En un día cualquiera en Aragón, mientras mi vecino lucha por resistir la invasión de las malas hierbas en su jardín y mi perro decide que es un buen momento para ladrar a una hoja, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, se enfrenta a una serie de retos que podrían dar pie a un dramático guion de una serie política. ¿Eres de los que piensan que la política es aburrida? Permíteme corregirte; aquí, la política es tan problemática y emocionante como una telenovela, solo que en lugar de amoríos secretos, tenemos presupuestos y ERTEs.
Desafíos presupuestarios y la sombra de la despoblación
Azcón ha dejado claro que, a pesar de las especulaciones, no prevé adelantar las elecciones a pesar de que Aragón se encamina a un déficit de presupuesto en 2025. ¿Es esto un acto de valentía o de negación? Mientras muchos de nosotros estamos preocupados por cómo ajustarnos al presupuesto para el mes, Azcón parece tener metas más ambiciosas en mente. Él quiere un “buen” presupuesto, lo cual, acordemos, suena mejor que simplemente “tenerlo”. Pero, ¿qué determinantes podría tener en esta conversación?
Una de las grandes preocupaciones en la mesa es el fondo de nivelación que debería compensar los 87 millones de euros perdidos debido a la despoblación. Espolvoreando un poco de humor en esta tragedia, es un poco como cuando te das cuenta de que tu perro, el adorable demonio que es, ha devorado tus zapatos favoritos: tienes que lidiar con la pérdida, pero aún así tienes que buscar soluciones. La despoblación no es un fenómeno nuevo, pero Azcón parece decidido a posicionar a su Gobierno en el centro de la acción, enfatizando que el Gobierno de España debe proporcionar respuestas reales.
“¿Ve opciones reales de que se apruebe ese fondo de compensación? ¿Qué pasaría si no hay más presupuesto?” Igual yo no soy economista, pero la respuesta parece ser “complicado”. Sin embargo, Azcón asegura que tiene un plan y su esperanza no es en vano.
Stellantis y la preocupación por la gigafábrica
Otro punto candente en la conversación política es la situación de Stellantis y su gigafábrica. Hay un ERTE en el aire, lo cual significa que los empleados se están preguntando si deberán participar en algún tipo de juego mental para mantener sus trabajos. Pero, claro que sí, la incertidumbre siempre trae inquietud. Como cuando abres el congelador y hay un trozo de pizza que no recuerdas haber guardado; no sabes si te alegrarás de comerlo o si es un error de tu pasado.
Azcón confía en que, a pesar de la situación, la gigafábrica seguirá en pie. Las preguntas sobre el futuro de la automoción ecológica son serias. No obstante, los aranceles de la Unión Europea y el aumento en la venta de vehículos eléctricos complican el panorama. Para resumir, el futuro de la movilidad eléctrica en Europa podría asemejarse a una partida de ajedrez: solo que los peones no están seguros de si deben avanzar o retroceder.
El viaje emocional por la sanidad aragonesa
Y claro, hablemos de la sanidad. En un tiempo donde muchas comunidades apenas lograban salir del caos generado por la pandemia, Aragón parece haber iniciado su propia batalla en el ámbito de la salud pública. Azcón no se cansa de recalcar que su Gobierno ha incrementado el presupuesto de sanidad en más de un 10%, contrastando así la gestión del anterior mandato del PSOE. En este punto, es bastante gracioso que los políticos se lancen críticas entre ellos, como si hicieran una competición de quién lanzó el comentario más mordaz en la última pelea de patio en la escuela.
En este contexto, Azcón menciona a su consejero de Sanidad, el Sr. Bancalero, poniendo su confianza en que las cosas están mejorando, aunque quizás no tan rápido como se esperaría. Cuando miro a mis amigos post-pandémicos hablando de la atención primaria, me pregunto: ¿quién no ha sentido esa angustia al esperar una cita médica?
Inversiones y el futuro de Aragón
Un punto interesante en la charla es la esperanza de inversión, que Azcón destaca como una visión ambiciosa de que 2024 será un año histórico. “¿Podemos realmente confiar en que todas las promesas de infraestructuras y capital sean cumplidas?” es una pregunta que se repite en mis pensamientos. Es como cuando tu amigo promete un viaje que nunca parece llegar. En este caso, tener una inversión de 40.000 millones de euros en un solo año suena a una historia digna de un cuento de hadas econométricos.
Y mientras esto avanza en la mente de la población, el presidente Azcón no teme enfrentar al PSOE o a Pilar Alegría en futuras elecciones. Alguna vez pensé que tener una conversación política sería como ver una de mis serie preferidas en Netflix, pero con escasa representación de la trama romántica.
Reflexiones finales: el papel de la política en la vida de nosotros
La charla sobre la política aragonesa es como un torbellino de opiniones, cifras y la búsqueda de soluciones a un glut de circunstancias difíciles. Mi vecino continúa sufriendo con sus malas hierbas, y yo me luce que los problemas de Aragón los enfrentan sus líderes como héroes en película épica, lanzando declaraciones a los medios cada vez que se presentan nuevas crisis.
La política, a menudo vista como aburrida y distante, se infiltra en la vida de las personas, ya sea a través de la falta de presupuesto, los desafíos de la sanidad, o los temores por las inversiones futuras. Tal vez, después de todo, deberíamos relacionarnos un poco más con lo que ocurre a nuestro alrededor, porque, en un rebelde giro de eventos, la política puede transformarse en algo que afecte no solo a la gente que está en las altas esferas, sino también a cada uno de nosotros.
Así que la próxima vez que escuches sobre políticas, presupuestos o decisiones que parecen inalcanzables desde lo cotidiano, piensa en que la vida, en su esencia, es un laberinto de decisiones y realidades que a menudo colisionan en formas inesperadas.
Si alguien me preguntara qué haría con 40.000 millones de euros, estoy seguro de que empezaría por deshacerme de esas malas hierbas. Pero eso, mis amigos, es otra historia.