En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad, es refrescante encontrar historias que no solo son inspiradoras, sino que también abordan problemas ecológicos de una manera innovadora. Hoy, quiero hablarles sobre MOMO Pencils, una empresa fundada por dos hermanos en Kenia que está revolucionando la forma en que pensamos sobre los lápices. Pero, antes de sumergirnos en su historia, déjenme hacerles una pregunta: ¿cuántos lápices han usado en su vida? Es probable que sean miles, pero, ¿alguna vez se detuvieron a pensar en cómo estos lápices afectan el medio ambiente?

El viaje de Mahamud y Rashid: De Kenia a la innovación

Mahamud Omari, después de 25 años trabajando como publicista en Tanzania, decidió regresar a su hogar en Kenia. Como muchos de nosotros, tenía una visión de hacer algo significativo, algo que no solo le generara ingresos, sino que también impactara positivamente su entorno. ¿No les suena esto familiar? A veces, nuestra rutina diaria puede convertirse en una prisión, y un retorno a nuestros orígenes parece un buen camino hacia la redención.

Con la ayuda de un amigo que se convirtió en inversor, surgió la idea de fabricar lápices utilizando periódicos reciclados. Y así, con un entusiasmo contagioso y quizás un toque de locura creativa, los hermanos Omari comenzaron su travesía.

La importancia de la sostenibilidad en la producción de lápices

En el corazón de esta historia se encuentra un dato bastante alarmante: cada año, se talan alrededor de 8 millones de árboles solo para fabricar lápices. ¿Lo pueden creer? Los lápices son esos objetos que utilizamos casi a diario, pero que rara vez consideramos en términos de impacto ambiental.

Mahamud y Rashid decidieron tomar un enfoque diferente. «La diferencia entre un lápiz normal y un lápiz MOMO es que nosotros usamos periódicos en lugar de madera», explica Mahamud. Es un enfoque que no solo reduce la deforestación, sino que también revaloriza un material que de otro modo podría terminar en la basura. Nadie dijo que ser sostenible fuera aburrido, ¿verdad?

La travesía hacia la maquinaria

Ser innovador no es fácil, especialmente cuando se trata de conseguir la tecnología adecuada. Una de las primeras barreras a las que se enfrentaron fue la necesidad de encontrar la maquinaria necesaria para la producción. Tras investigar y descubrir una empresa en China que podía suministrar lo que necesitaban, no tuvieron más remedio que hacer las maletas y embarcarse en una aventura que cambiaría sus vidas.

Imaginen a Mahamud y Rashid aterrizando en suelo chino con poco más que un sueño en el bolsillo y muchas ganas de aprender. La experiencia debió ser fascinante: la cultura, el idioma y una nueva forma de ver el mundo. Como alguien que ha viajado por trabajo y placer, puedo decir que siempre se vuelve a casa con más que solo souvenirs—se traen lecciones y experiencias que transforman nuestra manera de pensar.

Creando junto a la comunidad

Volviendo a casa, no todo fue color de rosa. Recuperarse tras la construcción de una fábrica en el condado de Machakos no fue tarea fácil. Pero la perseverancia y el apoyo de su comunidad ayudaron a impulsar la producción de MOMO Pencils. En este momento, la empresa se enorgullece de dar trabajo a unas 50 personas, la mayoría mujeres y jóvenes, creando un impacto social donde más se necesita.

“Al principio producíamos 10 lápices perfectos al día. ¡Ahora podemos hacer hasta un millón al mes!”, celebra Rashid. Este crecimiento no solo es un testamento del progreso, sino que también subraya la importancia de crear oportunidades en comunidades que a menudo no tienen acceso a trabajos bien remunerados.

El proceso detrás de MOMO Pencils

Ahora bien, no se crean lápices de la nada. Permítanme llevarlos a través de un vistazo a su proceso de producción.

  1. Corte: Comienza cortando páginas de periódicos en hojas del tamaño adecuado.
  2. Enrollado y prensado: Las hojas se enrollan con grafito en el medio y se pegan con cola.
  3. Secado: Aquí es donde la madre naturaleza entra en juego—los lápices se secan al sol entre tres y cinco días.
  4. Pulido: Después de secar, se pulen a mano para eliminar el polvo.
  5. Recubrimiento: Se recubren con una película plástica, que puede personalizarse según las preferencias del cliente.
  6. Afilado: Finalmente, se afilan manualmente antes de ser empaquetados y listos para su uso.

La magia detrás de todo este proceso es impresionante, y lo que más me gusta es que, a pesar del alineado industrial, la alta participación humana prevalece. ¿Cuántas industrias pueden decir eso hoy en día?

Un mercado lleno de desafíos

Aunque MOMO Pencils ha demostrado ser una historia de éxito, el camino no ha sido sencillo. Uno de los mayores desafíos ha sido la competitividad del precio. Mientras que una docena de lápices de madera puede costar entre 200 y 500 chelines, los lápices de MOMO Pencils oscilan entre 480 y 780 chelines—una diferencia considerable, especialmente en un mercado donde muchas familias tienen presupuestos ajustados.

¿No es frustrante? On average, cuando las innovaciones sociales y medioambientales cuestan más, la mayoría de las personas, incluso yo, se verían tentados a optar por la opción más barata. Esto plantea interrogantes sobre cómo podemos ayudar a cambiar la narrativa. ¿Es suficiente el esfuerzo de MOMO Pencils si no pueden ofrecer precios competitivos?

La esperanza para la alfabetización

Más allá de los lápices, MOMO Pencils tiene una visión clara: actuar como un motor de cambio. En su campaña Hope for Literacy, Mahamud y Rashid se esfuerzan por proporcionar lápices a un millón de niños de familias de bajos recursos. ¡Eso es un número impresionante!

Imaginemos por un momento el impacto de este gesto. La capacidad de escribir, aprender y expresar pensamientos puede abrir un mundo entero de oportunidades. Y al mismo tiempo, están plantando árboles, contribuyendo a la salud del planeta. “Nuestra visión es cristalina: no aspiramos a robarle nada al medioambiente, sino a devolvérselo, en abundancia”, comentan en su página web. Esa es una declaración poderosa, ¿no creen?

Conclusiones y reflexiones

La historia de MOMO Pencils es un recordatorio de que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. En un mundo donde cada día nos enfrentamos a nuevos desafíos ambientales, la capacidad de convertir los problemas en oportunidades es crucial.

A veces, valdría la pena considerar alternativas, incluso si parecen más costosas al principio. Al final, invertir en un producto que no solo es mejor para el planeta, sino que también apoya a nuestra comunidad, podría ser la mejor decisión que tomemos.

Mahamud y Rashid nos demuestran que no se trata solo de hacer negocios, sino de crear legados. Cada lápiz que producen es una pequeña chispa de esperanza para el futuro, y eso vale su peso en oro.

Espero que esta historia haya resonado con ustedes tanto como lo hizo conmigo. Y, como siempre, al final de la jornada, lo que realmente importa es recordar que nuestras decisiones de consumo pueden tener un impacto, grande o pequeño, en el mundo que nos rodea.

Así que la próxima vez que agarren un lápiz, piensen en las historias que hay detrás de él. Quizás sea hora de que consideremos nuestro papel en la creación de un futuro más sostenible, lápiz a lápiz.