Las cosas en Andalucía suelen ser tan cambiantes como el clima en primavera: a veces soleado, a veces lluvioso. Recientemente, el Gobierno de Juan Manuel Moreno ha decidido dar un giro a la política fiscal que nos tiene acostumbrados. Por un lado, se mantienen las rebajas en impuestos autonómicos, pero, por el otro, se recuperan impuestos que ya habían sido suprimidos. ¿Qué quiere decir esto para los andaluces? Vamos a desglosar este tema, un tanto enrevesado, para que no te quede ninguna duda.
¿Rebajas o Subidas? La confusión que nos acompaña
Imagina que estás en un restaurante, pidiendo una deliciosa paella. El camarero llega cargado con un montón de platos tremendos y te dice: «Una paella gratis, y ¿por qué no un café de cortesía?» Justo cuando estás a punto de celebrar tu suerte, el camarero añade: «Pero lo que sí tendrás que pagar es el doble por el agua». Así se siente la situación fiscal que atraviesa Andalucía: rebajas encantadoras, seguidas de sorpresas nada agradables.
En el anteproyecto de ley presentado por la Consejería de Hacienda, se menciona la mantenimiento de los recortes fiscales en el IRPF y otros impuestos, que benefician a los ciudadanos. Sin embargo, no se cuenta con la recuperación del canon del agua, que llega con una propuesta de un aumento del 30%, y eso ha confundido a muchos.
El canon del agua y su historia problemática
Dediquémonos un momento a entender el canon del agua. Al parecer, en 2022, el Sr. Moreno decidió que este impuesto no sería más que un recuerdo del pasado y lo eliminó. En ese entonces, calculó que esto significaría un ahorro de unos 140 millones de euros para las familias andaluzas. ¿Quién no se siente un poco orgulloso al saber que sus decisiones pueden llevar a ahorros en la factura de la luz?
Sin embargo, parece que el destino tenía otros planes. En 2023, el canon fue reimplantado e incluso se prevé recaudar unos 156,1 millones por este concepto. Y donde hay dinero, hay interés: el PP ha decidido que es hora de aumentar esta recaudación un 30% para poder acercarse a los 180 millones. ¿Te suena a juego de Monopoly?
La reacción del PP: sacrificio por el bien común
Cuando se les preguntó sobre este ajuste fiscal, ton Martìn, portavoz del PP andaluz, admitió que esto representa un «pequeño sacrificio» para los andaluces. Me atrevería a decir que lo de «pequeño» es un eufemismo más grande que la costa malagueña. Pero lo que es más grave, según él, este dinero será destinado a mejorar las infraestructuras de agua, especialmente tras los recientes desastres naturales.
Ahora, aquí viene el dilema. ¿Es justo que se le pida a la ciudadanía este sacrificio cuando, paradójicamente, se han destapado las fallas en la ejecución de proyectos anteriores en materia de agua? En 2019, había un remanente sin usar de 500 millones. ¿Nos convertiremos, entonces, en víctimas de una serie de compromisos y promesas que no terminan de concretarse?
La recuperación del impuesto de Patrimonio: una medida polémica
Además de la batidora impositiva del canon del agua, la Junta también ha decidido poner en marcha la recuperación del Impuesto de Patrimonio. En este caso, se busca que las grandes fortunas (sí, estamos hablando de esos millonarios que parecen sacados de una película de Hollywood) vuelvan a contribuir a la economía andaluza.
Tal vez te estarás preguntando: ¿No es contradictorio que, mientras se habla de bajar impuestos, se decida recuperar un impuesto que había sido eliminado? La respuesta puede ser tan sencilla como volátil: «Es que el Gobierno central también está gravando las grandes fortunas», ha argumentado el PP. Al final del día, parece que hay mucho movimiento en los pasillos del poder, pero las cuentas no terminan de cuajar.
La picaresca andaluza en la política fiscal
Es inevitable hacer una comparación con el famoso juego andaluz -el escondite- donde todos intentan ocultar sus cartas y moverse estratégicamente. El Gobierno andaluz se encuentra ante una especie de juego de malabares, donde las subidas de impuestos y las promesas de mejoras de infraestructura nos dejan más dudas que certezas.
En este sentido, me parece apropiado recordar la anécdota de la última reunión familiar en la que intenté explicar a mis abuelos la diferencia entre la economía global y el local. Tras unos minutos de intentos fallidos, mi abuelo me miró y sonriendo me dijo: “Lo que no entienden es que el dinero debe moverse, y si no se mueve, se queda quieto”. Quizás nuestro Gobierno debería apuntar esto en su agenda.
El dilema de la financiación: ¿una batalla perdida?
Una de las principales críticas hacia el PP en Andalucía es su constante demanda de más financiación al Gobierno central, mientras que también se defiende la baja de impuestos. ¿Se puede tener lo mejor de ambos mundos? Probablemente no. Una vez más, volvemos a la metáfora del restaurante: si cada vez que pido más pan me dicen que tengo que dejar de comer la comida principal, estoy condenado a la insatisfacción.
Es lamentable ver cómo el canon del agua es uno de esos impuestos que se utilizan para fines específicos, en este caso, la mejora de infraestructuras hidráulicas. Pero, por otro lado, los andaluces ya han sido testigos de la falta de ejecución de proyectos que deberían haberse financiado con esos ingresos. ¿No sería más sencillo responsabilizar al Gobierno de turno por estos retrasos?
El futuro económico de Andalucía: ¿esperanza o desilusión?
Mientras escribo esto, no puedo evitar preocuparme un poco por la dirección que está tomando la política fiscal en Andalucía. Por un lado, tenemos una rebaja en el IRPF y algunas promesas de inversión. Por otro, una serie de subidas de impuestos que podrían diluir esas políticas favorables. Te pregunto: ¿realmente es posible que los andaluces sigan viendo sus bolsillos favorecidos en medio de este vaivén?
En un entorno de cambiante temperatura fiscal, se vuelve esencial mantener un diálogo claro y transparente. La confianza ciudadana, una vez que se pierde, es difícil de recuperar. Tal como le dije a un amigo el otro día, si un político me promete un nieto en un día de lluvia, tengo todo el derecho a dudar de él.
Despedida cercana: un llamado a la acción
Como andaluz, estoy aquí escribiendo este artículo con la esperanza de que todos nosotros podamos tener un papel importante en este proceso. A veces, las pequeñas acciones pueden generar grandes cambios. Mantente informado, pregunta, critica (si es necesario), y sobre todo, encuentra el equilibrio entre la indignación y la comprensión. En el fondo, todos queremos lo mejor para nuestra tierra, y eso incluye un futuro fiscal sostenible y transparente.
Así que, ya lo sabes: la próxima vez que escuches sobre impuestos en Andalucía, intenta poner un poco de humor en la situación. Al final del día, ¡vivimos en un lugar increíble con más matices que una paleta de colores! Ahora, ve y comparte tus pensamientos. ¿Cómo te afecta esta nueva situación fiscal?