A veces, el mundo parece una serie de televisión llena de giros inesperados, personajes excéntricos y un guion que no para de sorprendernos. Si me hubieran dicho que un ex presidente estadounidense —con su particular manera de hacer política— volvería a poner a Dinamarca y a una farmacéutica danesa en el centro de la escena política, la verdad, hubiera pensado que estaba viendo alguna película de ciencia ficción. Pero aquí estamos, hablando sobre Donald Trump y Novo Nordisk, y es hora de desmenuzar qué hay detrás de este enredo.

El escenario: Trump, el 47º presidente y su obsesión por Groenlandia

Imaginemos por un segundo la escena. Es 8 de enero de 2025, Donald Trump se prepara para asumir la presidencia de Estados Unidos por segunda vez, y con él llega una retórica que ya ha dejado a más de uno con la boca abierta. En una rueda de prensa en su mansión de Mar-a-Lago, Trump instala su propio micrófono y proclama a los vientos que Groenlandia es «una necesidad absoluta» para la seguridad nacional de EE. UU. ¿Suena esto a un regreso a la era de las compras imperiales? ¡Sí, y no es la primera vez que lo escuchamos!

El ex presidente no es ajeno a la idea de que Groenlandia, una vasta isla semi-autónoma con recursos naturales y una posición geoestratégica única, podría ser una pieza clave en el rompecabezas geopolítico. Ha manifestado previamente su deseo de hacer de Groenlandia parte de EE. UU. Y, atención, porque aquí es donde entra en juego Novo Nordisk.

Novo Nordisk: el gigante danés bajo presión

Para aquellos que no estén familiarizados, Novo Nordisk es una de las principales farmacéuticas danesas, conocida principalmente por su trabajo en medicamentos para la diabetes, como Ozempic. En un mundo donde la obesidad y la diabetes son problemas de salud cada vez más prevalentes, su cuarto de operaciones se ha convertido en una mina de oro. Sin embargo, este oro podría volverse un poco más complicado de extraer si Trump decide aplicar “aranceles de muy alto nivel” a Dinamarca como parte de su estrategia para presionar por el control de Groenlandia.

Como bien saben los que han trabajado en ventas, mantener la calma cuando las cosas se calientan es todo un arte. Así que, se entiende que Novo Nordisk haya optado por un «no comment» ante la amenaza de Trump. Después de todo, el 60% de sus ingresos en el tercer trimestre de 2024 provino de EE. UU., un mercado clave para ellos. Parece que las acciones de la empresa están más ligadas a las decisiones políticas que a los datos de las ventas.

La ironía de aranceles y la economía de Dinamarca

Cuando Trump menciona aranceles, se podría pensar que tiene una clara imagen de lo que quiere lograr. Sin embargo, hay una ironía jugosa en el aire. Dinamarca es un proveedor significativo de insulina y audífonos para EE. UU., lo que significa que establecer un conflicto arancelario podría resultar contraproducente para su propia base electoral. Es como si Trump decidiera atacar al camarero que le trae su comida favorita; al final, se quedaría sin cena.

Como bien señala Bloomberg, más del 75% de las importaciones de insulina en EE. UU. provenían de Dinamarca en 2024. Así que, cuando Trump habla de “aranceles de alto nivel”, no solo juega con la idea de Groenlandia, sino que también podría estar jugando con la salud de millones de estadounidenses que dependen de esos medicamentos.

¿Realmente necesita Trump a Groenlandia?

Pero démosle un paso atrás. ¿Necesita realmente EE. UU. a Groenlandia? Dentro de la lógica de un político como Trump, la respuesta es un rotundo «sí». En su mente, Groenlandia podría ofrecer no solo recursos naturales valiosos, sino también una posición estratégica. Sin embargo, el sentido común nos dice que la soberanía de una nación no debería estar en juego por las musas de un presidente con ínfulas de imperio.

Del mismo modo, la retórica de Trump no solo afecta a las relaciones internacionales, sino que también tiene un impacto notable en la percepción del mercado. Es un arma de doble filo, donde sus palabras pueden desatar incertidumbres que, a su vez, pueden llevar a cambios drásticos en inversiones y producción.

La respuesta de Dinamarca: “¡Groenlandia es de Groenlandia!”

Dinamarca y Groenlandia no se han quedado callados. Copenhague se ha apresurado a recordar que Groenlandia pertenece a los groenlandeses y que hablar de una venta es “absurdo”. La posición de Groenlandia es clara: no están interesados en convertirse en un artículo de compra. Y, refiriéndome a mi propia experiencia, a nadie le gusta que le digan qué hacer con su hogar. Es como si un primo lejano apareciera en tu casa diciendo que ahora es suyo porque tiene una mejor oferta en la mesa.

Pero, ya saben cómo es Trump: no queda satisfecho hasta que las cosas se resuelven a su favor. Esto plantea la pregunta: ¿hasta dónde estará dispuesto a llegar para hacer su voluntad? ¿Es una guerra económica lo que está buscando o simplemente está buscando un tema para encender su base electoral?

El efecto en la salud pública y el mercado farmacéutico

A medida que la cuestión de los aranceles avanza, surge otro dilema esencial. La administración de medicamentos GLP-1, como Ozempic y Wegovy de Novo Nordisk, se había vuelto bastante popular en EE. UU. No solo para tratar la diabetes, sino también para bajar de peso. Esto ha generado una escasez notable y una carrera por asegurar la producción. Pero, ¿qué pasa si las amenazas de aranceles complican aún más la situación?

Un nuevo análisis del mercado farmacéutico sugiere que la escasez de medicamentos no mejorará si las tensiones políticas persisten. Imagina a una multitud compitiendo por un suministro limitado de insulina en medio de un atragantado sistema de salud. La situación podría volverse insostenible rápidamente.

Además, si Novo Nordisk decidiera trasladar su producción a EE. UU. para evitar aranceles, eso traería consigo otros costos y desafíos. La bolita de nieve sigue creciendo, y la salud pública podría sufrir las consecuencias de un juego político sin precedentes.

Reflexiones finales: ¿Qué podemos aprender de este enredo?

A medida que esta historia se despliega, podemos aprender varias lecciones valiosas. Primero, la interconexión entre política y economía es más evidente que nunca. Las decisiones que toma un presidente pueden tener repercusiones enormes en mercados lejanos y en la salud de millones. La globalización ha hecho que todos estemos interrelacionados de maneras que quizás nunca debimos haber subestimado.

En segundo lugar, es crucial recordar que, como ciudadanos, tenemos un papel activo en el sistema. Ya sea haciendo eco de nuestras preocupaciones a nuestros representantes o simplemente informándonos acerca de lo que realmente está en juego, nuestra voz puede hacer la diferencia.

Por último, no debemos tomar todo lo que se dice en una rueda de prensa política como la verdad absoluta. La desinformación y la retórica son herramientas poderosas que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad. Si aprendemos a mirar más allá de las palabras, probablemente seremos capaces de encontrar un camino más claro a través del caos.

Así que sigamos observando lo que pase con Trump, Novo Nordisk, y cómo se desarrolla esta historia. Después de todo, si algo nos ha enseñado la política en los últimos años, es que siempre hay más de lo que parece en la superficie. Puede que esto sea solo el comienzo de un nuevo episodio en esta intrigante serie llamada «la política global».


¿Y ustedes, qué opinan? ¿Es Groenlandia realmente tan vital para la seguridad de EE. UU.? ¿Deberíamos preocuparnos por cómo las acciones de Trump impactan a nuestras empresas farmacéuticas? ¡Déjenme sus comentarios!