Desde que Arabia Saudita anunció su ambicioso proyecto de megaciudad Neom como parte de su Saudi Vision 2030, las especulaciones y las expectativas han sido tan grandes como el propio proyecto. Con un presupuesto de unos 500 mil millones de dólares, Neom prometía ser una revolución arquitectónica y un símbolo del futuro. Pero, como muchas historias de promesas grandiosas, ha tenido su parte de tropiezos. ¿Qué ha sucedido realmente detrás de este telón de luces y espejos? Vamos a explorar este asunto intrigante.
La gran promesa de Arabia Saudita
En un mundo donde la tecnología y la urbanización están en constante evolución, Neom se presenta como una respuesta cautivadora a los desafíos del desarrollo urbano. Lo más destacado de este proyecto es The Line, una ciudad lineal que se extiende por 170 kilómetros, diseñada para albergar a 1,5 millones de residentes sin coches, en un entorno que favorece la sostenibilidad.
Suena impresionante, ¿verdad? Pero, ¿quién no se ha sentido un poco escéptico ante semejantes declaraciones? Desde un principio, el concepto de una ciudad diseñada específicamente para ser ecológica y futurista parecía una utopía, especialmente en un desierto donde las temperaturas a veces superan los 50 grados Celsius. ¿Realmente se puede diseñar un entorno ideal mientras se ignora la naturaleza que rodea el proyecto?
Spoiler alert: la respuesta parece ser no.
Un giro inesperado en el cuento de hadas
Esos silencios que habían rodeado la megaciudad desde hacía algún tiempo, llenos de rumores sobre conflictos internos entre ejecutivos e inversores, finalmente fueron quebrados. ¡Y cómo! La solución del gobierno saudí fue recurrir a influencer en redes sociales. Sí, leíste bien. Un grupo de vloggers que documentan su vida en esta ciudad en construcción se ha convertido en el nuevo rostro de la publicidad Neom.
¿Influencia o confusión?
Jessica Herman, una de las vloggers que ha comenzado a compartir sus experiencias en Neom, tiene más de 17,000 seguidores en TikTok. En sus videos, muestra la rutina diaria en un ambiente que parece más un complejo industrial que lo que uno podría imaginar al pensar en «futurismo».
En un momento, me hizo recordar a mi propia experiencia cuando decidí mudarme a una nueva ciudad. Aunque la publicidad era muy atractiva, la realidad me pegó como un ladrillo: calles vacías, falta de servicios y un ambiente desolador. Lo de Neom tiene algo que me resulta familiar, pero a una escala monumental.
Y mientras Herman documenta su vida junto a otros vloggers, los comentarios y críticas no han tardado en llegar. En plataformas como X (anteriormente Twitter), las reacciones han sido directas, con usuarios comentando que Neom parece más un complejo de expatriados que un destino de ensueño. Me pregunto, ¿realmente pueden atraer a más personas, o se están hundiendo más aún en la desilusión?
El lado oscuro del desarrollo
Como muchos proyectos ambiciosos, Neom ha sido rodeado de críticas. Matt Bevan, un periodista de ABC News, no se contuvo al describir Neom como «un polígono industrial en la superficie del sol». Palabras duras, pero quizás no tan inapropiadas.
El panorama se complicó aún más cuando informes surgieron sobre el costo humano del desarrollo. Se rumorea que las autoridades saudíes han recibido autorización para despejar espacios destruyendo aldeas locales e incluso, en trágicas circunstancias, se reportaron actos de violencia legítimamente inapropiados.
No puedo evitar sentir un escalofrío al pensar en esos trabajadores que han perdido la vida y las familias que han sido despojadas de sus hogares en nombre de #progreso. Esas historias son un recordatorio de que, a veces, la ambición desmedida encuentra su precio no sólo en términos económicos, sino también en términos humanos.
¿Realmente es todo lo que se dice?
A medida que se despliega la narrativa de influencers, también surgen las preguntas: ¿qué pasa si estos vloggers están siendo compensados por sus publicaciones? Es una lógica que muchos hemos enfrentado: mostrar siempre la mejor versión de nuestra vida (¡salud por los filtros de Instagram!). Sin embargo, en un proyecto de tal envergadura, esto podría ser más un acto de distracción que una verdadera representación.
Por otro lado, no todo está perdido. Los retos pueden ser enormes, pero aún se percibe el potencial de Neom. La idea de urbanismo sostenible continúa siendo un sueño y un objetivo que muchas ciudades deberían perseguir. Así que, aunque el proceso esté lleno de desvíos, ¿podría ser una oportunidad para aprender de los errores actuales?
La necesidad de recalibrar expectativas
Desde las últimas noticias, parece ser que el gobierno saudita ha comenzado a «recalibrar» el proyecto. Las autoridades están reevaluando la viabilidad de Neom y su situación financiera. En este punto, el mensaje es claro: a veces es necesario dar un paso atrás para poder avanzar de nuevo.
Este proceso de recalibrar también me recuerda situaciones de la vida en las que, a veces, debemos dejar de lado una idea preconcebida para poder aceptar la realidad. Y, sin duda, este es uno de esos momentos para Arabia Saudita. ¿Podrían transformar Neom en una versión más viable y sostenible con el tiempo?
El futuro de Neom: optimismo o pesimismo
A medida que seguimos viendo desarrollos e información sobre Neom y The Line, el escepticismo se asienta. Por un lado, existe la posibilidad de que esta ambiciosa ciudad sea un brillante ejemplo de cómo podríamos vivir en el futuro. Por otro lado, el caos y las irregularidades en la construcción de esta megaciudad nos recuerdan la fragilidad de estos sueños.
Es fácil dejarse llevar por las descripciones glamorosas y los anuncios. Pero, ¿cuántas historias similares han terminado en fracaso? La historia nos enseña que los valles a menudo están llenos de trampas. Y quizás la vida, con sus giros y sorpresas, se asemeje a la construcción de una ciudad: llena de obstáculos, frustraciones, pero también oportunidades para crecer.
Una comunidad por delante
La idea detrás de Neom no solo radica en infraestructura e innovación tecnológica. Se sugiere un enfoque en las personas que habitarán y formarán parte de esta comunidad. Y aquí es donde entra el verdadero desafío: construir una comunidad que no solo existe en el papel, sino que realmente funcione y tenga un lugar para todos sus integrantes.
Aliado a eso, la existencia de personas que se sienten aisladas, como los vloggers y las familias que comparten su día a día en Neom, sugiere que el camino hacia adelante debe incluir un diálogo verdadero. Después de todo, la comunidad es lo que puede dar alma a un lugar. ¿No es esto lo que todos buscamos en algún rincón del mundo, un lugar donde pertenecer?
Conclusión: lecciones aprendidas
El proyecto de Neom y The Line encapsula las esperanzas y los desafíos que vienen con cualquier sueño ambicioso. La mezcla de victorias y fracasos nos recuerda que, aunque la idea de una ciudad futurista es seductora, los caminos para alcanzar dicho destino pueden ser inestables.
Es esencial aprender de las historias y experiencias compartidas y recordarnos que a menudo la verdad detrás de la superficie puede ser mucho más sorprendente que lo que se da a conocer en un comienzo. Así que, mientras seguimos observando el desarrollo de Neom, la pregunta queda en el aire: ¿será realmente el futuro que se prometió o solo una ilusión en un desierto?
A veces, los sueños más grandes pueden ser aquellos que logramos moldear y rediseñar, incluso si comienzan como una ambición enorme en una tierra desértica. Así que, mantengamos la esperanza, pero no perdamos de vista la realidad, porque a veces el camino hacia adelante puede ser más interesante que el destino en sí.