La idea de Corea del Norte como destino turístico puede parecer un concepto que desafía la lógica. Déjame aclararte que, en el mundo de la incertidumbre internacional, el proyecto Wonsan-Kalma está a un paso de convertirse en una de las sorpresas del siglo. Este ambicioso enclave turístico, con la intención de imitar al famoso Benidorm español, promete cambiar la imagen del país aislado. Así que, abre tu mente y acompáñame en este viaje por la realidad de Corea del Norte y su intento por abrir sus puertas al turismo internacional.

¿De dónde surge la locura de Wonsan-Kalma?

Para aquellos que aún no han oído hablar de este proyecto, permíteme ponerte al día. El plan para Wonsan-Kalma comenzó en 2014. Pero no se trata de un simple golpe de suerte o una idea descabellada. Este megaproyecto es parte de un esfuerzo más profundo por parte del régimen de Kim Jong Un para diversificar su economía, que ha estado sumida en profundos problemas. La situación global y las sanciones han limitado seriamente el crecimiento económico; por tanto, el turismo presenta una ventana de oportunidad que no pueden dejar pasar.

El diseño del complejo turístico va más allá de un hotel y un par de restaurantes. Se espera que incluya hoteles de lujo, restaurantes deliciosos, atracciones emocionantes y, ¡atención!, incluso un hotel submarino. ¿Te imaginas? Sueños de sirenas en un estado donde la realidad tiende a ser más bien sombría. La influencia española es evidente: una delegación de funcionarios norcoreanos incluso visitó Marina d’Or y Terra Mítica en Benidorm para obtener ideas. Si esto no te hace sonreír un poco, probablemente necesites un viaje tú mismo.

La estrategia detrás de este enclave

¿Quiénes serán los primeros en disfrutar de este paraíso norcoreano? Lo has adivinado: los turistas rusos. A raíz de la reciente reapertura de las fronteras, varias agencias de viaje han comenzado a ofrecer paquetes, promoviendo la llegada de los primeros turistas a este resort único. La empresa Vostok Intur, con sede en Vladivostok, tiene ya un par de fechas programadas y paquetes que incluyen alojamiento, comidas y emocionantes visitas a Pyongyang. Todo por el modesto precio de 1.400 dólares. Pero, oye, ¿quién puede resistirse a un «entorno ecológicamente limpio» en un país que normalmente no se asocia con relajación?

Lo intrigante aquí es que el turismo en Corea del Norte no está sujeto a las sanciones internacionales que afectan otros sectores de su economía, ya que se considera una fuente potencial de divisas extranjeras. En este contexto, Kim Jong Un ha descrito los recursos turísticos del país como “ricos y diversos”, algo que uno esperaría escuchar en una reunión de marketing en lugar de en el corazón de un régimen tan estricto.

Desafíos: ¿una playa en un mar de restricciones?

Por supuesto, no todo son palmeras y cócteles. La realidad de visitar Corea del Norte es que las libertades de un turista son, digamos, limitadas. La movilidad dentro del país está estrictamente controlada, y los visitantes suelen estar obligados a seguir itinerarios rígidamente planificados, normalmente organizados por agencias estatales. Así que, si esperabas saltar de una fiesta a otra en Kalma, quizás deberías reconsiderar tus expectativas. Además, hay desafíos de seguridad y acceso a información objetiva que podrían convertir unas vacaciones idílicas en una experiencia de cortometraje de terror.

Aún así, el régimen se aferra a la esperanza de que este complejo no solo atraerá turistas, sino también cambiará la narrativa mundial sobre Corea del Norte como destino turístico. ¿Realmente esto puede funcionar? En un mundo donde todo es posible, quizás solo necesiten el toque de magia adecuado para que esto se convierta en una realidad.

¿El futuro del turismo en Corea del Norte?

Si miramos más allá, la decisión de abrir sus puertas al turismo puede ser un indicio de que el régimen realmente busca una diversificación económica. Con la caída de otras industrias y el impacto de las sanciones internacionales, el surfeo en la ola turística podría ser una tabla de salvación. La oportunidad de atraer turistas significa también la opción de cambiar la imagen del país. Mientras tratemos de no pensar en los miles de balísticos que han sido lanzados desde la costa de Wonsan, al final del día, esta podría ser una manera de que Corea del Norte entre en el mapa de los destinos turísticos, al menos en el papel.

Un mundo de curiosidades

Es interesante pensar en cómo Corea del Norte puede atacar este frente. El hecho de que estén copiando y homenajeando el modelo español de Benidorm tiene un toque de ironía. El pueblo solía tener un acceso limitado a los lujos occidentales, ¡y ahora se están inspirando en ellos! Es como si alguien que nunca ha probado una pizza decidiera abrir su propia pizzería, usando solo las imágenes de Google como referencia. Por momentos, te hace pensar en lo absurdas que pueden ser las situaciones.

Incluso si este proyecto culmina en el fracaso (que no es difícil imaginar en un país donde la «diversidad» es una palabra prohibida), es fascinante observar cómo un país que aparece en tantas listas de sanciones y restricciones intenta implementar la apertura en su economía. ¿Y para qué? Para cambiar su estatus internacional y, con un poco de suerte, atraer a turoperadores del mundo real. ¿Te imaginas un catálogo turístico de Corea del Norte? Sería una delicia.

Reflexiones finales: ¿Se convertirá Wonsan-Kalma en el nuevo Benidorm?

Así que, aquí estamos, incrédulos y cautivados por la idea de que el “Benidorm norcoreano” no solo es un sueño, sino un proyecto en progreso. El complejo turístico Wonsan-Kalma podría convertirse en un nuevo santuario de sol y playa, pero también se enfrenta a enormes desafíos y limitaciones. La pregunta que muchos se hacen es: ¿será suficiente para atraer no solo a turistas rusos, sino a visitantes de todo el mundo?

La idea de que un lugar conocido por las tensiones políticas y sus peculiaridades pueda convertirse en una meca del turismo es, además de irónica, altamente absurda. Pero, al final del día, quizás todos necesitemos un poco de locura en nuestras vidas para dejar atrás la monotonía.

La historia de Wonsan-Kalma ya está en marcha, y aunque el futuro es incierto, el viaje ha comenzado. Así que quizás sea momento de desempolvar ese pasaporte y esperar que la siguiente gran aventura nos encuentre en las playas de Corea del Norte, al lado de nuestros vecinos rusos, disfrutando de un cóctel… ¿o será un licor de arroz?

¡Que tiemble Benidorm!