En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, es difícil no sentir una mezcla de asombro y preocupación. ¿Quién no se ha encontrado mirando su smartphone y preguntándose cómo algo tan pequeño puede contener tanto poder? Sin embargo, hay una parte crucial de esta magia tecnológica que muchos pasamos por alto: los semiconductores. En noviembre de 2023, China dio un salto en su ambición de independencia tecnológica al incrementar la compra de equipos de litografía en un asombroso 1.050%. Esto no es solo un número: es una señal clara de que el país está decidido a jugar un papel más importante en el escenario global de la tecnología.

¿Te imaginas cuántos circuitos integrados han sido fabricados en China en el pasado de los que no teníamos idea? Hasta ahora, la gran mayoría de los chips que utilizamos en nuestros gadgets han sido producidos en el extranjero. Pero, como sabemos, el Gobierno de Xi Jinping no es de los que se quedan contemplando el agua pasar. En su lugar, ha puesto en marcha una estrategia que busca elevar la producción local de semiconductores del modesto 16,7% alcanzado en 2021 al ambicioso 21,1% para 2026. Suena impresionante, pero como todo en esta vida, lograrlo no será un paseo por el parque.

El camino hacia la independencia tecnológica

La dependencia de proveedores extranjeros ha sido un tema candente. Si alguna vez te has quedado sin café por no poder encontrar tu marca favorita, sabrás de lo que hablo: la sensación de no controlar lo que realmente necesitas es frustrante. China busca evitar esa misma sensación. Para conseguirlo, hay dos caminos principalmente: competir de tú a tú con los circuitos integrados más avanzados que fabrican compañías como TSMC y Samsung, o enfocarse en técnicas de producción más maduras. Pero, ¿puede China realmente alcanzar a los gigantes de la industria?

En efecto, SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corp) representa la esperanza de China en el ámbito de semiconductores. Aunque actualmente puede fabricar chips de 7 nm e, incluso, algunos de 5 nm, esta tecnología es costosa y poco conveniente para volúmenes masivos. Para dar un paso más hacia la libertad tecnológica, China necesita acceder a equipos de litografía de ultravioleta extremo (UVE), pero el acceso a esta tecnología se ha restringido. Lo que parece ser un camino difícil se convierte rápidamente en una carrera contra el tiempo.

La apuesta económica de YDME

La noticia más reciente que ha hecho eco en la industria de los semiconductores es la inversión monumental de YDME (Beijing Yandong Microelectronics) en la construcción de una planta de 4.600 millones de dólares para fabricar semiconductores de 28 nm. Esta movida no es aleatoria; es una estrategia bien planificada en un momento donde la tensión geopolítica con EEUU está en su punto más alto. Con esto, la compañía busca consolidarse en el mercado de chips que, aunque no son los más modernos, son sumamente necesarios para los dispositivos electrónicos que utilizamos a diario.

¿Por qué 28 nm?

Preguntémonos, ¿por qué optar por tecnología de 28 nm? Si bien puede que no suene tan impresionante como los chips de 3 nm que producen TSMC, los chips de 28 nm son una elección práctica. La mayor parte de los dispositivos electrónicos, desde nuestros celulares hasta nuestros frigoríficos inteligentes, utilizan estas tecnologías más antiguas. En el contexto actual, esto no es solo una elección lógica; es una necesidad. ¿Alguna vez has intentado deshacerte de un viejo electrodoméstico que realmente no quería dejar ir? Lo mismo sucede con muchos productos electrónicos que están en el mercado.

La carrera por la tecnología de litografía

El incremento en la compra de equipos de litografía en China fue notable. Imagínate a los fabricantes de chips, como Hua Hong Semiconductor y Guangzhou ZenSemi, en una carrera contrarreloj para asegurarse de tener las máquinas necesarias antes de que las sanciones estadounidenses entraran en juego. ASML, el proveedor neerlandés, desempeñó un papel crucial al entregar cientos de equipos UVE y fotolitográficos a sus clientes en China antes de las restricciones.

Pensar en esto me lleva a una anécdota personal: recuerdo cuando estaba en la escuela comprando un libro de texto, y al llegar a la caja, vi que el libro estaba agotado. No querer esperar a que llegara la nueva remesa fue frustrante. Así que, en muchos aspectos, estos fabricantes están en la misma situación, queriendo asegurar su lugar en un mercado cada vez más competitivo antes de que lleguen las restricciones.

Un enfoque pragmático

Mientras la industria estadounidense se siente cómoda confiando en sus avances tecnológicos de última generación, China parece adoptar un enfoque más pragmático. Estos esfuerzos no solo reflejan la necesidad de independencia sino también una estrategia abierta para sostener la industria de los circuitos integrados. Con cada decisión de inversión, cada planta que se levanta, están escribiendo su propia historia de resiliencia.

Las elecciones estratégicas de compañías como YDME evidencian que también hay un vínculo económico detrás. En este momento, la fabricación de procesos de integración más maduros no es solo rentable, sino que es esencial para mantener y elevar la posición competitiva de China en la cadena de suministro global.

La perspectiva global

Todo esto plantea varias preguntas: ¿qué significa esto para el futuro de la industria tecnológica? ¿Podría esta carrera por los semiconductores reconfigurar las alianzas y tensiones geopolíticas? Con este ambiente de competencia, es cada vez más evidente que las decisiones tomadas hoy tendrán un impacto duradero. El futuro podría ser un lugar donde los chips chinos estén en cada rincón del planeta, quizás incluso en los teléfonos que usamos.

La mirada de los expertos

Para comprender plenamente el impacto de estos movimientos, es importante escuchar a los expertos. Según informes de diversas fuentes de la industria, el cambio en la dinámica de producción de semiconductores tendrá repercusiones no solo en la economía local de China, sino también en los ecosistemas tecnológicos globales. Así que, la próxima vez que revises tu dispositivo, piensa en el viaje que tuvo que realizar el semiconductor que le da vida.

Conclusiones y un vistazo al futuro

La carrera de China hacia la autosuficiencia en la producción de semiconductores es más que una simple estadística. Es la representación de una lucha por el control y la estabilidad en un clima geopolítico que está en constante cambio. A medida que los países atraviesan diferentes desafíos, es probable que la humanidad se enfrente a decisiones que podrían cambiar la forma en que vive.

Así que, en este viaje hacia la auto-suficiencia, ¿podemos esperar que China encuentre su propio lugar en la mesa de tecnologías emergentes? Uno solo puede especular, pero es innegable que la ambición y determinación del país están dejando huella. Y quién sabe, tal vez algún día usemos un teléfono hecho en China, con un procesador que no solo compita, sino que lidere el mundo.

¡Y eso es todo, amigos! Espero que este pequeño recorrido por el fascinante mundo de los semiconductores te haya dejado reflexionando. ¡Nos vemos en la próxima!


Referencias:

  • SCMP
  • Xataka
  • IBM, información sobre los chips cuánticos