El absentismo laboral se ha convertido en uno de esos fantasmas que rondan el mundo empresarial. ¿Te has preguntado alguna vez cuántas personas faltan al trabajo cada día en industrias clave para la economía? Según datos recientes proporcionados por la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), ¡casi 2,000 personas! Para poner esto en perspectiva, imagina que podrías llenar 35 autobuses a diario con las personas que simplemente deciden no presentarse. Pero, ¿qué está sucediendo realmente en el sector siderúrgico? Vamos a desmenuzar este interesante -y preocupante- asunto.

Un fenómeno creciente: el absentismo en números

El director general de Unesid, Andrés Barceló, ha salido a la luz con declaraciones reveladoras sobre la magnitud del problema. La cifra de 5 millones de horas perdidas en 2023 no es solo un número en una hoja; es una realidad que afecta directamente a las empresas y su funcionamiento. Detrás de estas estadísticas hay historias de personas que probablemente están lidiando con problemas personales o de salud. ¿No es inquietante pensar que, mientras algunos semanas apenas se atreve a faltar un día, otros simplemente no tienen el mismo sentido de responsabilidad?

Barceló menciona que, en el 83% de los casos, la razón del absentismo no está relacionada con el trabajo en sí. «¿Qué están haciendo estas personas fuera de la oficina o la planta?», me pregunto a menudo. Puede que estén cuidando de un familiar o, simplemente, disfrutando de un día de relax. Sin embargo, este sentimiento de desconexión con la labor que representan puede tener efectos devastadores en la economía. Mientras tanto, las empresas siderúrgicas que emplean a alrededor de 60,000 personas entre sus filas, como Celsa, Acerinox y ArcelorMittal, ven cómo su productividad se derrumba en un contexto económico ya complicado.

Una cultura de absentismo: ¿bandera blanca o un problema de fondo?

Uno de los aspectos más interesantes que menciona Barceló es la compensación económica que muchas empresas ofrecen a sus empleados. El hecho de que se pague el 100% del salario durante una baja por enfermedad puede ser un «alivio» para aquellos que realmente necesitan el tiempo, pero también sirve como “incentivo” para los que se encuentran en la categoría de «jetas», como él mismo lo describe. Es un dilema real: ¿cómo se puede equilibrar la necesidad de cubrir las bajas genuinas frente a aquellos que podrían estar explotando el sistema?

Es un desafío que muchos trabajadores pueden sentir en el aire. En mi antiguo trabajo, conocía a alguien que, de vez en cuando, se «enferma» un viernes para tener un largo puente. Claro, al final del día, sus compañeros de trabajo terminan sintiéndose agobiados. Pero, ¿realmente podemos culpar a esas personas cuando el estrés y la presión laboral son tan altos?

Un panorama más amplio: el impacto del absentismo y el fraude

El absentismo va más allá de las cifras y las anécdotas. Como mencionamos, en 2023 se perdieron en España más de 396 millones de jornadas laborales a causa de procesos de incapacidad temporal. Comparando con 2018, esto representa un incremento del 62%. Innocentemente, y sí, probablemente de manera optimista, solía pensar que este crecimiento quizás se debía a un aumento en la conciencia sobre la salud mental. Pero, ¿será realmente eso, o hay un trasfondo más oscuro?

En paralelo, Barceló deja entrever otro problema inquietante: el fraude en las importaciones de materiales siderúrgicos. El informe de Andersen Tax & Legal advierte que materiales importados desde países no comunitarios están siendo incorrectamente declarados. Imagínate que compras un nuevo gadget, y resulta que no es lo que te prometieron. Tal vez eso te suene familiar, pero cuando se trata de la economía de un país, ¡es un tema serio!

Los importadores se están ahorrando aranceles elevados a través de manipulaciones sencillas y esto podría estar dañando a los productores nacionales. De un valor estimado de 26 millones de euros, esta frustración crea una sensación de injusticia en el sector. ¿Qué pasaría si tu empresa hiciera todo lo posible por destacar solo para que la competencia funcionara a base de trampas? De repente, el panorama se vuelve mucho más turbio.

¿El estado nos ayuda o libera a quienes no lo merecen?

Barceló también alega que la administración pública y los sindicatos se hacen de la vista gorda ante este problema. ¿Por qué, en un mundo donde la transparencia es fundamental, siguen existiendo estas sombras? Hay un sentimiento generalizado entre algunos trabajadores de que su empresa no siempre se preocupa por ellos. Y así, en la batalla del trabajador responsable contra el que abusa del sistema, se encuentran atrapados. Podemos reflexionar: ¿quién termina ganando en esta mescolanza de dudas y conflictos?

Desde siempre, se ha dicho que “de la necesidad nace la invención”. En este caso, sería interesante ver si el sistema de salud laboral puede renovarse para adaptarse a esta nueva realidad. Las estadísticas son claras, pero la historia detrás de ellas es aún más reveladora.

La presión energética: otro camino hacia la insolvencia

La gran industria, además del problema de absentismo y el fraude, enfrenta otro dilema: el sobrecoste energético. Desde el aumento de los precios debido a la crisis económica generada por la pandemia COVID-19 y la invasión de Ucrania, la industria electrointensiva se encuentra sufriendo una presión económica significativa.

Parece que, al intentar cumplir con las exigencias del consumidor electrointensivo, las empresas están atrapadas en un ciclo estricto que se sienta cómodo hasta que el próximo problema surge. Me recuerda a esos días de colegio en donde debes seguir las instrucciones de un maestro cuya clase parece no terminar nunca. ¿Es que no hay espacio para la innovación y el cambio en un mundo en constante evolución?

Barceló sugiere que hay que permitir que las empresas tengan más de un proveedor y que puedan optar por varias tarifas. Este tipo de competencia puede resultar ser el alivio que el sector necesita para recuperarse. ¿No sería genial ver cómo se adaptan y resuelven problemas de forma creativa en lugar de solo “abstenerse” de hacer algo?

¿Cuál es el futuro de la industria siderúrgica?

Podemos concluir que el absentismo laboral en la industria siderúrgica no es solo un problema de una empresa o región, sino una cuestión que afecta al sector en su totalidad. Se necesita una reflexión profunda sobre las estructuras laborales y la manera en que influyen tanto en el trabajador como en el empresario.

Si bien hablar sobre esto puede resultar incómodo, es a través de la conversación abierta que podemos encontrar soluciones. La verdad es que hay más implicados de los que uno podría pensar, desde los gobiernos que deben regular de manera efectiva, hasta los propios trabajadores que deben ser responsables de sus elecciones. ¿Podremos, como sociedad, dar el paso necesario para que los trabajadores y las empresas puedan prosperar juntos?

Al final del día, la pregunta no solo se reduce al dato de absentismo, sino a cómo todos podemos contribuir a un entorno laboral más justo y positivo, un lugar donde realmente queramos estar. Así que, si alguna vez te encuentras pensando en esos dos mil que faltan a trabajar, considera lo siguiente: ¿qué podemos hacer para que en vez de ser cifras, sean talentos capaces de construir el futuro de la siderurgia? La respuesta podría ser más simple de lo que pensamos, solo necesitamos tener la voluntad de intentarlo. ¡A reflexionar se ha dicho!