La política puede parecer a veces un juego de ajedrez, donde cada movimiento tiene consecuencias no solo a nivel internacional, sino también en nuestra taza de café matutina. ¿Te imaginas que, por un desacuerdo político, el precio de esa necesaria dosis de cafeína subiera como la espuma? Parece un argumento sacado de una novela de ficción, pero es precisamente lo que está pasando cuando Donald Trump, sí, ese mismo, hace sonar su tambor de guerra arancelaria hacia Colombia, un país que vive y respira café. En este artículo, te vamos a contar por qué deberías prestar atención a la riña entre Trump y el presidente colombiano Gustavo Petro y cómo puede afectar tu taza de café diaria.

Un choque inesperado: trump y petro a la guerra de aranceles

Todo comenzó durante un fin de semana normal, o al menos tan normal como puede ser un fin de semana en el mundo de la política. Trump, que ha demostrado tener un gusto particular por la palabra “tarifa”, lanzó su más reciente amenaza hacia Colombia. ¿Y por qué todo este lío? Bueno, Gustavo Petro, el presidente colombiano, decidió rechazar la llegada de dos aviones desde Estados Unidos repletos de colombianos deportados. En lugar de simplemente pasar la página, Petro dijo: «No hasta que tengamos un acuerdo que garantice el trato digno y respetuoso que merecen los inmigrantes».

Y, como era de esperar, esta situación le hizo chirriar los dientes al ex-presidente y actual aspirante a la Casa Blanca. Trump, alzando su puño, anunció que podría imponer un arancel del 25% a las mercancías colombianas, e incluso hasta un 50%. Sí, leyeron bien, es un escenario de película que podría espantar a cualquiera, especialmente a los amantes del café.

La tectónica de precios ya está en movimiento

Pero, ¿cuál es el impacto real de esta tensión en nuestras vidas cotidianas? Los amantes del café en Estados Unidos, aseguran los expertos, podrían ver que el precio del café empieza a elevarse como si estuviera subiendo por un volcán en erupción.

Colombia es, después de todo, uno de los tres mayores productores de café del mundo. ¡Sí, en el mismo club que Brasil y Vietnam! En 2022, estas exportaciones le valieron a Colombia alrededor de 1.800 millones de dólares, lo que representa un 25% de nuestros lujosos cafés en las tazas de Estados Unidos.

Ahora bien, cuando los aranceles se imponen, no solo los exportadores colombianos ven sus márgenes de ganancia mermados, sino que inevitablemente el impacto se refleja en el consumidor final. ¿Te ha pasado alguna vez que, cuando te diriges al supermercado, te encuentras con que el precio de tu café ha subido? Esa es la reacción en cadena. Pero espera, no es solo un escenario de pesadilla. También hay una historia de resistencia y adaptación que vale la pena explorar.

¿Café colombiano en peligro?

Como dice el viejo refrán: “Los que no se arriesgan, no ganan”. Pero, ¿se arriesgará el café colombiano al verse en el punto de mira de la política migratoria estadounidense? Los productores ya están sintiendo la presión, y no es cualquier tipo de presión, es esa que te hace sudar mientras esperas los resultados de un examen crucial.

Para entender la gravedad de esta situación, hay que dar un vistazo a la tormenta perfecta que enfrenta la industria cafetera hoy en día. Desde fenómenos climáticos como El Niño hasta crisis logísticas globales, el sector cafetero de Colombia ya estaba lidiando con problemas significativos. Imagínate ser un agricultor que espera ver buenos resultados de su cosecha, solo para enterarte de que la naturaleza no está de tu lado. Es algo así como planear una barbacoa y que llueva torrencialmente. Desalentador, ¿verdad?

La libra de café arábica, que es la reina del café, ha alcanzado precios que no se veían desde el inicio de la última década. Con las tensiones de Trump, los precios probablemente seguirán disparándose. Si tienes una bodega en casa, tal vez sea el momento de stockearte… ¡a menos que quieras pagar un ojo de la cara por un espresso!

Una taza de café con un giro político

Es curioso, pero con este ambiente político tenso, la conversación sobre el café se torna casi como un partido de tenis; un golpe aquí, un golpe allá. Así, cuando Trump lanzó su amenaza arancelaria, Petro no se quedó de brazos cruzados y, en un gesto de rivalidad, decidió aumentar los aranceles que Colombia aplica a los productos estadounidenses. En este juego de ajedrez, nadie quiere ser un peón.

Pero, ¿realmente crees que podríamos llegar a un punto en el que nuestra amada bebida nacional corre peligro solo por un desacuerdo entre líderes? La respuesta, aunque complicada, es que sí. Cuando los puntos de vista de Trump chocan con los de Petro, hay que recordar que también se están jugando los intereses de miles de productores colombianos, quienes dependen de la exportación del café para subsistir.

Efecto mariposa: el café y su impacto en el mercado estadounidense

Tal vez te estés preguntando, “¿y a mí qué me importa todo esto?” Pues bien, el café juega un papel crucial en la economía de miles de pequeños y medianos negocios en los Estados Unidos. Desde la cafetería de la esquina hasta la cadena gigante de cafés, todos dependen de la estabilidad en precios y abastecimiento del café colombiano.

Por si no lo sabías, en 2022 Colombia exportó 15.600 millones de dólares a Estados Unidos, y el café representó casi 1.800 millones de ese total. Esto significa que cualquier alteración en la importación de café podría desencadenar un efecto dominó, encareciendo el producto a lo largo de toda la cadena de suministro.

Si algún día escuchas a tu barista hablando de “cambio de precios” o “escasez de café”, ya sabrás a quién culpar: a la combinación explosiva de Donald Trump y Gustavo Petro. El trato es que las tarifas arancelarias pueden transformar esa latte que normalmente disfrutas en un lujo inalcanzable.

¿Qué pasará a continuación?

Ahora que sabemos que esta disputa tiene altas posibilidades de afectar nuestras queridas tazas de café, surge la siguiente pregunta: ¿es posible que haya un desenlace favorable para ambos lados? No se equivoquen, en el mundo del café y la política, todo es posible.

Por un lado, si ambos líderes logran enfriar sus ánimos y sentarse a la mesa, podrían encontrar una solución que les beneficie a ambos sin que el café se convierta en un artículo de lujo. Imagínate que en lugar de aranceles, se lleguen a acuerdos que fomenten la cooperación y el comercio justo. ¿Acaso no sería una historia de éxito digna de ser contada en una taza de café?

Por otro lado, si la tensión sigue escalando, podríamos enfrentar un futuro incierto, donde el café colombiano tenga un precio desorbitado y los consumidores estadounidenses busquen alternativas más económicas. ¿Quién sabe? Tal vez algún hipster en una cafetería de Brooklyn se convierta al té en lugar del café, y eso sería el verdadero apocalipsis.

Reflexiones finales: el café como símbolo de resiliencia

Así que la próxima vez que levantes tu taza de café, piensa en todo lo que se mueve detrás de esa bebida. Tal vez estés saboreando no solo el sabor, sino también la complejidad de la política internacional y el espíritu indomable de los productores colombianos.

El mundo del café es un microcosmos de la vida anterior; lleno de matices, intersecciones y a veces, giros inesperados. ¿Te has preguntado cómo ha llegado esa bebida humeante a tus manos? Lo que en principio parece un simple café, es en realidad un símbolo de resiliencia, desafío y, por supuesto, una buena dosis de política.

Ahora, en lugar de solo tomar tu café, ¡brinda por los importadores, por los productores y por los baristas que diariamente hacen nuestra vida un poco más placentera! Con suerte, su trabajo y dedicación nos asegurarán que siempre haya una buena taza de café en nuestras manos, incluso en medio de tensiones políticas. Y tú, ¿tienes alguna historia relacionada con el café que te gustaría compartir? ¡Deja tu comentario y hablemos sobre ello!