En el vasto y complejo escenario económico del mundo, pocos temas generan tanta incertidumbre como el futuro de China y su capacidad para mantener el ritmo de crecimiento que ha caracterizado a su economía en las últimas décadas. Mientras las tensiones geopolíticas aumentan y los retos económicos persisten, hay que preguntarse: ¿será capaz el gigante asiático de restablecer su PIB al 5% en 2025 y evitar una deflación persistente?
Un gigante con pies de barro
Es difícil no recordar esos momentos gloriosos cuando China era conocida como la «Fábrica del Mundo». Productos de todo tipo, desde juguetes hasta tecnología avanzada, emergían de sus fábricas a un ritmo vertiginoso. Pero ahora, sobre la economía china se cierne una sombra: la crisis del sector inmobiliario, que comenzó con la quiebra del gigante inmobiliario Evergrande. ¿Cuántos de nosotros hemos pensado alguna vez en las casas que nunca estaban destinadas a ser compradas?
Cuando escuché por primera vez sobre la crisis de Evergrande, no pude evitar recordar mis propios intentos de entender el mercado inmobiliario. Comprar una casa en mi ciudad es un verdadero desafío. A veces me pregunto si realmente es necesario gastar tantos millones en ladrillos y cemento, cuando un par de nuestras locuras de juventud seguramente valdrían más. Pero la realidad en China es aún más compleja: una deuda monumental y el miedo a la deflación están empujando al país a una encrucijada.
La monumental bazuca fiscal de China
Imagínate que estás en un campo de batalla, con tus enemigos lanzando flechas (o aranceles) a tu alrededor. ¿Qué harías? En el caso de China, su respuesta ha sido preparar una bazuca fiscal de más de 586.000 millones de dólares (el valor de la economía irlandesa). Sin embargo, aquí está la pregunta del millón: ¿es suficiente?
Analistas como Mitul Kotecha de Barclays sugieren que China podría necesitar desarrollar aún más su arsenal fiscal para hacer frente a las amenazas inminentes. Así que, en lugar de liberar todo su poder de fuego de una vez, Pekín parece estar planeando de manera cautelosa. Esto nos lleva a recordar la política económica de Xi Jinping, que ha estado diseñada para ser más flexible ante las adversidades.
El miedo a la guerra comercial
Con la llegada de la nueva administración de Donald Trump, el trasfondo de la guerra comercial está nuevamente en el horizonte. A medida que se han filtrado rumores sobre un incremento arancelario del 60%, los mercados han comenzado a temblar. ¿Acaso hemos olvidado el caos que causó la guerra comercial anterior? Entre aranceles y retaliaciones, ambos países sufrieron pérdidas. Ahora, los analistas advierten que un nuevo ataque podría ser devastador.
Un informe de Goldman Sachs indica que incluso un incremento menor a lo que propone Trump podría costarle a China un 0,7% de su crecimiento. ¿Podremos sobrevivir sin importar el precio? La receta parece ser un cambio de rumbo a la fiscalidad expansiva, en un intento por amortiguar el efecto de cualquier conflicto económico.
¿Es la inflación el nuevo orden?
Durante años, la inflación ha sido un monstruo temido, pero a medida que las economías luchan con la deflación, muchos se preguntan si deberíamos cambiar la narrativa. ¿Es posible que la inflación se convierta en un amigo, en lugar de un enemigo? Mientras China intenta estimular la economía, el país ha anunciado un nuevo programa de ayudas que empieza a sonar como una buena noticia en términos de crecimiento del consumo.
Las subvenciones para la compra de dispositivos electrónicos parecen un guiño a la población. Tal vez los chinos realmente necesiten un nuevo teléfono inteligente. Yo mismo he estado en esa situación: ¿qué tan seguido deberíamos comprar nuevos teléfonos cuando el viejo aún funciona? Pero esta estrategia de ayudar a las familias a gastar es un enfoque que tiene sus riesgos, ya que los precios aún están lejos de repuntar.
Los peligros del sobreendeudamiento
Una de las grandes realidades que nos enfrentamos hoy es el altísimo nivel de endeudamiento en China. Es como si se estuviera llenando una piscina, pero la manguera tiene un agujero. A pesar de los esfuerzos fiscales, la agencia Fitch Ratings advierte que el sobreendeudamiento podría alcanzar niveles incontrolables. Los datos son alarmantes: si se suman todos los sacrificios que realiza el gobierno, la deuda pública podría llegar a ser del 13% del PIB.
Ante esta circunstancia, el debate se intensifica: ¿debería China arriesgarse a aumentar aún más su deuda para enfrentar las presiones externas? La respuesta no es sencilla. La perspectiva de una economía cada vez más frágil está presente en el aire, y no es algo que se pueda ignorar.
¿El futuro de China es un espejismo?
Cada vez que leemos sobre las tensiones internacionales, la pregunta nos ronda a todos: ¿será esta la vez que China caiga en una recesión profunda? Mientras seguimos asimilando información y escenarios, el horizonte parece más incierto que nunca. Aunque una guerra comercial podría afectar el crecimiento, hay quienes creen que también puede ser una oportunidad disfrazada.
Analistas como Frederic Neumann de HSBC mencionan que los estímulos son imperativos para salvar la economía china. Pero aquí surge otra pregunta: ¿podrá el gigante realmente salir adelante con las herramientas que tiene en su arsenal?
Reflexiones finales: ¿sorpresas en el camino?
A medida que nos adentramos en 2025, cada movimiento en la economía china será crucial. Con el ojo de la comunidad internacional puesto en Pekín, no tender la mano puede concluir en una pérdida significativa para el gigante asiático. Al final del día, todos queremos que la economía china se mantenga en pie, pero siempre con precaución.
Así que la próxima vez que veas un artículo sobre la economía china, recuerda que detrás de cada cifra hay un mundo de incertidumbre y emoción. La economía no se trata solo de números; se trata de las vidas y sueños de millones de personas que dependen de que este gigante no tropiece.
¿Y tú, qué opinas sobre el futuro de la economía china? Aquí estamos, mirando hacia el horizonte, esperando lo que vendrá. ¡Manos a la obra!