Imagina que estás en un lunes cualquiera, el despertador suena a las 7:00 a.m. y, mientras te estiras en la cama, empieza a sonar un murmullo en tu cabeza: el reloj de la jornada laboral ya ha comenzado a contar, aunque todavía estés en pijama. ¿Cuántas veces has sentido que tu día laboral comienza antes de pisar la oficina? Si te identificas con esto, no estás solo. Recientemente, el Tribunal Supremo ha resuelto una cuestión crucial respecto a cuándo empieza la jornada laboral, especialmente para aquellos que trabajan en sectores como ventas, reparaciones o servicios a domicilio.
Un fallo que marca la pauta
En diciembre de 2024, el Tribunal Supremo tomó una decisión que, sin duda, dejó a muchos con una mueca de sorpresa (y quizás un leve guiño de indignación). En una reciente sentencia, se rechaza que el tiempo que un trabajador emplea en desplazarse de su hogar al primer cliente, o de regreso a casa al final de la jornada, se considere como tiempo efectivo de trabajo. Esto significa que, a pesar de que tú podrías sentir que ya estás «trabajando» mientras estás atascado en un atasco, el Supremo dice que no es así.
La historia detrás del caso
Todo comenzó con un procedimiento de casación presentado por los sindicatos UGT y CCOO contra una empresa dedicada a servicios y reparación de elevadores. Los representantes de los trabajadores argumentaron que el tiempo de desplazamiento entre sus domicilios y los clientes debían ser contabilizados como parte de la jornada laboral, al igual que el pago de los atrasos salariales por ese tiempo.
Parece un razonamiento lógico, ¿verdad? Después de todo, estar en la carretera hacia un cliente no es precisamente estar tumbado en el sofá. Sin embargo, la empresa dijo que su jornada comenzaba una vez que llegaban al lugar del cliente, no antes. Y, a pesar de que la Audiencia Nacional había fallado en primera instancia a favor de los sindicatos, el Tribunal Supremo decidió decir «esperen un momento» y rectificó.
¿Cuándo empieza verdaderamente la jornada laboral?
La sentencia, emitida en noviembre, hace referencia al artículo 34.5 del Estatuto de los Trabajadores, que estipula que «el tiempo de trabajo se computará de modo que tanto al comienzo como al final de la jornada diaria el trabajador se encuentre en su puesto de trabajo». ¿Y cuál es ese «puesto de trabajo»? Según el Supremo, no es tu hogar ni el hogar de tu cliente, sino las instalaciones u oficinas asignadas por la empresa.
Así que, básicamente, si eres un comercial que pasa más tiempo viajando que vendiendo, lo lamento, pero el Supremo no te da un respiro. La jornada empieza allí donde la empresa ha establecido su «puesto de trabajo», y aunque quieras protestar, el tribunal tiene la última palabra.
¿Por qué es relevante esta decisión?
Para muchos eléctricos, fontaneros, o vendedores que pasan su tiempo en la carretera, esta sentencia es complicada. Por un lado, puede parecer injusto que se niegue el tiempo de desplazamiento como parte del trabajo. Pero, por otro lado, hay razones detrás de esta decisión. Según los antecedentes, se busca evitar que cualquier momento previo a llegar al cliente se considere tiempo de trabajo, lo que podría abrir una caja de Pandora llena de reclamaciones y confusiones.
Lamentablemente, en este juego, siempre hay un lado ganador y otro que se lleva el dolor de cabeza. Pero, no quiero ser pesimista, así que sigamos explorando.
La doctrina del Tribunal Supremo: una mirada al pasado
Si creían que esta fue la última palabra, se equivocan. El Tribunal Supremo ha mencionado que ya había establecido una doctrina similar en 2022 en una sentencia contra Renfe. Aquí la idea central era que el tiempo de trabajo efectivo debe ser claro y medible. Así, los desplazamientos no se cuentan, ¡pero no desesperen! Bajo ciertas circunstancias, el tiempo de desplazamiento puede ser considerado tiempo de trabajo.
¿Recuerdan la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2015? Esa fue una locura. En un caso donde la empresa había cerrado sus oficinas, el tribunal dictaminó que, como no había un lugar fijo de trabajo, los desplazamientos sí deberían contabilizarse. Así que, según la UE, nuestros colegas de Tyco estaban en su derecho de recibir compensación.
¡Ah, la ambigüedad del derecho laboral! Un día cuentas el tiempo de desplazamiento y al otro no. Es como un juego de cartas que nunca se juega de la misma manera.
Confusión y excepciones: un juego peligroso
Los trabajadores en campos donde el desplazamiento es necesario se preguntan: ¿y ahora qué? Las excepciones en estos fallos parecen estar a la orden del día, y es difícil saber cuándo se puede exigir responsabilidad por los momentos de trayecto. Este es el tipo de dilema que hace que uno se sienta como un rompecabezas en el que faltan piezas.
La sentencia del Supremo plantea que, en general, el inicio efectivo del trabajo debe ser claro, y que no se debe incluir cualquier actividad que no se realice en el «puesto de trabajo» asignado por la empresa. Esto, aunque te suene un poco frío, busca que no se considere trabajo cualquier trayecto o acción previa que se realice.
Ahora, puede que estés pensando: “Bien, ¿y qué hay de esos interminables viajes en coche para el trabajo? ¿No es suficiente razón para contar esos segundos que se escapan como arena entre los dedos?” Y tienes razón en ese pensamiento. No menospreciemos el esfuerzo que se pone en el camino.
El lado humano de la jornada laboral
Es fácil quedarse atrapado en la legalidad y perder de vista el factor humano de toda esta situación. Cuando hablamos de la jornada laboral, no necesariamente estamos hablando de un horario rígido, sino de la realidad del día a día de muchos trabajadores. La lucha por el reconocimiento del tiempo de desplazamiento no es sólo una cuestión de derechos, sino de dignidad laboral.
Seguramente, a todos nos ha pasado alguna vez que, regresando a casa tras una larga jornada, tienes que lidiar con un tráfico infernal. Al final del día, ¿quién puede realmente dibujar una línea clara entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal? Muchos trabajadores consideran que, al salir de casa, su jornada empieza a contar, aunque no estén físicamente en su puesto.
¿Puede una jornada realmente estar delimitada?
Hablemos con honestidad, ¿qué es el «tiempo de trabajo» en estos días? Con la llegada del teletrabajo y la flexibilidad laboral, cada vez es más confuso entender esta normativa. Antes todo era claro: pones un pie en la oficina y ya está. Pero ahora, con la tecnología que nos permite trabajar desde cualquier parte, es un desafío entender cuándo realmente estamos «trabajando».
Y, seamos honestos, ¿quién no ha respondido un correo mientras está en la fila del supermercado o ha tenido que resolver un problema del trabajo justo antes de irse a dormir? Los límites son difusos y la vida laboral se ha vuelto más compleja que nunca.
Conclusión: hacia un equilibrio más justo
Así que, ¿qué podemos concluir de este fallo del Tribunal Supremo? La decisión puede parecer justa en papel, pero no refleja la realidad de muchos trabajadores que deben desplazarse constantemente. Aunque la legislación busca establecer un orden, también debe considerar la realidad del día a día.
Sin duda, este es un campo donde aún quedan muchas batallas por librar. Hay quienes argumentan que los trabajadores deberían ser compensados por cada minuto que pasan intentando llegar a un lugar de trabajo. Otros sostienen que definir el tiempo de trabajo solo se debe ajustar a lo que establece la ley.
En última instancia, lo importante es el diálogo. La búsqueda de un equilibrio entre el reconocimiento justo del trabajo y la logística empresarial es fundamental para avanzar. Hasta que no se encuentre una solución que incluya todas las voces en este debate, seguirá habiendo confusión, descontento y, por qué no, un poquito de humor sutil al ver cómo la legislación se enfrenta a la realidad cotidiana.
Así que, la próxima vez que estés en tu coche sintiendo que ya deberías estar fuera del reloj, recuerda que no estás solo y que, aunque el Supremo haya hablado, la conversación sigue ahí afuera, esperando a ser escuchada.