La noticia del día iluminó el panorama noticioso con un anuncio respaldado por cifras contundentes. El comisionado del Gobierno para la recuperación tras la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de octubre, José María Ángel, reveló que el Ejecutivo central ha inyectado la impresionante suma de 1.746 millones de euros a los ayuntamientos afectados. Aunque puede que lo que estuvo en juego no fueran precisamente euros de chocolate, la inyección de recursos promete dar un respiro a muchas comunidades devastadas por la calamidad.
Un poco de contexto: ¿qué fue la dana y cómo nos afecta?
Quien no ha experimentado una DANA, puede que no entienda la magnitud del impacto que tiene. Para aquellos que vivieron el 29 de octubre de 2023 en la Comunitat Valenciana, fue como un mal sueño del que no pudiste despertar. La lluvia torrencial dejó a muchas ciudades bajo el agua y convirtió calles en ríos y plazas en lagos. Para complicar las cosas, la gestión de los recursos y la infraestructura se hicieron más que necesarias. Aquí es donde entran los 1.746 millones, como un salvavidas lanzado por el Gobierno.
Pero, ¿dónde se encuentran esos millones y cómo se decidirá su uso? José María Ángel lo explica claro y sencillo: desde la semana pasada, los fondos ya están disponibles en las tesorerías municipales. Con la cifra tan distinta entre municipios, como los 201 millones de Paiporta frente a medio millón de Benifaió, los alcaldes tienen un trabajo esencial por delante.
Imaginemos una conversación de café: «¿Y, qué tal va el presupuesto municipal?» «¡Oh! He recibido 201 millones para la reconstrucción, ¿tú cuánto tienes?» La mirada de envidia y sorpresa debe ser todo un espectáculo.
¿Qué se va a hacer con todo ese dinero? Un vistazo a los planes
Los criterios de selección: ¿quién, cómo y cuándo?
El comisionado mencionó que el reparto de fondos se rindió a un peritaje realizado por Tragsa (la empresa que suena más a un superhéroe de la construcción que a una entidad pública). Según su evaluación, los criterios usados fueron simples pero importantes: se priorizó la ayuda a los edificios de titularidad municipal afectados. Es decir, todo lo que no sea municipal tendrá que esperar.
¿Y qué tiene que ver esto con nosotros, la gente común? Si tienes una consulta en tu ayuntamiento sobre la reparación de un centro cultural o una plaza, es posible que ese dinero esté destinado a ti. Pero, claro, solo si se ejecuta el presupuesto correctamente. Hay sobrevivientes de esta DANA que podrían tener un nuevo espacio donde disfrutar con sus familias, o así deberían ser las cosas.
Reconstruir, rehabilitar y transformar: el mantra del comisionado
José María Ángel mencionó tres palabras clave para visualizar la respuesta a la DANA: reconstruir, rehabilitar y transformar. Me atrevería a añadir una cuarta palabra: contar. Contar historias de resiliencia, de unidad, de gente que se une para ayudar a su vecino. Pero hablemos más de lo que implica cada uno de estos términos.
- Reconstruir: Aquí nos referimos a restablecer infraestructuras dañadas. Aunque se ha sugerido cambiarla a «construir», imaginemos que seguimos con «reconstruir». ¿Por qué un nuevo edificio si el viejo tiene historia y memorias?
- Rehabilitar: El objetivo es poner en marcha más de 400 edificios públicos. Y más allá del ladrillo y el cemento, hay un enfoque en el plano social. Cada ladrillo que aprendemos a levantar es una historia. Cada edificio rehabilitado es un nuevo capítulo para sus ciudadanos que aún padecen las secuelas.
- Transformar: No solo se trata de reconstruir estructuras, sino de transformar la vida en estos municipios. Se habla de cómo la movilidad de las comunidades afecta no solo a los afectados directo, sino a todos aquellos que transitamos por estas zonas. ¡Conversaciones que podrían llevarse en un coche compartido!
Participación ciudadana y profesionalismo
Desde el micrófono, Ángel invitó a ingenieros, arquitectos y otras entidades expertas, como universidades y colegios profesionales, a participar activamente. Aquí la pregunta es: ¿estás preparado para hacer frente a los cambios que vendrán? Si no has sentido aún el llamado de la acción, considera que cada experticia puede aportar en este proceso de reconstrucción. Reconocer el talento ciudadano es esencial.
¿Burocracia o una respuesta eficaz?
Es cierto que en cada gran esfuerzo se debe lidiar con la burocracia. El comisionado declaró que no quería hablar de «exceso de burocracia», aunque admitió que es un aspecto que molesta. Recuerda cuando pides ayuda técnica y te sientes como si estuvieras atrapado en un programa de «Vuelva usted mañana». Todos hemos estado ahí.
La realidad es que este proceso busca garantizar que los recursos públicos lleguen a su destino y tengan un destino adecuado. Sin embargo, la paciencia, como sabemos, ya no es una virtud en la era digital. “¿Cuándo vamos a ver resultados?” es la pregunta que todos nos hacemos, especialmente aquellos que necesitan ver la luz al final del túnel.
El papel del gobierno local en esta reconstrucción
Los consistores municipales ahora enfrentan una amarga realidad. Tienen una decisión que tomar: ¿usar el presupuesto para ejecutar ellos mismos las obras o contratar a Tragsa? Este dilema suena más a una escena de una película de comedia que a una solución seria, pero tiene consecuencias reales.
Tal vez eres un alcalde de un pequeño municipio, una de esas pequeñas localidades donde todos se conocen. 201 millones en tu tesorería suena como el truco de magia que nunca pensaste que existiría. ¿Lo ejecutas tú? ¿Te arriesgas a la posibilidad de equivocarte? O por otro lado, ¿dejas que Tragsa mantenga la carga? Las decisiones son complicadas cuando hay que añadir presión pública al escenario.
Como dijo el comisionado: «Hay otro factor de respuesta que debemos implantar.» Pasar de la teoría a la práctica será un reto, pero el compromiso es crucial.
Recursos adicionales para la reconstrucción
La conversación no se quedó solo en la inyección directa. El gobierno también anunció otras partidas. 500 millones de euros del Ministerio para la Transición Ecológica y 300 millones del Ministerio de Agricultura se suman a los esfuerzos de reconstrucción. Aquí surge una pregunta sencilla: ¿sabrán los municipios restantes cómo aprovechar estos recursos?
Los expertos no solo deben tener en mente el momento de acción, sino también ser ingenieros creativos en la búsqueda de soluciones sostenibles. Cada euro debe convertirse en valor a largo plazo, y esto nos lleva a seguir pensando en “¿quiénes somos y quiénes queremos ser en el futuro?”
Reflexiones finales: construir un futuro
El mensaje central es que, a pesar de la devastación, hay una oportunidad única de construir algo mejor. Las tres palabras mágicas mencionadas por Ángel: reconstruir, rehabilitar y transformar, no son solo un mantra, son un llamado a la acción.
Cada uno de nosotros, como ciudadanos, tiene el poder y la responsabilidad de contribuir al futuro de nuestras comunidades. Es el momento de dejar de lado la queja y ponernos a trabajar. Después de todo, cuando escucho a mis vecinos hablando de cómo quieren ver las cosas cambiar, no puedo evitar sentir una chispa de esperanza.
Ahora que tienes la diversión del drama urbanístico y la seriedad de la reconstrucción, te pregunto: ¿estás listo para ser parte de este proceso de reconstrucción? Recuerda que ser parte de un cambio puede empezar por pequeños pasos. Y aquí el sentido del humor y la empatía pueden ser nuestros mejores aliados.
Así que, antes de que te lances a ver quienes están maldiciendo por la burocracia, recuerda esta historia: la reconstrucción se trata de unir fuerzas. ¿Estás preparado para hacerlo?
Con el compromiso del Gobierno y la participación ciudadana, el futuro puede ser brillante, incluso en medio de las tormentas. ¡Ánimo, que juntos podemos salir adelante!