En medio de un mercado inmobiliario desbordante, ¿qué hacen las personas cuando el alquiler promedio en Londonderry asfixia su presupuesto? Algunos han encontrado una solución peculiar y sorprendente: convertirse en «guardianes» de propiedades vacías. Pero, ¿qué significa realmente ser un «guardián»? Tómate un momento, acomódate, y vamos a desentrañar esta nueva tendencia que está atrapando la atención en Gran Bretaña y más allá.

¿Qué es ser un guardián de propiedades?

La historia de Louis Goss, un periodista británico de casi 30 años, es solo una de las muchas que podrían surgir cuando mencionamos el concepto de «guardia de propiedad». Louis ha vivido en lugares tan inusuales como un antiguo geriátrico, biblioteca y hasta una comisaría vacía en el lujoso barrio de Chelsea. No es que esté buscando alojamientos exóticos por placer, sino que encontró en esta dinámica la única forma de sobrevivir en un mercado de alquiler que supera las 2,200 libras mensuales en Londres.

En esencia, ser un «guardián» es un acuerdo innovador que permite a los inquilinos vivir en propiedades desocupadas a cambio de un precio mucho más bajo, siempre y cuando mantengan el lugar en condiciones decentes y lo protejan de posibles ocupaciones. Es un acuerdo donde todos ganan: el propietario cuida su inversión evitando el deterioro y el inquilino se ahorra una considerable suma de dinero. Estoy seguro de que, al igual que yo, tú también te estás preguntando: «¿Dónde firmo?».

El impacto del mercado inmobiliario

La situación del mercado inmobiliario en Gran Bretaña es, digamos, bastante complicada. Según la Office for National Statistics (ONS), el alquiler privado en Londres ha alcanzado un promedio de 2,220 libras al mes y en 2015, este mismo alquiler se encontraba por debajo de las 1,600 libras. Como diría mi abuelita, «¡esto ya no es una casa, es una ruina!».

La crisis de vivienda no es exclusiva de Londres, sino que afecta a ciudades como Madrid, Barcelona y otras metrópolis europeas. Con un precio por metro cuadrado que oscila entre las 10,700 y 19,400 libras, la compra de propiedades ha comenzado a parecer un sueño más que una realidad. Por lo tanto, es evidente que muchos residentes están buscando alternativas creativas para hacer frente a esta situación.

La fórmula del “guardián”

La matemática detrás de ser un guardián es bastante interesante. Recordemos que el año pasado, ¡50,000 personas solicitaron convertirse en guardianes en Gran Bretaña! A medida que el costo de vida se eleva, cada vez más personas se ven forzadas a buscar refugio en este tipo de arreglos.

La empresa Live-in Guardians, que se especializa en esta práctica, afirma que sus contratos renovables —que pueden comenzar en 75 libras por semana— permiten a sus «guardianes» acceder a propiedades que, de otro modo, estarían vacías. Tener una habitación en una propiedad amplia y bien ubicada parece un negocio redondo, ¿no crees?

En estos acuerdos, los «guardianes» no solo se convierten en inquilinos, sino en vigilantes del inmueble. ¿Te imaginas vivir en un lugar como una vieja escuela o una iglesia? ¡Es como estar en una película de misterio! Solo que, en vez de buscar un asesino en serie, te aseguras de que la fachada no caiga a pedazos.

La vida como guardián: experiencias personales

A esta altura, probablemente te estés preguntando cómo es la vida real de un guardián de propiedades. He tenido la suerte de conversar con algunos que han pasado por esta experiencia. Uno de ellos me contó que vivía en un antiguo día de colegio, y a veces se sentía como un estudiante a mitad de la noche, tratando de no hacer ruido al mover un escritorio.

«Mis vecinos son ex alumnos de la escuela», bromeaba. «No, en serio. A veces me despierto escuchando voces y creo que son mis compañeros de clase, pero luego me doy cuenta de que son solo los ecos de los pasillos vacíos».

Sin embargo, no todo es risas. La realidad es que muchos guardianes enfrentan retos como la falta de agua potable o condiciones de vida que no cumplen con los estándares. Aunque la PGPA, que representa a los principales agentes del sector, asegura que se realizan inspecciones para evitar problemas, hay quienes no pueden dejar de sentirse un poco desprotegidos.

El lado oscuro del tutelaje

Como en cualquier situación, este acuerdo tiene su lado negativo. Resulta que algunos «guardianes» han informado sobre condiciones precarias en las propiedades, tales como mala calidad en el cableado, duchas de funcionamiento dudoso o, simplemente, pasillos que asustan más que cualquier película de terror. El Ministerio de Vivienda del Reino Unido enfatiza que esta práctica no cuenta con su respaldo y advierte sobre los riesgos que pueden enfrentar los inquilinos en tales situaciones.

«El tutelaje tiene sus ventajas y desventajas», dice Goss, citando que aunque los precios son atractivos, el nivel de comodidad a menudo puede ser insatisfactorio. «Es un equilibrio complicado». Y es que, ¿qué harías tú si tu opción de vivienda más económica viniera con tal lista de inconvenientes? Hacer de un templo tu hogar puede sonar bien en teoría, pero en la práctica podría dejar más que desear.

Un fenómeno en expansión

A pesar de sus inconvenientes, el sistema de tutelajes se ha expandido más allá de las fronteras británicas. En Países Bajos, donde inició esta tendencia en los años 80, el modelo ha inspirado a otros países europeos e incluso a España, que desde 2021 ha estado explorando la posibilidad de ofrecer viviendas en condiciones similares. En Madrid, por ejemplo, se han propuesto abrir 5,000 hogares temporales en propiedades vacías a cambio de un alquiler reducido.

Los impulsores del proyecto la describen como una situación de «ganar-ganar-ganar» —los propietarios obtienen inquilinos, los inquilinos consiguen un lugar más económico, y el entorno se beneficia al evitar que los edificios se deterioren—. Pero, ¿es realmente tan sencillo? O como diría mi madre, «una cosa es hablar y otra cosa es hacer».

Conclusión: ¿Vale la pena?

Así que, ¿es la figura del guardián la solución a la crisis de vivienda? Tal vez, y sin lugar a dudas, lo es para muchas personas. Cada vez hay más personas dispuestas a hacerse cargo de propiedades vacías en un intento de escapar de los precios exorbitantes del alquiler. No obstante, en esta nueva y atractiva tendencia también hay aspectos que requieren atención. No podemos ignorar que algunas condiciones son, efectivamente, cuestionables. Por eso la pregunta queda abierta: ¿estás dispuesto a asumir el riesgo por un precio más bajo?

Al final del día, el modelo de tutelaje de propiedades, lejos de ser la solución perfecta, representa un intento ingenioso de abordar un problema que afecta a muchas de nuestras ciudades. Y aunque puede que no sea una panacea, sí que ofrece una vía alternativa que está ganando terreno. Así que, si sientes que en algún momento esta opción resulta tentadora, no dudes en investigar un poco más sobre el tema y ver si podrías ser el próximo «guardián» del vecindario. ¡A veces, incluso lo menos convencional puede tener su magia!