Durante una jornada en Santiago de Compostela, la situación económica de Galicia ha tomado un matiz inesperado. El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, reveló que el coste del nuevo pacto fiscal, que busca equiparar la financiación autonómica a las necesidades de la región, ha aumentado de 444 millones de euros a 628 millones. Una cifra que nos deja pensando: ¿se habrá abordado este tema con la seriedad que merece o estamos ante otro ejemplo de improvisación política?

Un pacto fiscal que se ajusta a la realidad

Este inesperado aumento en las cifras se debe a una simple cuestión de actualización de datos. Al parecer, el primer cálculo se había hecho con cifras de 2021, mientras que el nuevo análisis refleja la situación real de este año. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿hay algo que no se pueda resolver con una simple actualización de información?

Imagina que estás preparando tu presupuesto familiar y te basas en números de hace dos años. Probablemente, te llevarías más de una sorpresa, ¿verdad? A veces, creo que los responsables políticos deberían considerar una «aplicación de cálculos» que se actualice automáticamente con la inflación, las nuevas tasas y las variables económico-sociales en juego.

El mensaje de responsabilidad fiscal

En el mismo evento, Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), pidió a todas las administraciones públicas que asuman su responsabilidad fiscal. Hablar de responsabilidad es lo que todos queremos escuchar en teoría, pero en la práctica… bueno, ya sabemos cómo suele ir esto. La advertencia de Cristina sobre la credibilidad de nuestra economía ante el nuevo marco de gobernanza económica de la Unión Europea nos lanza un SOS que, esperemos, no convierta a nuestros políticos en náufragos de un barco hundido.

La dinámica del Gobierno de Pedro Sánchez

Rueda no escatimó en críticas hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, quien ha aplazado la tramitación de la senda de déficit. “Esto es una muestra más de la inestabilidad en la que se mueve el Ejecutivo”, dice Rueda. Aquí es donde empieza la danza política que puede dejarnos mareados: ¿realmente podemos seguir confiando en un Gobierno que parece perdido en su propia coreografía?

Pareciera que Sánchez, quien alguna vez dijo que un Gobierno sin presupuestos es como un coche sin gasolina, ahora está circulando con el motor apagado. Me imagino que detrás de cada puerta cerrada en el Congreso hay más de una discusión candente sobre las prioridades y lo «fundamental» que es todo cuando se tiene el poder.

La marea del independentismo catalán

¿Qué pasa con los socios de Sánchez? La presión y las condiciones de los partidos independentistas catalanes parecen estar dejando huella. Rueda afirma que estos socios «cada día ponen mayores condiciones» porque saben que el presidente del Gobierno está «a su merced». Esto me hace recordar a esas situaciones familiares donde el niño logra que su madre le compre el postre si muestra una actitud lo suficientemente convincente. ¿Hasta dónde llegarán para conseguir lo que quieren?

Sin embargo, en medio de este panorama turbulento, el Gobierno gallego se muestra optimista. Rueda se siente seguro en que la Xunta tendrá sus presupuestos del 2025 listos para el 1 de enero, como es la tradición. ¡Ah, la estabilidad! Esa palabra que todos añoramos en la política, como una taza de café caliente en una mañana fría.

Reflexionando sobre la situación

A medida que reflexionamos sobre la situación actual, no podemos más que preguntarnos, ¿qué pasará si no hay un acuerdo entre el Gobierno y sus socios? El tema fiscal es crucial, y tanto en Galicia como en el resto de España, la estabilidad económica es vital para el bienestar de todos. Pero pareciera que muchos se han olvidado de lo que es “priorizar” y “resolver”.

Y aquí entra en juego una de mis anécdotas personales: recuerdo una discusión en la universidad donde un profesor afirmó que en cada crisis se revelaba la verdadera naturaleza de las personas. En este contexto, parece que los políticos están mostrando que a veces la prioridad no es el pueblo, sino la preservación del poder. Ojalá esta vez la situación sea distinta.

Conclusiones y un mensaje para todos

En resumen, Galicia se encuentra en medio de un enredo fiscal donde los números fluctúan más que un yoyo. El nuevo cálculo del coste del pacto fiscal pone de manifiesto la necesidad urgente de una gestión más transparente y actualizada, y la insistencia de las autoridades para que todas las administraciones asuman su responsabilidad.

La falta de acuerdo en el Congreso y la presión de los socios independentistas añaden un nivel más de complejidad a la situación. Sin embargo, la Xunta se aferra a su estabilidad, lo que podría brindar algo de esperanza a los gallegos.

Al final del día, todos queremos lo mismo: estabilidad, responsabilidad y un futuro prometedor para nuestra comunidad. ¿No crees que es hora de que los políticos también se acuerden de ello? Puede que sea un sueño, pero aún así, vale la pena soñar.

La situación en Galicia nos invita a estar más informados y comprometidos. Como ciudadanos, es nuestro deber exigir claridad y responsabilidad a quienes eligen liderar. ¿Por qué no comenzamos a hacerlo desde hoy?