema de pensiones?
Ahora, volviendo al núcleo del asunto: las pensiones. ¿Cuál es el futuro real de nuestro sistema? Mientras los influencers y algunos economistas continúan idealizando la propia privatización de pensiones, las voces de quienes las han pagado deben ser escuchadas. La realidad es que, sin un sistema de pensiones sólido, la sociedad simplemente no puede avanzar.
Recientemente han surgido propuestas para cambiar cómo abordamos las pensiones. Algunos sugieren que deberíamos eliminar ciertos «privilegios» de los pensionistas con miras a la austeridad. ¿Pero a qué costo? Aquí mencionaremos el famoso dicho: «las decisiones que tomamos hoy se convertirán en la realidad del mañana». Si hoy cortamos las alas a nuestros mayores, mañana puede que tengamos que recoger los restos de una sociedad rota.
La voz de la experiencia: lecciones de vida
Maribel, con sus 42 años de experiencia, no sólo representa a millones de pensionistas, sino un legado de generaciones. Cuando se jubiló, probablemente no imaginó que un día tendría que defender lo que ha trabajado tanto para recibir. Pero aquí está, alzando la voz, convirtiéndose en un faro para otros.
La cruda realidad es que muchos jóvenes todavía no saben lo que es trabajar y cotizar durante años. La vida es un ciclo: aprendemos de los mayores, y ellos de nosotros. Bajar la guardia ante los desafíos del sistema de pensiones sería, sin duda, un error.
Conclusión: Un llamado a la unidad generacional
En resumen, lo que Maribel defendía tan fervientemente durante su intervención es algo que deberíamos considerar todos. Las pensiones no son sólo una “paguita” que se le da a los ancianos. Son el resultado de una vida de esfuerzo, sacrificio y dedicación al trabajo.
Los jóvenes y los mayores necesitamos establecer un diálogo genuino. Si vemos a las pensiones como derechos fundamentales que merecen protección, podremos construir un sistema mejor que beneficie a todos. Entonces, cuando te sientas a hablar sobre el futuro de las pensiones, recuerda: no se trata sólo de números en una hoja de papel, sino de vidas, historias y sueños.
Así que, la próxima vez que vean noticias sobre pensiones, tómense un momento para reflexionar. Y pregúntense: ¿Estamos realmente dispuestos a no escucharnos unos a otros? La respuesta debe ser un rotundo «no». Porque al final del día, todos estamos haciendo lo mejor que podemos para asegurar un futuro mejor, uno que sea inclusivo para todas las generaciones.
Y si la situación se vuelve tensa, siempre podemos intentar encontrar un terreno común… como bailar juntos. Después de todo, si hay algo que la música puede hacer, es unir a las personas. ¿Quién diría que un vals podría salvar nuestro sistema de pensiones?