¿Quién se imaginaba que una simple conversación en LinkedIn podría desencadenar un duelo espacial? Así es: Raúl Torres, CEO de PLD Space, y Chris Larmour, fundador de la empresa británica Orbex, han llevado la rivalidad a un nuevo nivel a través de una apuesta que podría costarles a ambos 1,000 euros (o la satisfacción de ver a su rival perder). Este artículo no solo se meterá en el jugoso intercambio de palabras entre estos dos titanes del espacio, sino que también proporcionará una mirada más cercana a lo que está sucediendo en el mundo de la industria espacial europea. ¡Así que pon tu cinturón de seguridad y acompáñame en este viaje!
El contexto: una carrera espacial europea menos predecible de lo que parece
Recientemente, la escena espacial está llena de actividad: lanzamientos, desarrollos y, sí, apuestas. ¡La competencia nunca ha sido tan feroz! En el caso de PLD Space y Orbex, estamos hablando de dos empresas que, aunque no son amigos, están profundamente inmersas en la industria cohetería. La rivalidad de estos dos actores nos recuerda que, incluso en un sector tan técnico, la naturaleza humana permanece intacta.
Para quienes no estén familiarizados, PLD Space ha avanzado significativamente en su trayectoria. Su cohete suborbital, Miura 1, ya ha alcanzado el cielo e incluso comparte componentes con el futuro Miura 5, que promete lanzar cargas a la órbita baja terrestre. ¡Y no se detienen ahí! Planean desarrollar cohetes reutilizables, lo que sería un gran paso para la industria europea.
Por su parte, Orbex ha captado atención con su apuesta por un cohete de lanzamiento pequeño llamado Prime, que utiliza un innovador diseño que facilita su recuperación y reutilización. En este mundo en constante cambio, cada decisión es crucial, y la punta del iceberg es la campaña de marketing que ambos se encuentran realizando hombre a hombre, cohete a cohete, hasta que uno de ellos se lleve el galardón de la victoria.
La apuesta: 1,000 euros a la vista
Todo comenzó con unas palabras que podrían haber parecido inofensivas en un principio. Larmour, en un gráfico compartido en LinkedIn, trazó una comparación entre las diferentes empresas de cohetería europeas y dejó a PLD Space en un lugar que, digamos, podía interpretarse como poco prometedor. Así que, ¿quién podría resistir la tentación de meter el dedo en la llaga? Torres no lo dudó y respondió.
La pregunta es, ¿quién necesita un antagonista de películas de acción cuando tienes una rivalidad empresarial como esta? Hay algo inherentemente divertido en ver cómo los titanes del espacio cambian la sala de juntas por la sala de apuestas.
Las reacciones: del ingenio a la rivalidad
No es raro ver competencia, pero esto parece ir un poco más allá. La interacción no solo fue ingeniosa, sino que también destacó las tensiones que resuenan detrás de las escenas. Torres, indignado por la implicación de Larmour, no perdió tiempo en defender su empresa y su misión.
En su respuesta, Torres conectó con la audiencia al decir: «Puede que no seamos los mejores amigos, perono tengas una consideración diferente para PLD…” Aquí hay un llamado genuino de respeto en medio de la competencia, lo que sugiere que, aunque puede que no se caigan bien, existe un nivel de profesionalismo que ambos saben que deben mantener. Y eso, amigos, es algo refrescante de ver en el mundo de los negocios.
Larmour, por otro lado, parecía dispuesto a llevar la conversación a un lugar más ligero cuando lanzó la apuesta de 1,000 euros. ¿Quién dijo que la rivalidad en el espacio no podía tener un poco de humor? La pregunta es, ¿habría sido una estrategia para desviar la atención de su propio desarrollo? Una manera de levantar el telón y dejar que la comunidad espacial se divierta un poco mientras sus cohetes están en el trabajo.
El trasfondo financiero: ¿quién puede permitirse 1,000 euros?
Una mirada más cercana a las finanzas detrás de estas empresas también pone sus propias cartas sobre la mesa. Entre contratos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el crecimiento de sus respectivas innovaciones, estos $1,000 no son solo un cambio para los hombres de negocios en juego, son representaciones de su reputación e impulso en la industria.
PLD Space, por ejemplo, ha encontrado respaldo en un contrato Boost! de 1.3 millones de euros que les ayudará a desarrollar un sistema capaz de alojar satélites. Mientras tanto, Orbex disfruta de incentivos entre 5 y 15 millones de euros para varias iniciativas. Aquí entra la teoría de la elasticidad de la broma, donde la broma se convierte en seriedad en un instante: 1,000 euros son una pequeña contribución a una gran inversión en sus futuros en el espacio.
Mirada hacia el futuro: los planes de PLD Space
Sin embargo, a pesar de la rivalidad y las apuestas, el verdadero enfoque radica en qué está haciendo cada empresa para conseguir su objetivo. PLD Space no se queda atrás y susambiciosos planes a corto plazo incluyen la prueba de motores Teprel-C, que utilizan biocombustible y oxígeno líquido. Imagínate eso: un cohete que utiliza combustible ecológico (nada más y nada menos que el Miura 5) y su innovador banco de ensayos en un aeropuerto.
Con un diseño tres veces más alto que el Miura 1, el Miura 5 es el orgullo de la empresa. ¿No te gustaría ser parte de esa conversación? “Oye, ¿tú qué haces el fin de semana? Ah, solo estoy lanzando cohetes al espacio”.
PLD también tiene grandes planes de construir una base de lanzamiento en la Guayana Francesa con la colaboración de la agencia espacial francesa CNES, mientras que sus sistemas internos, como las turbobombas, están siendo desarrollados en colaboración con la española Deimos. La sinergia entre las empresas es fundamental en un entorno tan competitivo.
¿Quién ganará la apuesta?
La pregunta que todos estamos haciendo ahora es, ¿quién ganará la apuesta de 1,000 euros? Como en toda buena película de acción, hay giros y sorpresas por venir. Torres y PLD Space están apuntando a un lanzamiento para finales de 2025, con un grato optimismo que, admitámoslo, es contagioso.
Larmour, con su enfoque centrado en los tiempos de desarrollo, está listo para ver si las afirmaciones de Torres sobre el Miura 5 se materializan. En este punto, la tensión es palpable. La comunidad espacial tendrá un ojo atento a estos desarrollos, y no hay duda de que la presión aumentará a medida que las fechas de lanzamiento se acerquen.
Reflexiones finales: una comunidad unida por las estrellas
Más allá de la rivalidad y la conmoción de una apuesta, lo que realmente resuena es la vibrante comunidad detrás de estas empresas y cómo la competencia sana puede impulsar la innovación. Estas interacciones, aunque inusuales, ilustran el hecho de que todos en esta industria están en la misma nave espacial, en su mayoría buscando lo mismo: llevar tecnología más allá de nuestra atmósfera y contribuir a la exploración del universo.
Así que la próxima vez que veas una de estas competiciones, recuerda que detrás de cada cohete hay una historia, un sueño y un grupo de personas apasionadas dispuestas a llevar la humanidad al siguiente nivel. Y quién sabe, tal vez la próxima vez que leas sobre otra apuesta en LinkedIn, estaré haciendo una contribución a un fondo espacial con mis propios 1,000 euros.
¡Que la competencia comience!