¿Alguna vez has abierto tu nevera y te has dado cuenta de que has dejado que un montón de comida se eche a perder? Es algo que nos puede pasar a todos, y sin duda, no somos los únicos en este barco de buen rollo que navega con sobras acumuladas. Pero, ¿sabías que en 2023, más de 1.200 millones de kilos de alimentos terminaron en la basura en España? Mientras tanto, un 6% de las familias españolas enfrenta la pobreza alimentaria y carece de acceso a una nutrición adecuada. ¿No es irónico?
Esta paradoja de tener tantas sobras y, al mismo tiempo, tantas personas sin acceso a comida es verdaderamente alarmante. En un contexto donde la pobreza material ha aumentado un 18% y el desperdicio de alimentos ha crecido un 1.1%, se hace evidente que necesitamos actuar. La situación ha sido estudiada y reportada por el INE y el Ministerio de Agricultura, quienes dan cuenta de que el problema está lejos de resolverse.
¿Por qué ocurre el desperdicio de alimentos?
Para los que no están al tanto, el desperdicio de alimentos se produce en todas las etapas de la cadena alimentaria. Desde las granjas hasta nuestras casas y, por supuesto, en los supermercados. Según las estadísticas, el 44% de las pérdidas se producen en el sector agrícola, donde el mal aspecto de las frutas y verduras a menudo acaba con la comida en el contenedor. Y no es solo el aspecto: también tenemos la industria alimentaria, donde se desechan lotes de productos que, aunque imperfectos, son perfectamente comestibles.
La ineficiencia detrás de la abundancia
¿Alguna vez has visto esas versiones de frutas «perfectas» en los supermercados? Parecen sacadas de una pasarela de moda. El problema es que estos estándares estéticos crean un ciclo de gasto y desperdicio que no se sostiene. Me acuerdo de un verano en el campo, ayudando a un amigo con su cosecha de tomates. Algunos de ellos eran bellos, pero otros, con un poco de «personalidad» (¡y algunas manchas!), se quedaban atrás y terminaban en el compost. Aunque estuvimos felices de hacer salsa, son muchas las pequeñas producciones que no tienen esos mismos privilegios.
La iniciativa PlanB y su impacto
Frente a esta crisis, los Bancos de Alimentos han lanzado la iniciativa ‘PlanB’, un plan que busca cerrar la brecha entre grandes donantes y organizaciones benéficas. La idea es sencilla pero poderosa: construir un puente solidario para que más alimentos lleguen a quienes realmente los necesitan. ¿Suena bien, verdad?
El plan se basa en una plataforma online que conecta a los actores en la cadena alimentaria para rescatar alimentos que aún tienen mucha vida. José Manuel Marcos, quien dirige el proyecto, subraya que esta no es solo una cuestión de almacenar alimentos, sino de salvar vidas. ¡No está mal para empezar a mover un poco las palancas de la solidaridad!
Impacto directo en la comunidad
En los últimos seis años, los Bancos de Alimentos han logrado repartir 471 millones de kilos de excedente alimentario. Y sorprendentemente, el 57% de las contribuciones de 2023 provino de alimentos que estaban en peligro de ser desperdiciados. Es un paso considerable, pero aún hay mucho camino por recorrer.
Pero, la disyuntiva persiste: mientras más personas padecen la falta de acceso a alimentos, las donaciones a los Bancos de Alimentos han disminuido un 25% en el último lustro. A medida que el costo de la cesta de la compra sube, muchos donantes que antes apoyaban esta causa se ven obligados a replantearse si pueden seguir colaborando.
La urgencia de un cambio
La dificultad no está solo en el ámbito alimentario. Con la supresión del Fondo Europeo de Ayuda a las Personas más Desfavorecidas (FEAD) se ha dejado fuera a una gran parte de las familias necesitadas. Francisco Graciano, director de la Federación, menciona que esto ha llevado a la «desaparición» del 26% de los alimentos que previamente recibían. Así las cosas, nos encontramos ante un dilema mayor que nunca: ¿cómo asegurar que la comida no termine en la basura mientras hay tantos que sufren de hambre?
La Gran Recogida: una oportunidad de acción
Ante este panorama desafiante, la Federación Española de Bancos de Alimentos se está preparando para la Gran Recogida de 2024, que tendrá lugar en noviembre de ese año. Este evento es el más grande que organiza la fundación, y se espera que 90,000 voluntarios participen, uniendo sus fuerzas para asegurar que cada donación tenga un impacto positivo.
Pero, seamos honestos: ¿qué puedes hacer tú como individuo en este sistema tan grande? La respuesta está en las pequeñas acciones. Empezar por aquí y ahora puede marcar una gran diferencia.
¿Qué podemos hacer como sociedad?
La buena noticia es que todos podemos ayudar. Aquí hay algunas sugerencias que pueden marcar un cambio significativo:
Cambiar hábitos de compra: el poder de la elección
A la hora de hacer la compra, pregúntate: ¿realmente necesito todo esto? La próxima vez que vayas al supermercado, revisa tu lista de compras antes de salir. Hay un patrón claro cuando se trata de las compras. Si tienes claro lo que necesitas, es menos probable que termines comprando alimentos «de moda» que no consumirás.
La educación como clave
¿Te has dado cuenta de cuántas veces la educación se menciona como respuesta a problemas sociales? No es casualidad. Educar a nuestros hijos sobre la importancia de no desperdiciar alimentos y cómo aprovechar lo que tenemos puede ser una herramienta poderosa para combatir esta crisis. Desde hacer salsa con tomates pasados hasta aprender a congelar las sobras, las posibilidades son infinitas.
Impulsar el cambio en las empresas
También podemos apoyar iniciativas como ‘PlanB’ contactando a nuestras empresas locales y alentándolas a ser parte de la solución. Mencionando a nuestros amigos, familiares, o incluso en redes sociales, estarás difundiendo la voz de la necesidad de un cambio cultural en el ámbito del desperdicio alimentario y la cooperación con organizaciones benéficas.
¿Qué pasa con otras iniciativas?
Sin embargo, el ‘PlanB’ no es la única solución que está en marcha. Iniciativas a nivel global, como las ‘Environmental Working Groups’ y otras organizaciones de sostenibilidad están surgiendo. Abogan por una mayor responsabilidad en la producción de alimentos y enfatizan la responsabilidad individual que todos tenemos en esta ecuación.
Imaginen un mundo donde cada vez que ves un plátano maduro, en vez de desecharlo, piensas: «¡Un batido delicioso espera por mí!» ¿No sería maravilloso? Esto no solo ayudaría a la reducción de los desechos alimentarios, sino que también fomentaría una mejor educación sobre nutrición y salud.
Conclusión
Lo cierto es que el desesperante desperdicio de alimentos y la pobreza alimentaria son problemas interconectados que requieren atención urgente. La iniciativa ‘PlanB’ de los Bancos de Alimentos es un paso en la dirección correcta, pero solo es una parte de un rompecabezas más grande.
Así que, la próxima vez que te encuentres ante el dilema de lo que debes hacer con esos restos de comida en tu nevera, piénsalo dos veces. Cada acción cuenta. Y recuerda, no solo estamos salvando comida; estamos salvando vidas. Como se dice, «no hay planeta B», así que ¡actuemos todos juntos!
¿Estás listo para unirte a este movimiento contra el desperdicio de alimentos? ¡Lo único que necesitas es dar el primer paso!