Durante los últimos años, el Gobierno chino, bajo la dirección del Partido Comunista (PCCh), ha sido testigo de una alarmante crisis demográfica. Con el número de solteros en el país superando los 220 millones, las autoridades han ideado diversas estrategias para incentivar el matrimonio y la natalidad. Una de las iniciativas más inusuales y, a la vez, más discutidas ha sido la implementación de clases de amor en varias universidades del país. ¿Pero realmente pueden unas «lecciones sobre el amor» cambiar una tendencia tan arraigada como la soledad y el descenso de los matrimonios? Acompáñame en este análisis, que mezcla un poco de humor, anécdotas y un vistazo a la realidad social en el gigante asiático.
Un profesor con un curioso apelativo
En la Universidad de Wuhan, sabemos que el Profesor Yu Feng, director del Departamento de Psicología, ha ganado popularidad como el «Profesor Amor». Pero, ¿cómo llegamos a nombrar a un académico de esa manera? La historia nos lleva a una preocupación real: la tasa de natalidad en China. ¿Te imaginas que un gobierno se preocupe tanto por tu vida amorosa? Aquí, parece que esto es exactamente lo que ocurre.
La idea de las clases de amor surgió tras una serie de encuestas realizadas por periódicos afines al PCCh, que revelaron que un sorprendente 90% de los estudiantes estaban a favor de esta propuesta. Sin embargo, la verdad detrás de esta cifra podría ser más compleja de lo que parece, ya que las redes sociales chinas no tardaron en cuestionar la autenticidad de esos resultados, argumentando que el partido estaba un tanto desesperado por disfrazar su agenda de Cupido. ¿Deben los solteros temer que el amor se convierta en un mandato gubernamental? Francamente, la idea es tanto divertida como desconcertante.
Amor, felicidad y un poco de economía
El objetivo de estas clases va más allá de simplemente encontrar pareja; trata de fomentar la felicidad personal, empezando por amarse a uno mismo. «La base para construir un futuro matrimonio y una vida en familia», enfatiza Yu. Pero, seamos sinceros, ¿quién realmente se presenta a una clase de amor? Si alguna vez te has sentido un poco perdido en el mundo de las relaciones, probablemente sabes que el amor, como la vida misma, es un asunto complicado. A veces, sólo necesitas un poco de ayuda. En mis años de búsqueda amorosa, a menudo me encontré preguntándome si una «clase de amor» o incluso una aplicación para encontrar pareja podría haber sido el camino a seguir.
Lo que resulta aún más fascinante es que, en paralelo a estas clases, ha surgido una economía del amor en China, impulsada por el crecimiento del número de solteros. Desde aplicaciones de citas que rivalizan con Tinder hasta las omnipresentes «casamenteras», todo esto parece estar muy bien orquestado. Estas figuras, que tradicionalmente han estado presentes en la cultura china, ahora están recibiendo recompensas económicas atractivas por ayudar a los solteros a encontrar pareja.
La extravagante calle del matrimonio en Changsha: un lugar para recordar
¿Te has imaginado alguna vez una calle temática dedicada exclusivamente al amor y el matrimonio? En Changsha, una moderna ciudad de más de 10 millones de habitantes, eso es exactamente lo que han creado. La primera calle del país dedicada a la «temática matrimonial». ¿Quién pensaría que el amor podría ser tan comercializado? Los murales de bodas decoran las paredes, e incluso hay una escuela donde los visitantes pueden alquilar trajes tradicionales y asistir a clases de amor y matrimonio, así como lecciones de cómo cambiar pañales.
A pesar de las intenciones, la inauguración de esta calle no estuvo exenta de controversia. En las paredes cuelgan frases que, a primera vista, parecen inofensivas, pero al examinarlas más de cerca, muchos las consideran machistas. Phrases como «Me gusta preparar el desayuno» o «Tener tres hijos es lo más cool» han abierto un nuevo debate sobre las expectativas de género. Y aunque la idea de una calle dedicada al amor es divertida y entretenida, la ejecución deja mucho que desear. A veces, da la impresión de que estamos viviendo en una película romántica que ha salido un poco mal.
Matrimonios en declive y divorcios en aumento: ¡Qué mundo fascinante!
Mientras las «clases de amor» intentan dar a los solteros la suerte que aparentan no tener, los números cuentan una historia diferente. El registro de matrimonios en China ha caído a un mínimo histórico, con solo 6.1 millones de parejas casándose en 2024, un descenso del 20.5% respecto al año anterior. Esta es la mayor caída desde que comenzaron a publicarse estas estadísticas en 1986. ¿Dónde están todas esas clases de amor cuando las necesitas? Tal vez necesitan una clase de economía.
A la vez, el número de divorcios ha experimentado un ligero aumento, con 2.82 millones de separaciones registradas. Tras la introducción de una polémica ley que obliga a las parejas a un periodo de reflexión de 30 días antes de formalizar el divorcio, muchos se preguntan si este tipo de regulación realmente ayuda a mantener un matrimonio o solo empeora las cosas.
La autocompasión y los desafíos de la soltería en la China moderna
Hay algo muy humano en la lucha por encontrar el amor. Todos hemos pasado por esa etapa incómoda de estar solteros, desesperados por encontrar algo más que compañía en nuestras vidas. Pero la búsqueda de pareja en una sociedad donde la presión social es intensa y las expectativas familiares pesan, parece ser un desafío enorme. Para los jóvenes en China, esto es aún más cierto, ya que enfrentan no solo la presión de sus familias, sino también la influencia de una historia nacional que ha cambiado drásticamente en las últimas décadas.
Si alguna vez has estado en una relación fallida o has experimentado el desgaste emocional de salir con alguien que no valía la pena, sabes lo que es la lucha emocional. Las clases impartidas por el profesor Yu Feng pueden ofrecer una perspectiva refrescante, pero a veces puede parecer que son más un intento de encajar a la fuerza un rompecabezas que no encaja. Después de todo, el amor no siempre se adapta a las normas y expectativas sociales. La conexión humana es más que una serie de pasos a seguir.
Incentivos económicos y el camino hacia el matrimonio
Además de las clases de amor y los esfuerzos de comercialización, varias localidades chinas han puesto en marcha incentivos financieros para motivar a las parejas a casarse. En Shanxi, por ejemplo, se han ofrecido hasta 1,500 yuanes (alrededor de 210 euros) a parejas que quieran registrar su matrimonio, siempre que la mujer tenga menos de 35 años. A la gente le gustan los incentivos; ¿quién no ama un buen pago por hacer algo que se podría considerar una obligación social?
Mientras que los gobiernos locales intentan abordar la crisis demográfica a través de estas compensaciones, también surgen preguntas sobre la autenticidad de dicho matrimonio. ¿Estamos creando un amor genuino o simplemente un «matrimonio transaccional»? Después de todo, el reino de lo romántico debería ser más que solo números y subsidios económicos.
¿Puede el amor ser una calificación?
Desde mi punto de vista, intentar “calificar” el amor con clases o incentivos económicos es, en el mejor de los casos, un enfoque creativo pero fundamentalmente erróneo. ¿Realmente necesitamos ser educados o asistidos en el amor, como si fuéramos estudiantes en una clase de matemáticas? Volviendo a la época de mi vida donde trataba de encontrar pareja, recuerdo que a veces las conexiones más auténticas eran las que sucedían de manera inesperada y espontánea, en medio de risas y momentos inesperados.
Al final del día, el amor es un viaje impredecible y, a menudo, un camino accidentado. Las expectativas de las autoridades chinas reflejan un deseo genuino de hacer que las cosas funcionen, pero el enfoque parece más una solución rápida que un cambio de mentalidad profundo. La verdadera cuestión es, ¿podemos realmente enseñar a amar, o el amor debe ser experimentado?
Reflexiones finales sobre el amor y la sociedad moderna
El curioso fenómeno de las clases de amor en China y la economía contemporánea del amor es un reflejo de tiempos en los que la soledad y la búsqueda de conexión son cada vez más relevantes en la sociedad actual. La lucha por mantener la cohesión social a través del matrimonio se ha vuelto un asunto casi de estado, y las medidas tomadas pueden parecer tanto innovadoras como desesperadas.
En nuestra búsqueda por comprender el amor, a menudo nos olvidamos de disfrutar el proceso, de reírnos de los momentos incómodos y de abrazar la belleza de la imperfección de nuestras vidas románticas. Mientras las clases de amor y las aplicaciones de citas ofrecen oportunidades interesantes, quizás la mejor lección que podemos aprender es que el amor genuino no puede ser programado ni enseñado.
Entonces, mientras Yu Feng y su «clase de amor» continúan intentando rescatar a la juventud china del abismo de la soledad, nosotros podemos sentarnos y reflexionar sobre nuestra propia experiencia con el amor. Al final, quizás el mejor consejo que pueda dar es: no temas ser tú mismo, porque el amor verdadero empieza por conocerte y aceptarte. ¡Buena suerte en tu búsqueda, y recuerda que a veces la vida misma puede ser tu mejor maestro!